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24 de noviembre de 2024

LA IRA JUSTA


“En tres (3) partes se divide el alma: i) mente, ii) sabiduría e iii) ira”
Pitágoras

“¿Estás enojado? Enójate por tus pecados, golpea tu alma, aflige tu conciencia, pero sé severo en el juicio y terrible castigador de tus propios pecados. Este es el beneficio de la ira, por eso Dios la puso en nosotros”
San Juan Crisóstomo

Mario Felipe Daza Pérez

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La ira es tratada la mayoría de las veces como un mal y un vicio, pero su valor original se debe también a un valor positivo del ser humano (que fue lo inicial), que ha sido desordenado como facultad almática desde sus tiempos remotos (la caída del hombre), por ello que sea visto o tomado como algo nocivo, la cual implica calmarse ante hechos contrarios de cualquier índole, la cuestión está en que su acción tuvo su primera vez fundada en algo beneficioso y que fue dada precisamente por Dios como “don” [virtud] al hombre para que fuese utilizada ante el reclamo de la justicia, y aun mayor para la glorificación (doxología) de la Santísima Trinidad (según su momento), de esto podemos predicar que existe una llamada “ira justa”, o “santa”, del cual permite repeler los ataques de nuestros adversarios como cuerpo místico (pero no de manera personal) y ante todo de nuestros pecados o faltas, sin este poder no podríamos atacar tan duramente nuestras caídas y las acciones del maligno.

Como hemos dicho, existen dos (2) clases de ira para el ser humano, una negativa, la mayormente aceptada, y la positiva, la real, la primera es citada en mayor medida en el diario vivir más que la segunda, porque se ha convertido en una enfermedad del alma, espiritual, del cual debemos emerger en su terapéutica para recomponer sus cauces naturales, por tanto, si tomamos su virtud en su estudio, diremos que tiene que ver con el coraje, la mansedumbre, la parresía, la paciencia, pero sobre todo con la magnanimidad de las personas, es allí donde radica lo que sería la contra a este problema. Bajo estos hechos la ira-pasión es un apetito del alma irascible, del cual puede tener múltiples causas en su parte nociva, pero para la parte que queremos compartir el fin siempre es el mismo, que es de defender un bien mayor, tal cual como lo es la fe.

Tenemos muchos ejemplos no solo de la ira de los hombres en la Biblia el cual utilizaron este recurso en contra del pecado, las herejías, apostasías, sino también el mismo Jesucristo, (véase, Marcos 3,1-6, Juan 2,13-16, 1ª Corintios 5), por tanto, su accionar no solo está predicado de su modo comportamental, como de su hablar sino tambien en Dios. El enojo es justo cuando es causado hacia un mal verdadero y cuando no exceda su medida, por lo que debe ser proporcional, necesario y útil para no caer en la soberbia, de allí, que deba ser prudente, recordemos lo que sucedió con el hecho de los mercaderes del Templo, fue una encolarización justificado, expresamente cuando dice “mi casa será de oración”, pero ustedes lo han hecho una “cueva de bandidos” (véase Lucas 19: 45-48) y es esto es lo que realmente está pasando con la crisis de la Iglesia [militante] actualmente, no tanto por su acomodo del Evangelio que es falta en si vergonzosa, sino por la omisión de denunciar estos hechos por parte del clero: Sacerdotes, Frailes, pero en su mayor medida en la responsabilidad de los Obispos que son los sucesores de los apóstoles.

La ira justa no se trata de recurrir a ella porque el abanico se dañó, el amigo que le prestamos no nos pagó, porque el vecino habla muy duro, tampoco lo es porque me injurian, o cuando contesto una grosería con otra, esto será en muchas ocasiones sentir molestia, algunas veces estar airado, aunque puede ser también enojo justificado pero no necesariamente santo o justo, por lo que este ultimo es visto como una pasión (buena, mala o indiferente) más que como una virtud en sí misma, del cual se debe y puede mejorar, pero no es necesariamente tampoco un vicio, el quid esta es saber discernir cuando no estar atado en este estado iracundo del hombre, del cual proviene originalmente de las facultades del alma y que brota del corazón (sentir), ante situaciones medianas, cortas o complejas, actuando con desproporción a lo que se quiere arreglar, por tanto, responder de la misma forma o agravada que mi agresor, en exceso e incluso por defecto al no hacer nada, tambien es grave.

Con esto queremos decir que todo acto de legítimo de defensa, por ejemplo, proteger la vida, ante un caso de valentía porque están hiriendo a tu esposa e hijos es una ira justificada, pero no necesariamente santa, o justa, aunque puede ser tomada como válida, que puede excederse, aunque el no hacer nada tambien podría figurar como pusilanimidad, la cual es un mal ante una falta de valentía, o de magnanimidad, en todo caso, siempre será ideal ver el contexto en sí en concreto (condiciones). Habrá veces que debemos resistir (katejon) ante la injusticia del cual resulta necesario, otras veces por la impotencia, y también porque no controlas la situación, a pesar de que denuncies o no los hechos, todo esto toca analizarlo con las virtudes cardinales, de la prudencia, justicia, fortaleza y templanza, y con los dones que te ha entregado el Espíritu Santo en el bautizo y confirmación (crismación), en todo caso debe estar en permanente oración para que sea Él que te guíe, antes de, de una ocasión de pecado, falta o vicio, por eso es que se necesite orar incesantemente (es un mandato que por lo general olvidamos, o por negligencia).

Aquel que mate a un hermano, o lo hiera sin estado de necesidad o legítima defensa, comete pecado, en contra de la caridad y la fe, (véase, Mateo 5:22), la ira-pasión se puede convertir fácilmente en ira-vicio pero esto pasa cuando se convierte en algo sistemático y recurrente, es decir, no viene de la noche a la mañana, algo pequeño se convierte en grande con el tiempo, la cuestión está en no poder dominar la razón (instintos), esto, para que luego no sea transformada en rencor, odio, venganza..., (como la muerte de familias), por tanto, es necesario regular las emociones y para esto se necesita de mucho coraje (la némesis) que es la mansedumbre, paciencia para poder aguantar estos achaques, Séneca diría (en su libro como el mismo nombre sobre la ira), la “clemencia” (que tanto le pedía a su pupilo Nerón), por ello que se deba nuevamente estar en estado de gracia y orar mucho para poder reaccionar, con humildad (en contra del orgullo que provoca este vicio).

El estoico cordobés expresa lo siguiente en el libro citado:

“Indispensable es desterrar del alma toda sospecha y conjetura ocasionada a injustas iras. Aquél me ha saludado con poca cortesía, aquel otro no correspondió cariñosamente a mi ósculo; éste ha interrumpido bruscamente una frase comenzada; aquél no me ha invitado a su banquete, y el semblante del otro no me ha parecido muy risueño. Nunca faltará pretexto a la sospecha: contemplemos con mayor sencillez las cosas, y juzguémoslas con más benignidad. Creamos solamente lo que hiera nuestros ojos, lo que sea evidente, y siempre que descubramos la falta de fundamento de nuestras sospechas, refrendamos nuestra credulidad”.

El hecho de ser iracundo para actos benéficos, no tendría estos hechos ningún problema, por tratarse de iras justas más no injustas, de hecho es una virtud necesaria (véase, San Agustín o Santo Tomas), no debemos ser indiferentes ante el mal, ni tampoco tolerantes, sino que debemos reaccionar contra él con astucia de serpiente y mansedumbre de paloma, conforme a nuestra capacidad y condición de nuestras vidas, evitando en todo caso llegar a la soberbia/orgullo/envidia, de esto que sea necesario alimentarnos bien (nutrición adecuada), realizar ejercicios físicos, como practicar la virtud, y tener una vida sacramentada, para tratar de tener una vida ecuánime, ante los apasionamientos, distinto a la llamada ira de Dios (véase, Isaías 26:20), que no solamente es justa, santa, sino también divina, necesaria, casos abundan de ella: Sodoma y Gomorra, el diluvio de Noe, Nínive (perdonado), etc.

El llamado a tener una ira santa es que lo sepamos utilizar, como recurso, no se trata de anular la facultad, es decir su energía debe estar proyectado al servicio de Dios (Serviam Deus) no de ti mismo (soberbia) ni los demás, ni tampoco del demonio, sino a favor de la Santísima Trinidad, odiando el pecado, que es lo que mata el alma, y sobre todo los pecados imperdonables, como los vicios. Si recordamos Jesucristo durante su vida terrestre fue manso y humilde de corazón y de Él solo toca aprender, la violencia del Señor es incomprensible y totalmente distinta al de los hombres (misterios), no se puede ni siquiera diferenciar, las consecuencias, ya que son indescifrables, para el primero, es todo un orden, en todo caso es lentitud ante la justicia, pero muy rico en misericordia, es demasiado paciente, que a diferencia de la ira del humano en su estado iracundo negativo se debe a su soberbia, idolatría personal del creerse dios (matando, hiriendo, injuriando, etc).

Existe una confusión actualmente en creer que el cristiano es un hombre de no violencia, y lo contrario, es un hombre de violencia contra si mismo, es manso, pero menso, también trae espada para luchar, cuando se requiera defender la fe, no es pacifista, es guerrero al Servicio de gloria de Dios, es valiente, y lo hace por amor (y no tanto por miedo), en sintonía con los preceptos de la Santísima Trinidad (véase Romanos 12:19), la cuestión de la ira es poder dominarla para poder utilizarla correctamente, e incluso la pasional, para que nunca se convierta en ira-viciosa, en pro de la razón, y del espíritu santo, de un hombre justo, ya se dice en Daniel 12:4-9 (citado por Santo Tomas): “Sin la cólera ni la ciencia avanzaría, ni los juicios se ejecutarán, ni los crímenes serían castigados”. Puede que la encolarización bendita despierte otras virtudes, o prácticas virtuosas en nosotros, por ejemplo, una mejora en la ascesis, en la parresía, en nuestra habla cristiana, etc por esto es que debemos ejercerla.

Lo que debemos evitar en todo caso es la ira proveniente de nuestros propios deseos o pasiones, que no siempre es injustificada, pero por lo general lo son, como cuando se le dio muerte a Abel por envidia/orgullo, o cuando se cometen homicidios, hurtos, etc, con rapiña, solo por no saber dominarse (apatheia), y esto es lo que implica saber manejar las virtudes cardinales (conociéndose a si mismo), con la prudencia, moderación (templanza) etc, mezclando los dones y carismas, que si bien no todos los hijos del Señor las tienen plenamente, si que lo toman en un inicio hacia el propósito de Dios, como lo hizo Moisés, Elías, Pablo, Jeremías, algunos devenidas directamente por la providencia del Señor (gracia), pero otras veces insertadas en el mismo intelecto-cristiano, propio del espíritu santo del ser humano, en sintonía con el Espíritu Santo, Paráclito, esto, dominando la pasión lo más posible en pro de lo correcto, ya decía Aristóteles en Ética a Nicómaco: "Cualquiera puede enojarse, eso es fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado adecuado y en el momento adecuado, por el motivo adecuado y de la manera adecuada, no es fácil". 

La ira contra el pecado por ejemplo con los actos de glotonería, fornicación y de mas (pasiones carnales), debe ser más que necesaria, para resistir las emboscadas de nuestros enemigos, ahora si para corregir los defectos que la causan, por ejemplo el alcohol, entre ellos, la cerveza, el whisky, o el vino, ya sea por su exceso o simplemente tomándolo, estos efectos llegan a generar ciertas reacciones cerebrales que harán de ti un recuerdo de tu vida pasada (hombre viejo), por tanto, que debes reprender/rechazar anulando todo acto que conlleve a estas conductas con un estado iracundo, pero justo, santo, contra la perdición de nuestras almas, ese Egipto, y Babilonia deben ser arrancados de nuestras vidas con furia, con el poder de los instrumentos que nos entrega la Iglesia, con la gracia, pero ex ante, con el esfuerzo del arrepentimiento, la humildad, y las lágrimas de ser viles pecadores.

