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5 de enero de 2025

AÑO NUEVO, GRACIAS NUEVAS, ESTE AÑO MÁS SANTO SERÉ... ♫


“Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá retornaré. Dios dio, Dios quitó: ¡Sea bendito el nombre del Señor!”
Job 1:21

Mario Felipe Daza Pérez

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Este es un año nuevo igual como sucede todos los años, se renueva el calendario gregoriano (que data de 1582) del cual coincide cosmológicamente (astronómicamente) con el movimiento que hace de la órbita de la tierra en torno al sol, al que estamos ceñido, esto no implica que debamos recargas nuestras energías, o hacer lo mismo de siempre, por el contrario que sea este es un acicate para seguir con tu vida lleno de esperanza, jubileo, para pedir perdón, arrepentirte de tus faltas ante Dios, abrazar a los hermanos, ayudar al prójimo, etc. Estar cimentado de voluntad no significa tampoco que debamos hacer lo malo, no se trata tampoco de una superstición como si el año nuevo de por sí traería otras cosas que no arrastramos con el anterior, muchos dicen: "te deseo salud", "prosperidad", "riquezas", cuando esto no importa, mejor, es decir, “te bendigo” o “te deseo muchas bendiciones”, “gracias nuevas”. ¿De qué vale estar saludable si eres un vicioso? ¿de qué vale tener dinero si maltratas a los demás?, y así sucesivamente.

Por eso hemos puesto el epitafio de este artículo para comenzar el año, y no el común de “año nuevo, vida nueva, este...", no digamos, este año queremos tal u otra cosa, sino gracias nuevas (bienes divinos), quiero ser más santo, o si se quiere menos pecador, un miserable menos, en esta vida, quiero componer todo lo que he deconstruido en mi alma o en la de los otros con buenas obras, quiero reparar el daño causado, eso es lo que vale, no la tal prosperidad que es temporal, que se esfuma precisamente con el tiempo. En este sentido no es un año más, sino un año menos que tienes para encauzar las cosas, por ello la premura del tiempo para trabajar el alma y el espíritu para asi poder alcanzar la felicidad, la paz, la vida eterna, a través del camino de la verdad, que solo es uno, el Evangelio.

Por otro lado, podemos decir que la semana que antecede el año nuevo, es la misma de navidad, por tanto estamos aun celebrando la semana octava de la natividad, que se extiende aún más hasta el 1 de enero hasta el bautismo, que en este caso con dos (2) fiestas esenciales, entre ellos, la que fue de la Sagrada Familia, la circuncisión de Jesús, pero tambien se celebra el dogma de la Santísima Madre de Dios, la Santísima Theotokos, por tanto, al comenzar el día y este nuevo calendario, ponemos no solo el pie derecho, sino ambos, pisando de frente y con los taches arriba, en lo que se refiere a los proyectos divinos celebrado al mismo tiempo con la natividad de nuestro Señor Jesucristo, con respecto a los planes eternos, principio cosmológico, en consonancia cuanto a la consonancia con los humanos (referido a la humanidad), y del que se suma todos ellos con la venida de Cristo (parusía), a través de su madre del cual une lo natural con lo sobrenatural.

De aquí que se quiera recalcar que para este año debamos hacer que la divina voluntad sea la que impere, y no la nuestra, abandonándonos en lo que quiere Dios para nosotros, precisamente la santa (aun no canonizada), Luisa Picarreta dice (hablando con Jesús) que la "santa voluntad" es la suma de todos los sacramentos. El Fiat, debe proyectarse en querer/poder obedecer a los designios de la Santísima Trinidad, distinguiendo de nuestras acciones, y las voluntades. El compromiso es doble cuando comienza el año lectivo atado a las leyes eternas y divinas, del cual debemos traslucir en el mundo material con nuestros esfuerzos de lo que hacemos, y entre ellos imitando a los buenos, justos, santos, entre ellos a Jesús, Maria o José, la verdadera familia real.