Nuestra ira siempre será aceptada e inclusive violentamente si se trata de defender la ortodoxia, la doctrina sana de la fe, y no tanto para defendernos a nosotros mismos, que suele ser egoísta, solo porque alguien dice algo en contra de nosotros, llegamos al resentimiento, aquí la justicia se explaya cuando hablan mal de tu prójimo o de la misma Iglesia (véase, Éxodo 32 y Números 25), dice San Agustín (véase, capítulo 45, en "El espíritu y el alma"): "De la irascibilidad nace el odio. En efecto, la ira engendra odio, y del odio viene el dolor y el temor. Por ejemplo, cuando nos airamos contra nuestros pecados, y comenzamos a odiarlos, nos dolemos porque hemos pecado, y tememos las penas por los pecados” y expresa también en la exposición segunda del Salmo 30, en su punto 4: “La ira todavía no es odio. Te puedes airar contra tu hijo, pero no lo odias: no lo desheredas, aunque te ve airado; y precisamente tu ira es para que no pierda con su mala vida y sus costumbres depravadas lo que tú le reservas”.

San Paisios del Monte Athos en Palabras Espirituales, Vol. 2, dice lo siguiente:

"El hombre espiritual, cuando lo mueve la ira a defenderse en un asunto personal, sufre de puro egoísmo, está bajo la obra del diablo. Recibe corrientes diabólicas del exterior. Si alguien es agraviado o ridiculizado, otros deben defenderlo por justicia y no por su interés personal. No es apropiado luchar por uno mismo. Otra cosa es reaccionar para defender temas espirituales serios, temas relacionados con nuestra fe, con la ortodoxia. Este es tu deber. Cuando piensas en los demás y te resistes a ayudarlos, entonces este acto es puro, porque se hace por amor".

Hermanos, si tanto nos queremos enojar, hagámoslo con el pecado, con lo que está mal, no por ofensas que otros nos hacen, por lastima, ni nada de eso, que solo alimentan la soberbia/orgullo, saberse controlarse es una virtud que hace parte de las virtudes cardinales, y debe ser ejecutadas con prudencia, Pablo se enojó, Elías se puso iracundo, Pedro se molestó, Jesucristo ni se diga, pero con sabiduría, moderación, amor, no con venganza, rencor, odio, la ira debe ser justa, santa, no pasional, sino inteligente, para evitar un mal en sí mismo, de nosotros mismos u otros, quitando de sí el vicio que conlleva, la enfermedad, volviéndolo un remedio cuando lo volcamos hacia lo correcto, lo ortodoxia, en aras de la justicia, la piedad, lo justo, igual cuando los ángeles en su contra-revolución lucharon con ira contra las miríadas de ángeles caídos defendiendo el honor y gloria de Dios (doxología).

Para el teólogo ortodoxo, Jean Claude Larchet, las funciones de la ira son, citando a varios padres de la Iglesia y monjes:

“Cuando en la agresión en un hombre sano (Adán antes de la caída, el hombre restaurado en Cristo) es oponerse a todo lo que pueda alejarlo de Dios, desviándose del camino de deificación que fue puesto a la creación. Este poder del alma, dicen los Santos Padres, fue puesto por Dios en el alma humana para poder luchar contra el mal, más precisamente para repeler los ataques de los demonios, para resistir las tentaciones, para no recibir y cortar los malos pensamientos que los enemigos que le dijeron eran similares en espíritu. La ira justa fue dada a nuestra naturaleza por Dios que nos construyó..., como arma de justicia", dice San Diadoco de Fótice. Si la hubiera usado contra la serpiente, Eva no habría acabado poseída por el placer apasionado”.

En resumen, debemos usar correctamente la ira como es, para combatir al maligno, el pecado, enfurecernos contra la injusticia hacia Dios, el daño a la Iglesia, la ira es por tanto buena si se sabe utilizar, una herramienta útil para el alma, es la encolarización ante actos benéficos, del cual proporciona armas dice Virgilio en Eneida, (véase, I, 150) suficientes para el combate, o la furia según Publio Siro (véase Máximas, 178) para salir victoriosos.

17 de noviembre de 2024

HACIA LA PURIFICACIÓN DEL CORAZÓN


"Todo el que mira a una mujer deseándola ya cometió adulterio con ella en su corazón"
Mateo 5:28

"La pureza de corazón permite reconocer el rostro de Dios"
Benedicto XVI

"Así como el reino del diablo se alcanza en conveniencia con el vicio, al reino de Dios, se llega a través de la ejercitación de las virtudes con corazón puro y conciencia espiritual"
Juan Casiano

Mario Felipe Daza Pérez

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La pureza es un tema que se trata mucho, pero a veces confundido en un solo término, como lo es en el aspecto sexual, y no es solo esto, ya que es tan únicamente una de sus manifestaciones. Dice una bienaventuranza, "dichosos los puros de corazón, porque ellos verán el Reino de Dios" (véase Mateo 5:8), pero esto no significa que el que se mantenga en castidad (hagneia), célibe, continente, sea puro, no, cuando el Evangelio se refiere a serlo, tiene una condición especial que brota del mismo corazón (es noético) del cual discurre en los actos libidinosos, pero tambien de los pensamientos, ideas, labios (véase, Isaías 6:5), y sentidos y extrasentidos de todo tipo, por ello que se hable de una "pureza virginal" como fin último de todo cristiano que se encamine hacia la perfección de la santidad, teniendo en cuenta el autodominio de sí mismo (enkrateia), la templanza o moderación de nuestros actos/pensamientos (sophrosyne), como de cualquier vicio, entre ellos los carnales, o almaticos, como lo es el orgullo que se dice que es una forma de impureza espiritual, dice San Nilo de Sora que es una "arrogancia que se extiende hacia el exterior conforme a la debilidad de la vanidad".

En cuanto a la definición de puro, o de toda pureza, en griego se utiliza la noción de "katharos" (catarsis), libre de toda mácula que contamina el cuerpo, pero también el alma y el espíritu, del cual no significa tanto lo externo, sino lo interno, que por tanto toca el fondo, lo interior. De hecho, en el Evangelio se prohíbe lo primero, por ejemplo en el caso de los leprosos, y de personas no sanas, algo que el mismo Jesús criticaba en contra de los fariseos, (véase, Marcos 7 y 15), no es tanto lo que entre, sino lo que sale del hombre, esto es, las palabras, los gestos, las miradas, la soberbia, etc (concupiscencia), es decir, no solo se refiere a la exteriorización sino también de la que viene de los mismos pensamientos/imaginación de la mente del cual puede ejecutar actos no solo sexuales, sino también de deseos desordenados del alma (acto ejecutivo): intención de matar, robar, fornicar, adulterar, envidiar (véase, 1 Corintios 6:9-10), ya que se cometen en el intelecto (tentativa acabada), en la psyche y por tanto ya es pecado.

Cuando se consigue la purificación del cuerpo, le siguen después la del alma (entre ellos, la mente) y del espíritu, que a su vez van concatenados con el soma y la mente de la persona, y sus niveles de contemplación, entre ellos, primero la catarsis, la iluminación y por último la deificación. La impureza de todo tipo, incluyendo la más recurrente que es la primera, debe ser limpiadas como si se tratara de un lodo, luego se debe seguir a los demás componentes. Todas ellas se basan en alterar las reglas en el abuso de la libertad (extralimitación) del cual se genera no solo faltas, pecados sino también sistemáticamente vicios, que son de difícil desarraigo, de allí que los medios o instrumentos de salvación sean indispensables para su sanación. El hecho de no derramar semen (onanismo), o no tener algún contacto sexual, no quiere decir que no se transgrede el mandamiento porque bien existe la alteración de las facultades mentales, del cual da por hecho su materialización interna.

Muchas veces creemos que cuando no robamos, no fornicamos, o no matamos, no se ha cometido el pecado, cuando ya interiormente, de pensamiento, se ha ejecutado, por ello que se deba detallar todas sus causas, así no se haya modificado la materia, es decir, se toma como cometido en el grado de pensamiento (plano espiritual), no de ejecución material, por lo general tomamos este último aspecto, cuando realmente lo grave está en el interior, y es esto lo que se debe combatir, precisamente para que no se exteriorice, y así poder dominar otras pasiones inherentes a la primera. El beneficio de rechazar imágenes vacuas, malas, e inclusive buenas, es entrenar la psyche, para poder llegar la purificación del corazón, para que de este último brote meramente actos santos, buenos, justos, puros..., sea de la naturaleza que fuera, esto te hace además más fácil luchar contra las tentaciones, y demás acometidas del mundo, de la carne y del demonio.

Dice San Filoteo el Sinaíta:

"No debemos enorgullecernos de que nuestro corazón haya sido vaciado de pasiones, sabiendo que ningún ser humano puede ser más puro que los ángeles incorpóreos y que, a causa del orgullo, pasó a ser Lucifer del ángel demonio perdiendo su pureza de corazón: Así, la soberbia de la mente era considerada impureza ante Dios. [...] La mayoría de los monjes [religiosos o no] no miden el daño que sufre el espíritu a causa de los demonios. Luchan por la rectitud de sus acciones, no se preocupan por cuidar su espíritu y pasan su vida en una simplicidad sin desconfianza. En mi opinión, son totalmente inconscientes de las tinieblas de las pasiones interiores porque no tienen la pureza del corazón. A los que están colmados del divino deseo de purificar el ojo de su alma los espera otra operación en Cristo, otro misterio".

No queremos entrar en detalle de esto, porque resulta tan eficaz para la práctica, no sabemos de cuánto tiempo se necesita para rechazar estos pensamientos, pero lo que se debemos dejar claro es que debe ser inmediato a al menos casi enseguida, indistintamente del tiempo que se tome, sin que nunca se llegue afectar las facultades del alma, en el sentido de no tener cierta aceptación y luego deleite de su idea, es allí donde entra el pecado de mente, interior, voluntario, que a su vez puede ser imperfecto o acabado, pero ya es difícil entrar a detallarlo (por ser una línea delgada), en todo caso, usted se debe oponer para que vaya teniendo ejercicios a estos deseos/pasiones, para que evite que se convierta en obra o acción. Por ejemplo, la Biblia nos trae varios ejemplos de ello, entre uno bien destacado es el de desear mujer ajena (Mateo 5:28 o Éxodo 20), en estos casos, ser siempre puro, fiel al corazón es el tema a seguir, la cuestión es que no es lo único porque también se debe hacer frente a las demás faltas que no son estrictamente sexuales u otra naturaleza, como las del habla, omisión, u de otro tipo.

Un problema que tenemos normalmente los hombres (y se debe más que todo por la formación biológica de nuestro cerebro) es desarrollar y tener en cuenta mayormente desarrollado el sentido de la vista, de la cual nos puede generar ciertos problemas espirituales, como lo son las miradas concupiscibles, que puede que no generen malicias en sí misma, pero si la consistencia de la observación de mujeres, lo cual incurre en mayor tentaciones y tambien la aceptación de ciertos pensamientos impuros, y sin necesidad (auto buscados) y aprovechados por el maligno a su propósito, la cual además como último fin podría traer a los actos sexuales, onanismo, fornicación, adulterio, etc, y hasta caer en el vicio de la lujuria, como llegada final indeseada. De allí que la curiosidad sea tremendo problema para todos, y entre ella la mirada curiosa, atraída por la concupiscencia de los ojos, que nos habla tanto San Pablo y que San Agustín nos refiere (que tanto sufrió), como la del cuerpo que se materializa en la carne, con sus vanidades, desnudez, inmodestas, etc.

De esto que sea necesario pedir a Dios la gracia santificante, y en especial el don divino de la castidad, entre ellos, el de los sentidos, en especial el de los ojos como el regalo de la pureza de corazón, esto, para poder permanecer puros de mente y luego en lo noético, y esto es un don que nos suministra Dios si se lo pedimos con sacrificios, bien para poder ver a nuestros hermanos como seres espirituales no como seres carnales, y a esto se le debe sumar los evites a las conversaciones impuras, palabras vulgares, las mentiras, la gula, codicia, etc, vicios en general (logismoi) todo ello va unido a un solo kit del cual recoge la perdición del hombre en la esclavitud del pecado, con razón dice San Pablo en Efesios 5:3: "La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos". Es que es obvio, si se comienza hablar entre amigos del tema, ver películas, o arte necio, lo más seguro es que habilite tus sentidos de la imaginación, y retrotraer todo lo que has combatido para llegar al estado de la santificación, un retroceso tenaz conforme a la sensualidad u otros temas impuros.

Dice Juan Pablo II, en una Audiencia, del 16 de abril de 1980, "Cristo apela al corazón del hombre", explícitamente indica: "No sólo respecto a la configuración del ethos evangélico, sino también respecto al modo de ver al hombre. Por lo tanto, no es sólo la razón ética, sino también la antropológica" y esto por supuesto tiene su origen de la triple concupiscencia que nos refiere San Pablo, la de la i) carne, ii) los ojos y iii) la soberbia, ya que el cuerpo se vuelve poderoso pero el espíritu débil (y debe ser al revés), como el que mira para desear ya cometió pecado, por el hecho de desear riquezas, poderes, pero también por mujeres, es así como los hombres se extravían de sus caminos (véase Eclesiástico, 9:8-9), por tanto debemos buscar siempre al Señor con la sencillez de corazón, como niño (véase, Sabiduría 1:1), pidámosle a Dios que nos dé un corazón puro, en todo sentido (véase, Salmos 50:12) o con la frecuente e incesante Oración de Jesús, la invocación de su santo nombre, como lo dice San Hesiquio de Batos, San Isaac el Sirio u otros grandes santos, sin esto no es posible limpiar y purificar nuestro ser.

En síntesis, para poder corregir y sanar los otros elementos de la antropología humana en su composición total tal cual como lo es el alma y el espíritu, primero debemos comenzar por nuestro cuerpo, purificándolo de sus deseos carnales, luego educando el corazón por medio de los instrumentos de lamente, en especial del espíritu y la lucha ascética, al rechazar los pensamientos, purificar la pysche, y estos a su vez se impulsan por la oración y una vida sacramentada, atrayendo la gracia necesaria para repelerlos, así nos lo confirma los Padres del Desierto y de la Iglesia, en la aplicación de la "ciencia de las ciencias" o "arte de la oración", entre los tres (3) tipos de pensamientos a combatir, es decir, aquellos que vienen de Dios: Iluminación del Santo Espíritu (de muchas maneras) del cual podemos aceptar, y otros como los del hombre, por sus realidades (aciertos o desaciertos), o los que vienen de los demonios: Mala influencia (dañar el hombre, hacerlo caer) todos ellos deben ser discernidos.

De esta manera, es incompatible ser militante, atleta, y no hacer uso de las armas, de toda la disciplina ascética, como del discernimiento, en este caso espiritual, esto nos sirve para ganar batallas, y hasta la guerra (perseverancia final), siempre manteniendo a toda costa, dentro de los que nos corresponde, la "gracia", de ello precede cierto esfuerzo, propio o ajeno, para conseguir la santidad, es decir, es el "scopos" (objetivo) y telos (finalidad) de todo cristiano, como lo es llegar a la meta, y en esto implica ante todo una "guerra total", no como la concebimos en la actualidad, sino verdadera, en contra de los enemigos del hombre, que no solo lo son los mismos hombres (instrumentos) sino los del alma y el espíritu, entre ellos los vicios, los pensamientos impuros, el Diablo, los pecados, la separación de Dios, esto sí que es perverso. Todo camino hacia la virtud, la santidad, a lo justo, conlleva riesgos, peligros, de caer, pero este no es el problema sino el no levantarse, persistir, hasta resistir y vencer, y esto es lo que quiere Cristo para ti, para que venzas al mundo, la carne y el reino de los demonios.

Por ello que la Santísima Trinidad nos haya dotado de medios para vencer estas pesadillas mientras vivíamos (homo viator), entre ellos, el ayuno, la mortificación, la vigilia, la lectura sana, la oración, la eucaristía, la confesión, etc, todo esto, bien utilizado, con obediencia/humildad/caridad, nos dará el sustento necesario para salir adelante, ya que el Reino de Dios le pertenece quien hace se violencia contra sí mismo (kenosis, fronema), esto es un elemento para conseguir la pureza de todo tipo, pero por niveles, grados y fines, cuyo objetivo es la pureza de corazón, mejor dicho, el "skopos dioko", de un atleta será siempre la verdad (parresia, magnanimidad, valentía, etc), todo atleta de Cristo, tiende a la perfección, dice Juan Casiano (véase, "Conversaciones para iniciarse a la vida espiritual", p. 22) que este es la meta de nuestros actos y deseos y por ello deseamos vivir en soledad interna (desierto interior, hesychia), combatiendo contra todo vicio, placer, deseo, por esto es que los instrumentos divinos deben orientarse, para lograr la dirección correcta, sana, orthos-doxa.

Indica San Gregorio Palamas:

"No basta con liberarse de los pecados corporales, sino que también hay que purificar la energía interior que habita en el alma, pues de nuestro corazón salen “los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias” (Mc 7,21), etc., que son los que mueven a las personas".

Todo en el sistema de justicia divino, como de la economía de la salvación (oikonomia) debe estar encaminado a la purificación primero del cuerpo, luego del alma y por último del espíritu (del cual va anejo al segundo), no son excluyentes, por ello es que deba estar conectado la catarsis, junto con la theoria, que es el grado de contemplación divino (iluminación de conciencia), del cual se da por grados para poder vencer las tentaciones, y tener cierto control sobre los pensamientos en los vicios que tenemos: gula, lujuria, ira, etc, en esto se destaca que se debe pedir siempre a Dios, el don del discernimiento, sobre todo espiritual para poder distinguir lo bueno, de lo malo, el trigo de la cizaña, lo nocivo de lo beneficioso, lo vicioso de lo virtuoso, lo diabólico de lo divino, etc. Dice Juan Casiano que este don no es terrenal sino el mayor premio de la gracia divina, (ibid., p. 64), esto nos hace ver no solo las carencias, sino también los excesos, como lo puede ser el abuso del ayuno, de la vigilia, etc.

Cuando una persona llega a la pureza de corazón, del cual significa amor puro, no hay lugar para la arrogancia, envidia, celo, codicia, nada de eso, trata de imitar a Cristo en su conducta, y por tanto los malos pensamientos que brotan de el, son mayoritariamente santos, buenos, correctos, sanos, justos..., de allí que este deseo, tenga que ver con la virtud teologal de la caridad, pero para llegar a ella debemos purificar primero nuestro cuerpo sobre todo de la gula y la lujuria (las pasiones carnales), y luego de los pensamientos (almaticos) en rechazos de lo que se presenta en nuestras mentes, dejando a un lado el espíritu vagabundo, ocioso, o de piloto automático, haciendo que de nuestra alma se active el recuerdo permanente de Dios (evitando el no olvido). El ayuno, la lectura santa, etc, puede servir para ir instruyéndonos en estos caminos pero todo está en la práctica continua con tal de llegar a la cima de la montaña, y para esto necesitamos de las tentaciones, para que luego puedan ser aborrecidas y ganas como premios, en caso tal que no se tengan y esto se debe a varias causas, entre ellas, porque ya cometes actos impuros exteriormente, (que es la principal) y no hay necesidad o porque las aceptas (interiormente), es decir, no luchas (estas "game over").

Frente San Isaac el sirio expresa lo siguiente:

"Si alguien no se enfrenta a las tentaciones, no alcanzará la sabiduría del espíritu. Y sin una lectura diligente, no reconocerá el debilitamiento de sus pensamientos. Sin el aquietamiento de la mente, el intelecto no se adentrará en los misterios ocultos. Sin la fuerza de la fe, el alma no puede tener valor y valentía en las tentaciones. Sin el claro sentido de la protección de Dios, el corazón no puede esperar en Él. Y si el alma no puede gustar los sufrimientos de Cristo con entendimiento, no puede tener comunión con Él".

Todo esta conectado, de este modo nadie que sea impuro de corazón, podrá ver la cara del Señor, realmente hasta que no se purifique no solo de la carne, sino también de la mente, y lo noético (al menos que Él quiera, esto es otra cosa), dice Éxodo 33:20: "No podrás ver mi rostro en esta ocasión, no sea que mi ira se encienda también en contra de ti y te destruya a ti y a tu pueblo". Un buen comienzo para esto no solo es alejar lo carnal, sino también el espíritu mundano que lo acompaña, para comenzar a trabajar la mente y llegar al fin-final de la carrera toda alma espiritual que se debe basar en el amor, la caridad, el ágape por Dios y por el prójimo (amar a nuestros enemigos inclusive). De allí que se debe tener en cuenta el control de los pensamientos como herramientas, no tanto huyendo de ellos, sino rechazándolos con valentía, con templanza, de allí que se mejore no tanto la cantidad de las ideas (porque puede que disminuyen o no) sino de calidad, que es lo que se quiere ir reemplazando (desplazando), de lo mundano a lo divino: santo, justo, provechoso, de allí radica nuestra libre voluntad (esfuerzo).

Desde un punto de vista apofática como catafatico, es posible ver el rostro de Dios, ya sea desde el intelecto, o como revelación, a través de las energías divinas (increadas), o experiencias místicas, pero para ello es imprescindible si o si, tener pureza de corazón, por tanto, podemos conocer, y extraer algo de la razón misma, pero la verdadera ciencia está en los misterios divinos, no en la teologización, pero si en la espiritualidad, por ello que el hesicasmo sea una buena salida para encontrarnos con el Señor, purificando no solo lo carnal, sino también nuestra alma, en sintonía con la práctica de la virtud, y por último del espíritu llegando a la vida sacramental/espiritual, contemplativa/mística, que le llaman deificada (theosis), en comunión con la Santísima Trinidad.

En otra entrada de este Blog, titulada "Los logismoi: ¿Cómo combatir los malos pensamientos y no morir en el intento?", que puede leer aquí, dijimos lo siguiente:

Las faltas, los vicios, ante todo son causados por pensamientos malos (logismoi) que atacarán a la vida del “asceta” en la vida práctica, estos no nos permiten llevar una vida contemplativa (hesiquia), por lo menos no los impiden con la puesta del “fantaseo” o “imágenes” en la “mente” (phantasia), por ello, que se deba requerir al solicitud/entrenamiento del “discernimiento”, para “combatir” este tipo de situación, de todo lo que se genera/entra en la memoria, entendimiento, voluntad, dentro de nuestra “libertad sinérgica”, de allí que el “maligno” trate siempre llevar al pecado, causados no por pensamientos propios (que es distinto), sino ideas del pasado (en muchos casos) en “bodega de tu alma” (recuerdos), que son utilizadas por los “demonios” como contrarespuesta a tu oración, penitencia o mortificación.

Al “crearse imágenes” en tu “cabeza”, nos podría llevar a perturbar la “comunicación infusa” que puede ocurrir con Dios (al día tenemos alrededor unos 6200 pensamientos, es decir, 4,3 pensamientos por minuto y no la media de 45.14 como se cree, se desmiente el mito de los 60.000, véase, Tseng, J., Poppenk, J. Brain en “meta-state transitions demarcate thoughts across task contexts exposing the mental noise of trait neuroticism”, 2020, se asegura que mucho más de la mitad son “involuntarios”, “negativos” o “repetitivos”), es por eso que sea inherente tratar de rechazar, defenderse de este tipo de pensamiento desde un inicio para ir entrenando, porque sus operaciones espirituales no son casuales, sino causales directas determinados por los “bellacos demonios”, llamadas “acciones ordinarias”: “tentaciones”, debemos de allí que debamos recurrir a la “recuperación” del terreno perdido en caso tal de caer, y trazar una “metodología” para una contraofensiva o construir una inexpugnable muralla almática-espiritual, ya que si no lo hacemos podremos claudicar y eso es lo que quiere precisamente el “maligno”.

En todo ello es donde entra el discernimiento que debes ejercitar, pero sobre todo pedir, para saber sus causas, y esto se hace es con práctica, a la hora de tener un pensamiento se debe examinar de dónde sale y su autor, para así estar preparados para ataques posteriores, o bienaventurados como los que vienen del Señor, alegrándonos, sin caer nunca en la vanagloria, porque también podemos ser engañados por mucho discernir que tengamos, no debemos estar confiados sino vigilantes, sobrios, hesicastas, una vez que entra un pensamiento rechazarlo, o recibirlo como debe, sin entristecernos, ni con euforia, arrogancia, jactancia, sino con justicia-piedad, como se dice 1 de Juan 4:1: "Queridos, no os fieis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo". Esto se consigue con el esfuerzo, en especial del arrepentimiento, la contrición de corazón y la penitencia por nuestros pecados, tal cual como lo asegura San Paisio Velichkovski (véase, tambien Maria Egipciaca), sobre todo en lo que se refiere a la superación, la lucha de los enemigos invisibles, la consecución de la oración sin cese, cuyo beneficio para el alma brotan la pureza del corazón, como semilla, dirigidos a los frutos espirituales (obras).