Sabemos que el mundo, y todas las cosas de Dios se rigen por una leyes no solo eternas, sino también divinas, racionales, de estas se desprenden una visión cosmológica de lo que somos y de lo que hay, así no lo entendamos debemos respetarlo y obedecerlo si o si, así no queramos, por tanto, lo único que tenemos por ofrecer es nuestra voluntad (que es la que nos salva o condena) es la que llamamos comúnmente como "libre albedrío", de ella se deriva el camino que tomemos, ya sea para seguir con nuestros vicios, faltas, o el trabajo para el alma, salvando nuestro espíritu en comunión con el de la Santísima Trinidad, siendo dóciles a sus santas inspiraciones, por tanto, es el esfuerzo a arrepentirnos, a humillarnos, a ayudar a los demás, las que nos permite obtener la gracia.

De allí que expongamos nuevamente que el cambio no comienza precisamente con ese o este año nuevo, sino es siempre, repetitivo, cíclico, es anterior (colaborativo), por ello que debamos estar preparado para ese comienzo ex novo, no precisamente cuando inicia el año lectivo, por lo que estaría incentivando es únicamente la motivación, no la dedicación, perseverancia, producto del esfuerzo, que no es otra cosa que la disciplina en este caso espiritual, pero también corporal, y del alma, ¿de qué vale decir que vas a ir al gimnasio ahora si el día anterior te consumiste varios postres, como último deseo? Esto indica en tu mente, que no hay compromiso, por ello que el empeño deba ser ex ante para ser tomado en serio, y lo mismo para las cosas de Dios, no vale pecar, para luego presuntamente arrepentirse, porque ahí no hay verdadera contrición, al contrario, lo que existe es arrogancia o soberbia.

Si el año nuevo puede ser concebido como una suma más, también podemos verlo aun positivamente como un año menos que nos queda por hacer las cosas bien, pesimismo es realmente creer que sumamos con el pasar del tiempo, cuando precisamente estamos robando su pasar sin hacer nada por nuestras almas, y esto sí que es lamentable, hermano, recuerda que morirás (memento mori), has algo por tu espíritu, arma una disciplina almática-espiritual de salvación, no creas que vienes de la nada, ni que fuiste creado por el azar, te han creado, para un fin, no es para tomar, emborracharte, o beber en demasía, fuiste nacido para cosas grandes, entre ellas para dar Gloria a Dios, ponerte a prueba, sacar a relucir tus talentos, agradecer por un día que puedes perdonar, arrepentirse, y de más, aprovecha, puede que no haya más ofertas. 

Ánimo, comienza, con carácter y valentía que sí se puede, hasta el más miserable de los pecadores como San Agustín, Santa Maria Magdalena, o gusanos, concebidos como polvos y cenizas como tú y yo, lo podemos hacer, nunca es tarde, mientras tengamos vida. Ahora, terminemos, este primer artículo dominical y del año, no solo agradeciendo, sino también pidiendo fervientemente mayores gracias, así como lo hizo el profeta Daniel, que no dejó de hacer oraciones ningún día conforme a lo que fueron sus actos devocionales ante la iniquidades de los gobernantes e impíos, solicitemos aumento de nuestra fe, y mucha fortaleza para soportar las adversidades de la vida, y por supuesto mayor santidad para alcanzar a la Jerusalén Celestial, teniendo como fundamento el Santo Nombre de Dios, que no es otro que el de Jesucristo vivo con y para nosotros, digamos:

“Trinidad Santísima, Gloria a ti, que eres dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte las gracias por todo aquello que recibí. Gracias por lo que ha sido de mí, perdona todas mis ofensas, te pido perdón por todas las personas que pude haberle hecho daño, consciente e inconscientemente, y te doy gracias por lo que me diste y no me diste, por lo que me darás, por mis amigos, pero también por mis enemigos, bendícelos Señor, considérame digno de hacer siempre tu divina voluntad. Préstame un poco más de atención este año, bendíceme siempre. Señor Jesucristo, ten piedad de este miserable pecador". 

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