Debemos aclarar algo y es que los pensamientos divagan muchas veces por nuestra propia culpa, es decir, hábitos, es decir, a veces por lo errores en que caemos se penetran en nuestra alma, pero en otras ocasiones son introducidos por el maligno por perjuicio, pero que Dios paradójicamente los utiliza para nuestro beneficio si le llegamos a rechazar, esto es, para purificar nuestra mente, en transición hacia la purificación del corazón, por lo general, la Santísima Trinidad cuando lo permite sabe de nuestras capacidades y condiciones, caemos, no por su culpa, sino por la nuestra, al no resistir, huir, luchar, o falta de humildad, y todo esto dependerá de la calidad de nuestros pensamientos, imaginaciones, se aclaran o entenebrecen, porque es que la fuente que los genera son noéticos, y la única forma de hacerlo es así, para que se convierta todos ellos en santos, justos..., por eso además de la importancia de recitar la oración incesante, el santo rosario, la lectura santa, hermanos, se necesita de un combate mental, vida sacramentada, meditación, contemplatio (hesicasmo), medio distintos, ayunos, vigilias, vigilancia (nepsis) constante, evitando la ignorancia, el espíritu carnal, la negligencia, y el olvido de Dios.

Ahora, todo lo que tenemos en nuestra mente puede ser catalogado por basura, no solo por lo que escuchamos a diario, conversaciones vanas, sino por lo que vemos en las redes sociales, y todo lo que implica los sentidos, estamos en una sociedad hiper materializada, que nos corrompe, que no hay necesidad del maligno tentarnos, nosotros mismos caemos redondos cuando no nos entrenamos en el espíritu, por ejemplo, cuando pasamos todo el día viendo televisión, leyendo libros necios, comiendo a cada rato, igual puede decirse de lo contrario, cuando hacemos ayunos sin sentido, vigilas que sobrepasan nuestra capacidad, etc, todo esto viene de nuestra propia soberbia, hombre concupiscible, del cual aparta al alma de la verdad, y nos aleja del pegamento divino de la virtud que no es otro que la humildad/obediencia. Sépase que cada vez que la impureza saca la cabeza de víbora toca darle manduco, hasta que se elimine su nido, dejar de alimentarlos es una y otra rechazarlos, golpeándolos.

En este sentido expresa el teólogo ortodoxo, J.L. Larchet en su inisigne texto: "Terapéuticas de las Enfermedades Espirituales", "Por lo tanto conviene luchar contra los pensamientos si se quiere poner fin a los pecados externos e internos y librar las almas de las pasiones, sería inútil combatir las pasiones luchando únicamente contra sus manifestaciones externas, pues [todas ellas] tienen su raíz en los pensamientos y si estos subsisten en el alma, inevitablemente otros actos se derivaran de ellas" (p. 450). Citando Eclesiástico (Siracides) en su capitulo 23 en sus versículos 2 a 3, que extendemos hasta el 6 nos dice: "¿Quién aplicará el látigo a mis pensamientos, y a mi corazón la disciplina de la sabiduría, para que no se perdonen mis errores, ni pasen por alto mis pecados? No sea que mis yerros aumenten, y que abunden mis pecados, que caiga yo ante mis adversarios, y de mí se ría mi enemigo. Señor, Padre y Dios de mi vida, no permitas que mi mirada sea altanera, aparta de mí la pasión Que no se apoderen de mí lo placeres ni el sexo; ¡no me entregues a mis pasiones impuras!"

Dice San Agatón: “La actividad del cuerpo es como una hoja; la actividad interior -esto es el trabajo espiritual- es el fruto”, entre otros casos los monjes de Egipto, como San Nilo, Evagrio Póntico, y antes Orígenes se refieren a los logismoi, como vicios que distraen al monje, pensamientos que brotan del corazón, en ciertas ocasiones, o que llegan al alma apartando la atención debida/requería hacia Dios, de este modo Hesiquio de Jerusalén indica cuatro (4) formas para ejercitarnos en esta vida, la primera es resistir a estas pésimas ideas, segundo tener el corazón quieto, libre de toda falsa imagen, tercero, orar (mentalmente), invocando el santo nombre de Jesús, y cuarto pensar en la muerte, llegando siempre al recogimiento interior, al hesicasmo, según sus capacidades/condiciones, esto es la vigilancia, anticipándose a estos golpes almaticos-espirituales dentro de la vida ascética en la unificación hacia lo noético en comunión con la Santisima Trinidad.

Dice San Teófanes el Recluso, que las pasiones no se manifiestan en nosotros gratuitamente, sino por algo, y principalmente es porque aún no somos puros, pero de ellos podemos sacar provecho para purificarnos, (véase, ¿Qué es la vida espiritual y cómo perseverar en ella, p. 226), el problema es que no la rechazamos, sino que la aceptamos, y se comienza a arraigar, indistintamente de su causa, pues ya se dice en Romanos 8:7: "Toda consideración carnal (pasional) es enemistad con Dios", por tanto la voluntad, el esfuerzo, entran en acción, para comenzar a desplazar pensamientos inocuos por aquellos saludables, santos, por ello es que tengamos que utilizar la ira, la iracunda que es santa, para no caer en la trampa, de la imaginación, el meollo de esto es que el pensar genera a veces deseos/placeres cuando lo aceptamos, de allí que el entrenamiento de apártanos nos lleva al buen camino, lejos de la acción-reacción, esto es de la impureza, entre ellos la mental. Debemos hacer uso de los medios, instrumentos para repeler los ataques, resistir, luchar (interiormente), y crear así una conciencia de lo justo de la moral cristiana-católica-ortodoxa.

Hagamos la Oración de Jesús en ese/este instante: 

"Señor Jesús-Cristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador" o su forma breve: "Señor Jesús-Cristo, ten piedad de mi", o composiciones diferentes, "Señor Jesús-Cristo, sálvame", "Dios ven en mi auxilio, Señor, apresúrate en socorrerme", etc, la que usted prefiera, construya, mejor si es con el Evangelio, o con los Salmos, pero recuerde dirigirse siempre con devoción, con el alma, golpea la tentación, el pensamiento invocando el nombre de Cristo, expúlsalo, con la doxología, y veras como todo vuelve a la normalidad, se tranquiliza todo, de hecho, con el solo nombre es suficiente, ya dependerá de ti la actitud, así afirman los Santos Padres, y la monástica, pensemos el San Juan Kolobos o el Enano (de Egipto), quien decía que antes de que le llegara ya tenía la oración en la mente (en la boca de los pensamientos) se adelantaba a los hechos, porque atendía la mente a su rezo (lo que llaman ahora prosoche), pero siempre con humildad/obediencia, recordando la muerte diariamente (memento mori), la quietud (hesyquia), dentro del proceso de la lucha interna, en la contemplación, en la cooperación, esfuerzo para la consecución de la gracia santificante esto hace parte de la economía de la salvación.

Si se dan cuenta, casi todo los santos orientales, y entre ellos los hesicastas, solo por mencionar uno, el Santo Paisos del Monthe Athos, se refieren a los mismos remedios, este último nos regala para ello una formula breve para purificar el corazón, la misma receta de siempre, pero que muy poco hacemos y que repetimos incansablemente, y esta no es otra que la Oración de Jesus, que ya nos acabamos de referir: 

"Señor Jesus-Cristo, hijo de Dios, ten piedad de mi, pecador"

Indica el monje que es así como se purifica todo, desde el cuerpo, hasta el espíritu, pasando por la mente, expresa tajantemente que "se echa afuera todo el lastre acumulado en el corazon", pero dicha actividad debe verse/practicarse en conjunto on la humildad, la renuncia a si mismo, como al odio por otro (amar al enemigo incluso), el amor (caridad), la manifestación de nuestros pensamientos, la ascesis y la oración continua. 

Téngase claro que sin esfuerzo hacia lo divino, no conseguimos nada, y la gracia no crece (en caso de tenerla) o no se consigue, a menos que por misericordia te la de por ciertos motivos desconocidos, causales o misteriosos (pero no es la regla general), en todo caso, todo el que quiere crecer en santidad debe cooperar para la salvación de todas las almas, incluyendo la suya, la de su prójimo, incluso la de su enemigo, y esto es lo que quiere Dios. La purificación progresa, según la medida de sus medios, entre ellos el de la oración, invocando su santo nombre, y la vida sacramental, una vez que llegue los pensamientos se deben resistir y expulsar, como una fiera que entra a tu casa, vea que con el enemigo no se dialoga, se destruye, se elimina, lo mismo que este tipo de ideas, se irrumpe con la gracia, o con el esfuerzo para su consecución, hasta que no dejen de salir quiere decir que nuestro corazón aun no es puro, porque es lo que brota, mientras que exista la voluntad debemos arrepentirnos, llorar, purificarnos, hacer penitencias, pedir ayuda, etc. Entendamos que el camino hacia la pureza de corazón está lleno de muchos obstáculos, y luchas, y por supuesto que con la ayuda de la Santisima Trinidad podremos salir avante.

10 de noviembre de 2024

LA CRISIS DE LA IGLESIA [MILITANTE]: LA LUCHA POR LA RESISTENCIA


"Ustedes hablan de honor, pero yo hablo de trabajos y fatigas [ascetismo]; porque éste no es tiempo de recompensas, sino de matanzas, de batallas y de peligros".
San Juan Crisóstomo

"El tiempo es corto, la muerte es segura y la eternidad es larga".
San Juan Henry Newman

"El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas".
1 Timoteo 4:1

Mario Felipe Daza Pérez

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Ningún mortal, no solo cristiano puede negar la crisis de la Iglesia (en todas sus denominaciones) sobre todo en lo que se refiere a la católica de rito latino, incluyendo las ortodoxas (y orientales, greco-católicas, coptas, siriacas, etc), por todo lado, se encuentra el resquebrajamiento de la tradición por novedades [pos] modernistas en sus doctrinas heterodoxas en el seno de la misma, por tanto, el problema está en la denominada “Iglesia Militante” (véase, De sacro altaris mysterio, V, 26, de Inocencio III) es decir la que gobierna (administra). No es con la purgante ni con la triunfante que es la que reina, al contrario, estarían desacuerdo todas ellas, con respecto a lo que está sucediendo aquí en este plano con respecto a lo que se refiere con los mandatos divinos, actos contrarios a la fe en todos sus sentidos.

El franciscano Pedro de Juan Olivi, un gran pensador católico, aunque considerado muchas veces como “herético” (Véase Concilio de Viena de 1312), se le considera como un gran estudioso del siglo XIII, sobre todo en lo respectivo al tema escatológico, entre ello podemos encontrar por ejemplo el Tratado sobre la oración del Señor y Lectura super Apocalypsim de del cual enuncia siete (7) estados de la Iglesia, siguiendo el Apocalipsis de San Juan (y su película), i) la de los apóstoles y padres, ii) los mártires, iii) los doctores, iv) anacoretas, v) los que viven pacíficamente, vi) la milicia que combate el anticristo y sus cómplices y vii) la venida del Señor y su reino, ante esto no sabemos a ciencia cierta en cual etapa estamos, lo que si estamos seguro es que por lo menos nos encontramos entre la transición entre la quinta fase (Sardes) a la sexta (Filadelfia), o ya en esta última a inicios (que según el religioso mencionado en el siglo XIII ya estarían en la penúltima), lo que debe corresponder en esta etapa es que vendrá una guerra espiritual asimétrica de gran escala, sobre todo mental, psicológica, pero tambien belica-fisica (mártires), antes de que vengas los profetas enunciados y suene la séptima trompeta y se abra los últimos de los sellos.

La conformación del cuerpo místico conocido como iglesia espiritual (ecclesia spiritualis) o los hijos de Dios, hijos de Jacob, israelitas, en lo que sería la quinta o sexta etapa, que sería llamada según el religioso como Iglesia carnal (ecclesia carnalis), o de Babilonia, en nuestro caso lo llamaremos Egipto y sus faraones, tratan de remover el “katejon”, que aún resiste, por parte de los espíritus inmundos influenciando con los instrumentos humanos, externa e internamente, en cuanto a los impíos y parte del clero que la componen, del cual tendrá como autoridad un antipapa, (véase, Groppa, Octavio, 2011, Historia y escatología en Joaquín de Fiore y Gian Luca Potestà, El tiempo del Apocalipsis. Vida de Joaquín de Fiore, 2010), hacen estos a su vez una trifurcación de tres (3) edades, una que llaman del Padre, otra del Hijo y por último del Espíritu Santo hasta la llegada de la Parusía.

Lo que podemos rescatar de sus pensamientos por parte de estos franciscanos espirituales, era la preocupación corrupta de la Iglesia aun en esos tiempos, por la cual compartimos ahora con mayor medida, en cuanto a lo que imprenta el espíritu de estos tiempos de herejías modernas/apostasía, en desbalance a la patrística y la monástica, que hicieron de esta Ecclesia, una muralla inexpugnable, del cual ahora se está poniendo de relajo para el imperio del anticristo, no sólo referido a la persona (personificación) sino también de los que comparten su esencia, es decir los impíos, los bobos útiles del demonio. Esta preocupación igual que otrora la tuvo a partir de la renuncia del Papa Celestino V en 1294, inquietud que también podemos tener nosotros con la renuncia del Papa Benedicto XVI en el 2013, y así de esta manera han abdicado a esta administración a lo largo de la historia catorce (14) papas con condiciones únicas.

En cuatrocientos (400) años entre los años 1045 y antes del cisma, hasta 1415 renunciaron tres (3) Papas, hasta el último que fue Benedicto XVI pasaron casi 600 años, junto con el primero de ello que se dio en el año 97 (pero sin confirmación), y el siguiente Ponciano de 230, y así sucesivamente siguiendo con los demás, aunque en Celestino V su abdicación lo manifiesta por motivos personales. La historia ha sido distinta para cada uno de ellos, incluyendo la de sucesos, y hechos espirituales, monásticas que tomaron de este hecho como apocalíptico, como el declive de la Iglesia, y el inicio de la sexta (6°) etapa de las edades de la Ecclesia como de la fase ya última del Espíritu Santo, del cual llamamos como Sardes y otros la denominan como Filadelfia, lo que ha si es verdad es que ha avanzado y ha sido bastante pronto, por tanto los matices han cambiado.

No podemos detallar con precisión, ni tener muchas ideas particulares, por ser aun misterioso para los fieles o no, del cuándo vendrá la Parusía, pero acercándonos según los estudios realizados por los distintos teólogos, santos, padres, etc, que aun así, no detallaron mucho las fechas exactas, por ser desconocidos por todos, inclusive por los santos ángeles, almas purgantes, seres triunfantes, son fechas que solo conoce Dios, de cuándo y cómo se va dar, solo tenemos ciertos indicios (por tanto velad y orar), pero esto no es óbice para que podamos estar preparados para estos acontecimientos, ya que dan pistas, que van desde la creación del mundo, profetas, apóstoles, martirios, el tal “milenarismo”, como la escolástica, época de los monjes, etc de lo que vendría, aún así no nos queremos detener en esta situación compleja, por ser desconocido por nuestra mente limitada.

Muchos adjudican la escolástica como una gran época, pero no es cierto del todo, en este periodo de maduración del catolicismo, tiene su lado gris, en el que se presentaron las fauces para la entrada del renacimiento y del protestantismo, y lo decimos por el exceso de racionalismo no tanto laical sino religioso que hubo, lo cual sirvió de bandeja de plata para ser aprovechada por los movimientos posteriores, por tanto no puede ser considerada de netamente mala, sino al revés, ya que sirvió de ventajas académicas, porque se crearon universidades, colegios, centro de salud, y de la ciencia, hubo un acontecimiento grandilocuente, pero que vino a su vez a traer males y errores introducidos desde el escolasticismo (antes y después del siglo XV, sobre todo en la tercera etapa), y esto es una crítica certera que nos hacen los ortodoxos, ya que apartándonos de la santa tradición, es decir de la patrística/monástica. De hecho, de las condenas que le hicieron a Pedro Oliveri, como a Joaquín Fiore, fue precisamente en este sentido por el exceso de filosofía helenística impregnada en su literatura de hecho hasta de su mezcolanza con la causa judía (Véase, Olivi and the Jews), dejando a un lado la importancia espiritual (iluminativa), aunque no lo desconocieron del todo.

Si se propusiera una condición monástica del clero, una vuelta a la patrística, la cual es apropiada sobre todo para estos tiempos esto se arreglaría, no se trata de eliminar su jerarquía pero sí de tener en cuenta a la comunidad laical formada (consultiva), que puede ser valedera, para que no puede tomar cualquier decisión por intereses propios, y aun de hoy, por ser contraproducente de lo que puede expresar a través de su magisterio (de sus ultimas décadas), y estos hechos van unidas a las siete (7) edades de la Iglesia convergen con la película estrenada este año estrenada en los cines llamada Apocalipsis, que todos deberíamos de ver, del cual nos da una idea como se irán calando las cosas en el mundo, comenzando desde la pasión de Cristo, hijo de Dios, redentor hasta la instauración de su reino y expansión, persecución de los emperadores romanos, comenzando de lo que sería todo esto, narrado por el apóstol amado, Juan Evangelista, desde la Isla de Patmos en el año 95 d.c., en el siglo I.

Para los teólogos franciscanos como hemos mencionado después de la expansión del catolicismo, la iglesia fue decayendo poco a poco, o al menos por varias etapas ya susodichas, pero del cual relegado hasta el siglo XII o XIII según lo relatado por estos autores, la cual en este último enfoque tuvieron una equivocación (en el tiempo), lo que sí es cierto fue la forma en que se llevará a cabo, pero se matiza su contenido, en cuanto a lo que sería el levantamiento de la Babilonia y Egipto, y sus faraones (instrumentos), que es la que llaman Iglesia Carnal en contra de la Iglesia Espiritual, hasta la parusía. Del cual a la vez coinciden con el judaísmo farisaico (que aún domina a través del talmudismo/rabinismo), paganismo (actualizado), herejías (modernas), decadencia de la moral (perversión), exceso/contra libertad (desobediencias), relajación (tibieza) del clero, aparición de ateos, impíos y anticristianos (espíritu del anticristo).

De este modo, si seguimos la tres (3) fases propuestas en conjunto con las dichas en la película se puede indicar que estamos en las ultimas fases (para no decirle de forma exacta, porque no lo sabemos a ciencia cierta, eso se lo dejamos a la Trinidad), del cual el Espíritu Santo tiene mayor protagonismo (iluminando conciencias) y trabajando sigilosamente en contra del ministerio de impiedad, que se avecina, por ello que sea apropiado llevar una vida monástica laical (en seguimiento de la Santa Tradición), según su condición y capacidad, para poder resistir a estos avances impíos, volviendo a la patrística (Santa Tradición) ya que el fin está cerca (según la historia de la humanidad), pues la profecías se está cumpliendo según lo que nos expresa el libro del apóstol Juan en Apocalipsis, y por lo determinado en la interpretación popular sobre las siete (7) iglesias de Asia, la cual corresponde a esta edades/fases, estos son: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

Todas estas iglesias marcan desde la primera hasta la última el registro no tanto de la creación del cristianismo sino de su expansión (o un poco antes inclusive) hasta la parusía. La de Éfeso que es la de primera edad, que llega hasta Nerón, se dé un ímpetu, destacándose, en obras y paciencia, llegando a extender en más de un (1) siglo por todo el Imperio Romano la cual se difunde por Persia, India, Grecia, etc. Aparece la primera herejía, la primaria, que sería la no tan conocida "nicolaita" que a ciencia cierta no se tiene mucho registro, lo que se sabe es quien la promovió, era discípulo de San Pedro, un diácono, también se destacan aquí la entrada de los primeros mártires entre ellos San Esteban, y San Santiago el Menor, al mismo tiempo la caridad giraba hacia una admiración a los gentiles (en contra de los judios), en resumen, entre más muertos por la fe había, crecía el número de cristianos en el mundo, del cual era su simiente, ya decía Tertuliano, "La sangre de los mártires es semilla de cristianos".

Luego de esta etapa viene la Iglesia de Esmirna, cuyo significado es la mirra, se consolida que una vez crecida en números de fieles/bautizados, se ponen en marcha la política anticristiana de retroceso, y el intento del retiro de su luz, el decaimiento de la fe (imposición), un símbolo de dolores y embalsamiento, época de Nerón, Trajano, Decio, Diocleciano, de miseria, y persecución de carácter satánico, hacer renegar de la fe, sobre de todo lo físico, la sinagoga de Satanás, de los judíos fariseos se hacen notar, que no son el Israel de ahora, que si es la Iglesia cristiana, esto, hasta que se consolidó la impronta de Constantino (oficial). En Pérgamo, estaría mercado por el pergamino, época en contraposición de la base de los doctores y de martilleo a las herejías hasta la edad media (es una Santa Tradición positivizada), se destacan entre ellos figuras como Lactancio, San Agustín, San Jerónimo, los cristianos de occidente y oriente, comenzaron a cambiar el paganismo por la religión cristiana (introducción de liquido del cordero), pero con muchas huellas de herejías como la nicolaíta o Balam, pero la peor en esta época era la arriana, una garrapata que se aferró más en el error por parte del clero, un triunfo de batalla de Satanás para esta era, pero no lo de la guerra.

En Tiatira, se conforma la Iglesia de su apogeo en la caída del imperio Occidente, de casi diez (10) siglos de construcción, una lucha iba y venía, pero paciente de ida y vuelta (doble fogueo) pero con superioridad cristiana, esto llena de un florecer, época de las cruzadas, universidades, escolástica, cristiandad europea, monarquías, descubrimiento américa, pero también de la abertura extrema del racionalismo aun clerical, que se mezclaba en su tercera fase, a veces con errores del mismo hombre (auto-buscadas), entre la mezclas de gobierno feudales con la Iglesia y su inserción en la política. La religión católica se volvió un negocio. Una fornicación [idolatría] la gracia recibió y castigo que recayó, con pestes y pestilencia. Cristianos contra cristianos. Y el islam como herejía cristiana se forjó en el terror (proveniente del nestorianismo) y por ultimo la perversión del protestantismo surgida de la misma Iglesia militante.

Aun entre batallas y batallas se perfeccionaba a su vez la liturgia y el culto. Después de la edad media sería atacado con mayor ferocidad, por la Babilonia, Egipto y sus farones (bienes fungibles) por eso la Trinidad manda a guardar la tradición (que es la que vela todo en este plano). Los dominios de los justos tienen que resistir [katejon] en el deposito de la fe, del cual tanto nos referimos hasta el final de los tiempos, en Sardes, cuya decadencia final se da, pero mayormente importante se presente en el siglo XVI con el nacimiento con la reforma protestante, cuyo culmen fue un poco de la introducción que hizo el escolasticismo racionalista, el humanismo (etapas pre-ilustrativas) hasta la llegada de la revolución francesa. La llegada del racionalismo burdo, cuya podredumbre corrompe aún más el espíritu cristiano, volcando del teocentrismo al antropocentrismo, el paganismo comienza de nuevo para reemplazar la cultura, la política y la sociedad [neopaganismo], por ello que la tradición necesita ya no solo de resistencia, sino de lucha, hasta que aparece el respiro que se da con la contrarreforma con el Concilio de Trento y la llegada de los doctores importantes de la Iglesia, quienes se refieren tajantemente a la prohibición de promover la modernidad en la Iglesia [militante], por tanto esfuerzo de la Iglesia era solo conservar y resistir.

Los embates de la crisis como ven ya no son tantos externos, la mejor herramienta del enemigo (aun sin descuidar lo de fuera) ha sido corromper su seno, desde adentro, reemplazando su líquido, de lo que es la la Iglesia militante que es la que le importa, de allí que los últimos esfuerzos de su cuerpo místico en pro de su conservación para su lucha, hayan aparecido verdaderos soldados, tales como, San Ignacio, Santa Teresa, San Francisco Javier, San Carlos Borromeo, etc, que han evitado darle aparición temprana del anticristo por varios siglos. Por tanto han retenido su llegada [katejon], de lo que resulta que estamos batallando en la penúltima Iglesia que es la de Filadelfia que es el tiempo en que estamos (otros dice que aun en Sardes), del cual se está preparando el panorama ya no tanto del espíritu que siempre ha estado (en mayor medida según sus tiempos) sino de su personificación, el líder anticristiano que nos refiere las Sagradas Escrituras, que no sabemos a ciencia cierta cuándo aparecerá, lo que sí sabemos es que el Espíritu Santo está actuando también sigilosamente (en su contra) a su manera y parece que las llaves Pedro han vuelto a sus manos (por la falta de administración).

A pesar de esto las "puertas abiertas" siguen vigente [están apareciendo conversiones] expresión utilizada por San Pablo, [en no negar el nombre, 1 Corintios 16:9] la Iglesia es débil frente al poder secular actualmente, eso lo sabemos, pero el Espíritu Santo está actuando como es, en escogencia de sus soldados, muy sabiamente, pero seguro de lo que será, aunque se haya acrecentado la acción demoníaca, desde el siglo XX en adelante, y aún más lo hace cada década, pensemos en la Revolución Bolchevique, los Cristeros en México, los ahora laicos y clérigos tibios, la indiferencia de los altos mandos eclesiales y la infiltración de la modernidad y la masonería en la Iglesia militante, a esto le sumamos la medidas insurgentes de las sinagogas de satanás. En todo caso sea lo uno o lo otro debemos guardar la verdad y la tradición, resistir y ser el Katejon de la iglesia Militante. Muchos indican que el anticristo vendrá de por aquí y por allá, pero creemos que viene de los talmúdicos/rabínicos, fariseos [ahora con términos modernos], al menos están fabricando uno, (Véase Mateo 24) pero hermanos, que esto no nos obstaculice para que nadie te robe la corona, no es ya tiempo de progreso o evolución debemos volver a la Santa tradición [patrística/monástica], a la ortodoxia, quien venza queda enmarcado en la nueva Jerusalén en la Vida eterna.

Por último, está en veremos lo que será la Iglesia de Laodicea, la final, que aún no entramos en ellas, que será el juicio de los pueblos, conocidos por algunos como milenarismo espiritual, es un terreno desconocido para todos, puede ser el periodo de 1000 años que el Demonio quede encadenado en el infierno o no, y la aparecía de los justos en la plenitud junto con la Iglesia próspera y gran fe, es decir, el Reino de Dios esperado por todos, no lo sabemos, lo que si es cierto es que aquí se presentará el juicio final. La parusía ya está consumada. No es el milenarismo mitigado ni carnal que es una herejía, cuya interpretación patrística, está dada, a un simbolismo o reinado que de los mil años no es para nada literal, sino simbólica, cuya esencia tendrá la victoria espiritual de Cristo y la salvación de los fieles a través de la Iglesia. De aquí que toda esta idea tenga su relación con los siete (7) sellos y trompetas, sucesos del mundo dentro de lo que fueron los veinticuatro (24) Tronos [12 apóstoles y 12 profetas].

Se observa en los primeros sellos, recibir la expansión del cristianismo, Tertuliano había dicho que: “Somos de ayer y hemos llenado ya el orbe y todo lo vuestro: ciudades, barriadas, aldeas, municipios, asambleas, hasta el campamento, las tribus y las decurias, el palacio, el senado, el foro. Sólo os hemos dejado los templos”, (Véase, Apología), si revisamos la historia encontramos conversión de reyes, gobernantes y la fuerza del Estado romano a nuestro favor, el líquido pagano del cordero según los cristianos se propaga a través del Evangelio, pero tambien se da los rumores de guerra (Véase Benedicto XV), cuyo acicate para el espíritu del anticristo encontró su figura final con el aborto. Calando a esto se suma el desajuste de los sistema económicos, políticos y jurídicos, la pérdida de fe, buscando el enemigo ahora la muerte del alma, a través del raciocinio burdo, y es esto el imperio de las luces, a diferencia de los últimos tiempos que se refiere a la venganza de los juicios, a los nuevos mártires, preparación de la resistencia, hasta la parusía.

Entre la aparición del espíritu del anticristo y el anticristo en si como personificación se van consolidados primero paulatinamente las Iglesias, que estaríamos en la penúltima o antepenúltima etapa (según su interpretación), a su vez con el sello intermedio, es decir entre el cuarto al quinto, y conforme a las trompetas que tienen que ver a su vez con las herejías, del cual ha tomado el enemigo como cambios de tácticas y de frentes en la guerra espiritual asimétrica, desde el arrianismo, el islam, el cisma, la reforma protestante, errores doctrinales comenzado desde el escolasticismo de tercera etapa, seguido por el humanismo secular hasta llegar al iluminismo, tomando como final el [pos] modernismo, la “síntesis de todas las herejías” que tanto se refería el Papa Pio X.

Es necesario hacer una matización es que cuando en las revelaciones de San Juan, se hace referencia a las “langostas” (cuyo líder es Apolion/Abadon -destrucción- de las almas) no es otra cosa que los instrumentos del espíritu del anticristo, a partir de la incredulidad, ateísmo, agnosticismo, escepticismo, etc, para preparar aún más el terreno de la llegada de su personificación, como bien sabemos el mal que hizo los ilustres doctores anticristianos, con melena de leones, en contra del catolicismo, corrompiendo la conciencia (sobre todo moral) de los hombres, inyectando el relativismo ético y su perversión, que ahora hemos calado hasta el día de hoy con el nombre de transhumanismo, o peor del posthumanismo, una nueva religión (cultura woke), en consecución a la singularidad. A esto no se le debe quitar, la fuerza externa que conlleva limpiar con guerras (entre ellas la tercera mundial).

Por tanto, el terreno del anticristo en esta etapa de la Iglesia (sea de Sardes o Filadelfia) en todo caso, en época de la aparición del anticristo, hasta siendo atada a una resistencia (katejoneadas) por parte de sus miembros, y esto es lo que nos quiere evitar Dios que pase, o al menos en su mínima expresión cambiando su fuerza (con oraciones, penitencias, sacrificios), no solo de las guerras que se avecinan, sino de lo peor como es el poder que la da al demonio, los abortos (parodia de la eucaristía), sino tambien la guerra cultural existencial idolátrica [neopaganismo] sumado esto a la ignorancia, negligencia y olvido de Dios, todo ello está restando a las acciones propicias, para sus movimientos. Si ustedes ven el medidor de aceite, se puede dar cuenta de las apostasías, herejías está revificada (pero con otros nombres) y vemos ahora cómo la Iglesia militante hasta siendo cambiada el pozo (depósito) de la Tradición por temas profanos (adulteración).

Tengan en cuenta que el fin del enemigo no es eliminar la Iglesia (porque sería muy evidente y no daría los resultados eficaces) sino que está reemplazado su liquido, esta montando otros fieles distintos a los que traía desde la tradición, es decir, por aquellos impíos, paganos, tibios, blasfemos, alterando la conciencia de las personas a través de las  guerras de todo tipo, por ello que necesitemos la fortificación del espíritu, pero no del anticristo. Lo que se prepara en todo ello la llegada del anticristo, y esto es lo que están ejecutando los judios talmúdicos (rabínicos), fariseos, juntos con otros grupos insurgentes en su revolución anticristiana (demoníaca), para terminar de perjudicar la misión de Cristo en la tierra (milicia terrestris), al final las trompetas y los sellos finales podrán ser abiertos en cualquier momento, hasta la parusía, que tiene que llegar si o si, lo que cambia es el contenido de las profecías (que son condicionales) según su lucha y resistencia.

Como han notado, según su mapeo, nos podemos dar cuenta de su registro, consolidación, en lo que respecta a la "economía de la salvación" (oikonomia), por ello que tengamos que vencer la Babilonia la Grande (véase Apocalipsis 17-18), irnos en contra de naciones/gobiernos corruptos, sobre todo las del norte, todo lo opuesto a Cristo: materialismo, hedonismo, idolatrías, perversiones morales, que estará acompañada de ejecuciones malvadas del Egipto y sus faraones, esclavitud (vicios) y la opresión de sus gobernantes, queriendo llevarnos al despeñadero (véase Apocalipsis 11:8), llenas también de obsesiones espirituales, y persecución, de los justos, ya lo dice Jeremías 46: 24 y 28: “Si te diviertes en Egipto, te encontrarás en el pueblo del norte. [...] tú no temas, siervo mío Jacob, que contigo estoy yo, pues acabaré con todas las naciones a donde te empujé, pero contigo no acabaré”.

No en vano nos decía San Agustín (véase, Homilías a la primera carta de San Juan y Ciudad de Dios) que los mártires de los últimos tiempos no lucharan contra estos emperadores (faraones), sino contra el mismo Satanás, es decir, el anticristo, personificado, de allí la importancia dice San Paisos del Monte Athos del también permanecer puros [de corazón] como víctimas del holocausto sobre todo psicológico que se viene, más que físico y esto nos favorece en la corona que se dará en el día del juicio final, las pruebas serán luchas, heridas, cicatrices..., pero la mayoría de estas batallas serán mentales, según como refiere el beato Serafín Rose, y esta son las acciones magnánimas que debemos mostrarle a la Trinidad segun el camino a seguir de resistencia y lucha de la actual crisis que vive la Iglesia Militante.

3 de noviembre de 2024

LA GUERRA ESPIRITUAL ES ASIMÉTRICA


“Todos los dioses de los gentiles son demonios”
Salmos 95:5

"El enemigo invisible es vencido por la recta fe y su buena práctica"
San Agustín

“La fe verdadera encuentra su sitio en el corazón del hombre, y no en su mente. El anticristo será desenmascarado por los creyentes que tengan fe en sus corazones; los que tengan fe en su mente le seguirán (al anticristo)”.
San Gabriel de Georgia

“Quis ut Deus? Nemo ut Deus”
San Miguel Arcángel

Mario Felipe Daza Pérez

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Hoy en día existe mucha confusión en la religión católica y hasta cristiana en general de toda denominación, y que es difícil/caótica de tratar, en cuanto a sus miembros (cuerpo místico) ya que se encuentran normalmente divididos no sólo a temas en concreto (dogmas), como lo es ahora la de negar (inclusive en sacerdotes, obispos y demás), la existencia de demonios, cuando de primera mano en el Evangelio se habla/escribe decenas de casos de sus acciones. Para alguien que se está introduciendo en la fe y se encuentra con estos argumentos sobre todo por parte de pastores malos, lo que hacen es debajear su exigencia en santidad frente a la defensa, resistencia y sí que mucho menos en el contraataque y esto sí que es un problema grande para el combate espiritual en nuestros días.

La religión católica es rica en tradición, incluyendo la que compone la Iglesia Ortodoxa, que también son católicos, pero divididos con nosotros (cisma) esto no implica dejar de utilizar sus argumentos para la defensa, resistencia (katejon) y contra-ataque en la contrarrevolución, iniciados por los caídos, no solo hablamos de los espíritus inmundos que pululan en los aires, sino de cualquiera de ellos en sus estructuras, e inclusive de la milicia humana instrumental, siendo que son objetos de los primeros, de toda estirpe. En el caso contrario, para los iniciados en la fe, tenemos que existen también grados o niveles espirituales, que van desde ser jóvenes, adultos, y luego maduros almaticos (indistintamente seas viejo o no en edad cronológica, véase, 1 de Juan 2:12-14).

Para el Santo ortodoxo ruso, San Serafín de Chichagov (véase, “Lucha espiritual”), determina que los grados se dan según como vayas avanzando, primero, en la visión de no poder comprender lo que pasa en la vida preter/sobrenatural, ya que por lo general la psyche está contaminada debido a varias causas concupiscibles, pero existe digamos cierta intención, por la necesidad de conocer la verdad, salir de la ignorancia es una de ellas. Cuando ya se llega a la etapa de la purificación (catarsis), comienza lo que llamamos la iluminación de la conciencia (theoria), que a pesar de aun contar con impureza se reconoce que la verdad está en el Evangelio y nos damos cuenta de la tarea tanto de cumplir en tu vida como en las de los demás, su prédica ya que sin este planteamiento no puedes salvar tu alma, a pesar del esfuerzo que exista en aplicarlo. Lo importante de todo esto es que el alma comienza a ser iluminada, dispuesta a conocer las revelaciones divinas, a pesar de nuestra debilidad, se evidencia de todo esto el deseo de saber, por ello que busques de Dios (cultivo) y practiques los sacramentos/virtudes.

En la medida que pasa el tiempo, llegas a una etapa, como si fuera de estancamiento, pero no lo es, sino de lucha constante, del cual se hace necesariamente tener las herramientas claves, y es aquí donde se requiere para avanzar las armas, por lo que los mayores combates se tendrán en la mente, para poder reestructurar el alma, [contenido], y esto lo saben los “malos”, de estos hechos la Santísima Trinidad saca partida, es decir de todas estas situaciones hace acrecentar la fe en sus fieles de alguna u otra manera (sobre todo sigilosamente). De allí se deriva que dentro del mundo de lo creado existen dos (2) inicios, para decirlo de forma general, visible/invisible, de lo que vemos, escuchamos y de lo intangible, todos debemos ser conocedor de este axioma, inclusive de la gracia que se deposita en los consagrados, e hijos de Dios, aunque sean pecadores, es que aquí donde se determina que la gracia quema, y bifurca la maldad, hacia la luz increada, haciéndolo nuevamente ciudadano del Reino de Dios, a través de energías del Tabor en su ser.

Dentro de la segunda etapa, que es la que más demora de nuestra conversión, e inclusive se puede estar en esta fase toda la vida, porque se necesita de mucho esfuerzo para su purificación, entrelineado con la "theoria", y con algo en un poco de la tercera, aun así se tuviera mucha de esta última y un tris de la segunda, esto ya corresponde de la voluntad de Dios que quiera para ti centrado en la gracia, en este escenario los ataques del maligno se acrecientan de alguna manera como lo disponga la divina providencia a su manera (como quiera/desee), sobre cuando comienza la tercera fase, que es la comunión (theosis), gracia santificante en aumento, que no es absoluta, sino que se da en grados/niveles, estos combates normalmente no son simétricos, sino asimétricos en su plenitud (visible/invisible), y son permitidos como se ha dicho para la mejora de nuestras almas, según nuestros límites, capacidades o condiciones así nuestro “yo” no lo quiera.

A veces pasa que debido a nuestros vicios y pecados, solemos retroceder, por ello que a veces se permita la acción ordinaria y a veces extraordinaria del demonio, y esto nos suceda para que estemos vigilantes (orad y velar), no porque sea algo malo, sino al contrario para que no bajemos la guardia, es un regalo (paradójicamente) que nos hace Dios, para que mantengamos la gracia, y no volvamos a ser hombres viejos (como menciona San Pablo, Efesios 4:22), en este aspecto la mente, corazón y alma debe estar en contacto, en sintonía y funcionar como un reloj, y de allí que el cuerpo por medio de su voluntad se permita su acción para todo ello, y termine combatiendo sus pasiones, deseos, a través del ascetismo/hesicasmo.

Sabemos que por lo general la guerra espiritual es invisible, podría atreverme a decir que en un 99%, pero a veces tenemos la percepción que se ha volcado aún más hacia lo material debido a las agujeros que estamos haciendo nosotros los humanos (aberturas/puertas), para su introducción, si bien muchas personas pueden ver/escuchar estas cosas, a los malignos no les conviene su aparición porque sería gran desventaja de su guerra estratégica asimétrica, del cual resulta muy eficaz para perder almas, una vez se dejen ver pierden terreno, y tienen si o si que cambiar de estrategias, y crear por así decirlo grupos especializados, sin que deje de ser aun no convencional. Podríamos decir que este tipo de batalla, la tendrán reservadas para una única vez en caso tal que se dé, como la habla/escribe/dice la Biblia, la batalla final (véase Apocalipsis), al final el corazón inmaculado de María triunfará, y le "aplastará la cabeza".

Para los más aventajados exorcistas de esta época, en pleno siglo XXI, entre ellos Stephen Rossetti, pero sobre todo como lo es el Padre Chad Ripperger, (ambos con estudios avanzados en Piscología), dicen estos que se debe partir la acción demoníaca en dos (2) periodos, un antes y después de 1963, que a su vez coincide con la implementación del Concilio Vaticano II, y las profecías de varias santas, entre ella Santa Catalina, Santa Brígida, Santa Hildegarda y Ana Catalina Emmerick, frente estos casos podríamos decir que el porcentaje de posesión se ha mantenido en un 0.5% de la población mundial, es decir una (1) de cada doscientas personas (200), pero lo que ha cambiado es su durabilidad (calidad), y eficacia de las oraciones, antes de la fecha indicada se exorcizaba en unos días, e inclusive semanas, y expone un caso complejo único de 59 días (en San Luis, USA), en el transcurso del tiempo ha aumentado a meses y años, que hasta el día de hoy, ya corresponde hasta cuatro (4) años, y esto era impensable otrora.

Lo anterior se debe primero, al debajeo de los niveles de santidad, en la población en general, como de la Iglesia militante (miembros del cuerpo místico), ya que las oraciones surten efecto según el nivel de vida santa dentro de ella, a esto se le suma el poder de los demonios que ha aumentado desde de la década de los sesenta (60), las personas ahora practican más el ocultismo, hay mayor pecados con énfasis de carne, abortos (sobre todo) del cual generan dominio mayormente sobre las personas, aun asimétrico (técnicas de guerrillas e invisibles) que es lo peligroso, por tanto, la caída te termina sacando de la estructura de la cobertura divina (aunque no siempre), lo que se ha generado es en esta coyuntura es un mayor aumento en los casos de opresión ya sea personal o social (aunque se mantiene un 10-15%, por ejemplo, cosas se rompen, dañan, se meten con lo económico, salud, trabajo, etc), pero lo grave está en la llamada "obsesión" que ha aumentado en un veinticinco (25%), y ni se diga de la infestación e influencia.

Los que pueden entender el mensaje, podemos aseverar que el punto de ganar estas partidas, esta primero en reconocer nuestras debilidades y así lo ha querido Dios (que no usemos nuestras propias fuerzas, sino las que Él dispone), ya que nosotros mismo no son mas que mero humo (recordemos la herejía del pelagianismo o semi-pelagianismo), con las herramientas que nos da, pero solo a través de su Justicia divina, podemos hacerle frente al mal/maligno, por tanto, necesitamos de su ayuda si o si, por esto el poder de los sacramentos como medios para vencerlo pero sobre todo de la oración (palabra de Dios), que parte en dos como espada de doble filo, toda maldad. Esto se le suma, la perseverancia, la fortaleza, y los dones desarrollados entregados por el Señor (a partir de la crismación/confirmación), que paulatinamente se van adquiriendo con mayor enfoque según tu causa/condición/capacidad, del cual el Espíritu Santo te va preparando como atleta/soldado de Cristo.

La lucha espiritual es necesaria, y obligatoria, así no quieras combatir haces parte de ella, y simplemente lo es porque eres criatura, y un gusano (Salmos 22:6) más del género humano, odiado por los caídos, hasta por los hombres contrarios a la verdad, eres víctimas de su revolución, por ello que debamos emplear la Contra-revolución como lo indicaba Plinio Correa de Oliveira, o Monseñor Segur en todos los aspectos. No en vano dice San Agustín, “Y en el universo, incluso aquello que se llama mal, cuando se regula y se pone en su propio lugar, sólo aumenta nuestra admiración por el bien; porque disfrutamos y valoramos más el bien cuando lo comparamos con el mal”. Y esto ha sido así para poder recomponer las causas del primer hombre (Adam), debemos hacer frente a la concupiscencia como la raíz de todos los males, contrario el amor (caridad) fundamento de todos los bienes (véase, Sermón 350.1), por lo que la renuncia a los demonios se hace cuando se deja de obedecerles, lo que ellos quieren que hagamos, siguiendo la voluntad de cristo con humildad.

Es normal que el hombre que entra al combate, caiga, y recaiga, esto no es el problema, la cuestión es levantarse y contar con mayor fortaleza para la lucha, esto, para que sea verdaderamente llamados hijos adoptados de Dios (véase, San Irineo, en Contra las herejías, L.4, cap. 41), por medio de la Gracia, esto es lo que le gusta a la Trinidad, el esfuerzo al combate (valentía, parresía), por eso que aborrezca a los soberbios, pusilánimes, cobardes, tibios, traidores de la fe, de la obediencia, de sus mandatos, porque bien las enfermedades se curan con vacunas, que están hechas en su medida con un poco de su porcentaje de su dosis letal, hasta que queden curados, se trata de transformar (metanoia) no de conservar la lujuría. Ahora, cuando la Santísima Trinidad quiere hacerte más fuerte en una virtud en particular, te permite mayores ataques en ese frente, por ejemplo, cuando se trata de la impureza, permite tentaciones mentales, u ocasiones de pecados, que por lo general sabes que puedes vencer, esto pueden tener varias causas (a pesar que caigas) una es que te hagas más fuerte, otra es que lo busques, y por último para humillar a los demonios.

Dentro de los muchos de los problemas a los problemas existentes en la fe, como el que hemos comentado dentro de la guerra espiritual, además de ser asimétrica y difícil, es que no estamos preparados para defendernos, y muchos menos para contra-atacar, una ventaja crucial es conocer la causa de las enfermedades por tanto estudiarla, por ejemplo, saber cómo se da la lujuria, la ira, porque, como, que es, desde nuestra naturaleza antropológica caída, lastimada, concupiscente (ontológicamente hablando). La vigilancia (nepsis) es crucial, es otro factor para mantener en esta lucha, verbigracia, si eres objeto de depresiones, ¿Cómo carajos voy a comer azúcar cuando está demostrado biológicamente que daña la salud mental?, de todo esto se aprovechan, por tanto, nos toca hacer fortalezas localizadas hasta biológicas, y de la misma manera apoyada en coberturas, pero distinta, desde otro enfoque, con ayuda poderosa desde lo alto, para destruir, desde lo más básico a lo más grande.

Sucede muchas veces que nos preocupamos por las cosas más grandes, cuando las cosas pequeñas también son importantes, e inclusive hace que se acrecienta los problemas del alma, por tanto, si soy una persona que lucha contra la lujuria, pero vivo todo el día escuchando reggaetón o viendo mujeres en redes sociales, lo que se fomentará en este género/visión será mayormente la sexualidad, quedara muy difícil batallar, por tanto, ya no son solo nuestras acciones, sino también nuestras pasiones, deseos, y pensamientos que son cruciales para tenerlo en cuenta cuando llegas a las segunda etapa, pero sobre todo a la tercera fase, para poder renunciar a ti mismo (kenosis), ya que muchos de los fomentos de la carne, del mundo y del maligno comienzan en el corazón. En estos casos ¿de que nos sirve hacer ayuno, si después nos atiborramos de alimentos, hacer vigilias, si quedamos sin fuerza el día siguiente, sin envidia, pero nos vanagloriamos de nuestras riquezas temporales?, la cuestión no solo es el fin (salvación) sino los medios (voluntad), todo ello arroja la "Gracia".

Quien no se cura, o se esfuerza, padece y perece, frente a esto debemos tener claro que nuestra curación no es otro que Cristo médico (sacramentalmente). No perezcamos hermanos y no hablamos de lo carnal, sino de lo espiritual, toda medicina almática radica en la gracia, pero ante todo conjugado con la voluntad del hombre, en el querer esforzarse, en el arrepentirse, perdonar, practicar la virtud, los sacramentos, la ascesis toda la vida, no las jugamos toda por estar con amor con Dios (bondad), de allí que su lucha primaria sea con las pasiones de la carne, luego con las del espíritu (o conjuntamente), paso a paso, comienza la verdadera batalla interna visible/invisible que por el principio no se ve así, pero después se vislumbra para los contrincantes, de allí que la renuncia, el abandono, el desapego a lo material, la pobreza de espíritu, la pureza de corazón, juegue unos roles importantes, en las acciones por tomar en contra del mal/maligno.

Un primer remedio para ir centrándonos, en esta guerra, es la limpieza de impurezas del alma, en todo sentido, y luego de los defectos y por último, y puede que nunca lo consigamos y que es vital para nuestra perseverancia en la fe, es saber manejar la imperfección de los detalles de las conductas, que inclusive los más santos de los santos lo tuvieron hasta sus últimos días (Santa Teresita, Padre Pio, San Agustín, etc), debemos conocer sus causas a toda costa, para poder abordar sus síntomas como realmente son “enfermedades del alma”, para ello que se requiere ser permanentemente humildes/obedientes, para que haga efecto las pastillas divinas, sino no sirven, es decir, si ayuno, y me mortifico pero con soberbia, se echa en balde todo lo edificado, lo mismo si no sigo una oración pura. Lo que te hace fuerte es Dios, no el maligno, quien presume serlo, quien es un mentiroso. La fuerza viene del creador, pero tú en cambio tienes que esforzarte (voluntarismo) para comenzar a renunciar, obedecer, resistir, contraatacar, con el poder de Cristo, Señor Jesus.

Cortémosle el cuello con la oración incesante:

“Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”

Uno de los aspectos adicionales para tener en cuenta de estos malvados, igual como sucede con un ejército común y corriente es que tienen una variedad de recursos, poderes y capacidades para obstaculizarnos las cosas, en este caso nuestro crecimiento espiritual e inclusive temporal, emplean tácticas, técnicas que no son convencionales, sino que utilizan lo que se llama en el lenguaje bélico la guerra de guerrilla, conocen a sus oponentes, los estudian por años y generaciones, aplican toda clases de psicología, sociología, y todos los campos profanos que conocemos para hacernos caer desde sus campos especializados, esto no impide que podamos tomar siempre nuestra propias decisiones, aunque sus acciones están limitadas dentro de un cuadro general que podemos llamar administrativo que ha sido reservado como misterio por Dios.

Como hemos dicho al principio de este escrito, es difícil, tratar el tema porque es muy variado sus tácticas, cambian a menudo según sus causas, sujetos, personalidades, poderes, en contraste con la oración, disciplina, gracia, constancia, un número muy elevado de circunstancias que sólo conoce Dios, y que ellos saben solo en cierta medida, esto mientras que vivas terrenalmente (homo viator), en todo caso, lo que sí es cierto, teniendo en cuenta la experiencia propia, ajena y el estudio de esta área (demonología) es que actúan bajo el enfoque económico, del costo-beneficio, y el sistema político, por asi decirlo del peso y contra peso, tratan de desgastar a las víctimas, que somos nosotros, para estructurar su plan malévolo, que no siempre es palpable sino variado, a veces se hacen rufianes, y otras veces, ángeles de luz o tus presuntos amigos, esto hace parte de su metodología.

Sus operaciones están dadas bajo las mismas circunstancias como hemos dicho en armas que están dentro de las reglas generales (es decir son legalistas) lo que jurídicamente podríamos indicar como “positivistas” y no se pueden salir de ese enfoque, porque no le está permitido por Dios, su alcance se da por varias razones, una de ellas es porque nosotros mismos le damos ese mismo alcance/poder, o porque Dios se los entrega (v.g., santificación) o por alguna razón desconocida (misteriosa), frente a esto, tenemos que enfrentarnos/ejercitarnos a diario con este tipo de situación que por lo general no lo vemos, es como cuando tenemos virus o bacterias en el cuerpo que no la conocemos pero el sistema de defensa las combate, sin darnos cuenta y que pasa cada minuto, lo mismo en el campo espiritual, cuando sucede, no es porque seas de malas, es porque han/has ganado solo en este caso al ruin espíritu, y que el Señor permite para bien.

En los estudios exorcisticos, de los ya mencionados padres, uno de los pocos existentes en nuestra actualidad, en conjunto con la Asociación Internacional de Exorcistas, han sido claros que las tácticas de guerrilla empleadas por estos rufianes espirituales, se tratan muchas veces de burla no solo hacia lo sacro, sino al hombre, de hacerlo caer, porque ellos ya lo están desde hace tiempo, es una venganza, envidia, odio, desajustes revolucionarios, de las cosas, con tal de desgastar, y hacer perder el tiempo, por ello es que la contrarrevolución de los hijos de Dios (consagrados) sea una metodología ideal, ortodoxa, para conseguir la victoria no tanto para nosotros, sino para la gloria de Cristo con ayuda de Él no de nuestras propias fuerzas cuya base es la humildad/obediencia.

Lo que quieren los enemigos de Cristo (humanos o no) es que entres al pecado (en estos tiempos, como sucede con la pornografía), sobre todo al vicio para que seas mayormente aprovechable no sólo corporalmente, sino también almaticamente, y en su juego mayor la mente, teniendo así mayor flexibilidad, les resulta más fácil, inyectar ideas, influencias para sigas cayendo, para esto su mayor táctica es el escondite, además de ser invisibles (en ciertas ocasiones visibles, pero riesgoso), no quieren limitar sus fuerzas, pero no lo pueden con tu voluntad porque asi te podrás mover y creer, a pesar de que puedas buscar ayuda externa. El desgaste, dentro de esta asimetría es su mayor táctica, se mira como atentados (arma principal: tentación, como primer grado de infestación y por último la obsesión) que va generando confusión, caos, en el mundo actual: depresión, ansiedad, suicidios, con el objetivo de destruir a sus enemigos, que es el género humano.

Nuevamente el Padre Chad, ya mencionado, expresa que la tentación (generalizada) es el primer grado de infestación (la extraordinaria, puede ser tomada como obsesión), y es la más común, la que permite Dios, dentro de la acción ordinaria, y a través de sus ataques podemos saber qué virtud quiere el Señor que perfeccionemos o ataquemos como vicio, en nuestro caso, de la lujuria, que nos batalló toda nuestra etapa juvenil, ahora para conseguir la plenitud (su contra o némesis), ahora todos tendremos varios grados para salir esta esclavitud, de estos valores, dentro de la desigualdad material del Reino del Señor y su belleza, y justicia divina, destacándose en varias áreas, colocando mayor esfuerzo para combatir los logismoi que tanto nos menciona el monje egipcio Evagrio Póntico, convirtiéndonos asi en mero instrumentos de su misericordia, aunque no lo entendamos, esto con tal de darle rejo a los espíritus inmundos, ganando tesoros, coronas, todo esto con el propósito de sistematizar los golpes (rajaduras/heridas) de esta guerra.

Frente a esto dice Juan Clímaco:

“Todo es posible para el que cree, dice el Señor. He visto almas impuras delirando locamente por el amor físico; pero haciendo de la experiencia de tal amor un motivo de arrepentimiento, transfieren el mismo amor al Señor; y, venciendo todo temor, se impulsan insaciablemente al amor de Dios. Por eso el Señor no dice de aquella casta ramera: porque temía, sino: porque amaba mucho, y podía fácilmente expulsar el amor por el amor”, significa cambiar el amor carnal por el espiritual.

Debemos entender además que la guerra es asimétrica y cambiante (mediano y largo plazo) porque el poder del maligno (estructura) aunque está limitado es fuerte, por tanto, en una lucha de frente, nos ganaría sin tanto esfuerzo, lo que pasa es que con Dios utiliza dentro de sus misterios lo paradójico, porque es con nuestro propia esfuerzo (voluntad) lo que nos hace ganarle, pero con fuerza externa divina (como intermediación), no interna, la del hombre, es decir, esforzándonos en buscar ayuda de Él no contra ellos, esto nos sirve para ganarle, porque son superiores sin límites frente a estos otros, ya que están arriba de ellos (jerarquización), el problema es que nos olvidemos, o seamos negligentes de estos recursos ilimitados, y gratuitos, que es lo que está pasando hoy en día, es como hacer unas llamadas 911 (numero de emergencia), pero más rápido porque puede ser con la mente y con el corazón (refugio seguro, como lo son los inmaculados corazón de Jesús y María).

La disciplina espiritual, almática-ascética (y en algo la corporal), la vigilancia, en el mantenimiento de la perseverancia de la fe, es crucial, en todo lo que ello implica, en contra de los engaños del maligno, tentaciones, confusiones, miedos, y acciones extraordinarias, camuflajes, escondites, resistencias a liberaciones, manipulación (influencia) psicológica, y en todo esto se beneficia a pesar de su naturaleza angelical, la caída invisible del hombre es palpable, la degradación antropológica (concupiscente), moral, que se muestra dentro de lo oculto tiene mayor manejo, el problema como hemos dicho se centra mayormente en la falta de fe, y la creencia de que no existen método para combatir, y esto si que le da un gran porcentaje de terreno a ellos, no solo de comodidad, porque ya no tienen que hacer nada, al negar un dogma sino porque tiene la vía fácil para su fin último (costos-beneficios), en verdad lo único que nos salva es la vida en oración en práctica de virtudes/sacramentos (conseguir la gracia), aun tengamos las desventajas de nuestra debilidad contamos con la fuerza de Cristo que mayormente superior que la de ellos.

Dentro de la olvido y la negligencia a Dios, esta la llamada ignorancia, todas esta causas que denuncian los Padres del Desierto/Oriente exponen que los demonios nos ataquen con mayor eficacia, hermanos, no se trata de una maldición, sino muchas veces de nuestras propias culpas, por ejemplo, San Máximo o Abba Isaac en los Evergetinos expone por lo menos cinco (5) razones, entre ellas, para poder distinguir el combate al vicio en superioridad de la virtud, con tal de adquirir de esta última su victoria, por tanto, debemos esforzarnos, para que nos nos abandone Dios y seguir con cobertura, quitemos todo tipo de philautia (amor a si mismo), aprendiendo a ser humildes, odiemos el pecado, y no nos olvidemos de la Santisima Trinidad (recordémosle todo el tiempo), reconozcamos nuestra debilidad, pidámosle ayuda. Por esto es que Cristo le haya puesto la corona al hombre para que siguiera derrotándolos, con armas contra ellos, para conseguir nuestra salvación (en la libre voluntad): atletas, luchadores ascéticos espirituales, observando los mandamientos y la práctica sacramentos/virtudes, es así como se colocan los ladrillos misericordiosos para la justicia divina (oikonomía).

Ustedes se acordarán de la lucha de Jacob con el Ángel (Génesis 32:22-32), cuya prueba lo forjó en esa guerra espiritual asimétrica, pero que a través de su gallardía, se llevó como premio la santidad, una prueba que tuvo como corona el nombre de Israel (el que lucha con Dios), del cual todos los hijos adoptivos de Dios somos descendientes, lo cual implica muchos misterios, entre ellos el de transformación, el de estar siempre en dependencia con Él, ya que sabemos que la lucha no son contra nosotros mismos (Efesios 6) como creemos, es decir nuestros hermanos, sino con quienes lo influencian, estos son los coros de ángeles caídos, debidamente organizados, es decir, con legiones, y esa es la vida del hombre, lucha (Job 7:1), por eso es que pide la bendición, para obtener la "gracia santificante" el tesoro más valioso, para poder combatir, como el de la fortaleza (magnanimidad), y esto se debe porque sabiamente conocía que sin Él nada puede, lo mismo nosotros. Aprendemos de esto.

En una visita apostólica del 25 de mayo de 2002 en Azerbaiyán el Papa Juan Pablo II, dijo que "el combate espiritual, es un arte secreto e interior, una lucha invisible que los monjes [sin importar la condición] libran cada día contra las tentaciones" y esto lo que debemos hacer a diariamente en nuestra vida espiritual, no sólo contra los demonios, sino contra las cosas del Egipto de este mundo (espíritu mundano) y la carne (pasiones y deseos internos-externos), estructuras sociales, modas, vicios, miedos, mentiras, ideologías faltas, grupos de presión, corrupción, herejías, sacrilegios, blasfemias, apostasías, etc, todo ello se resumen en un lenguaje demoníaco sus artimañas como la de sus faraones (instrumentos humanos), utilizado a su favor para batallar al genero humano, de allí importante no olvidar la invocación del Santo Nombre de Jesús y estar en gracia.

La lucha es primordial, sobre todo para el guerrero, el atleta, el estado de gracia, cuenta, y tu virtud, es lo que verá en ti los santos, el grado, no solo para la purificación en esta vida, y de los rechazos de la tentación, sino también del autoconocimiento (auto-gnosis), del cual puede apreciar algunos desde ya, por lo que estas debilidades se pueden volver fortalezas con el tiempo, controlando, vigilando las emociones, pasiones, sobre todo las imaginaciones, que es un canal abierto no tanto que utiliza Dios, sino también los demonios (frecuencia general), dejémonos iluminar nuestra conciencia a través de la luz increada, y la práctica de las virtudes/sacramento y la oración (hesicasmo) buscando la perfección hacia el camino a la salvación (theosis) para hacernos imagen y semejanza a Dios, a través de esa gracia santificante recibida, por gloria sobrenatural, por tanto, hagamos que la santidad, crezca y que lo sepan, la vida es lucha (una escalera, como Jacob, o como expone Juan Clímaco).

Aunque suene paradójico, entre más acciones ordinarias/extraordinarias haya del maligno (y de toda su estructura(organización) mejor será, esto, dependiendo de la condición/capacidad de cada quien, esto significa no solo que Dios te ama mucho, y te quiere disciplinar, sino que te va dar muchos tesoros, entre ellos por lo menos la gracia santificante para combatir como se debe con el fin de que te lleves las coronas debido al cielo grandes/medianas/pequeñas, entre más combates y triunfas con sus herramientas será magnánimo, pero no por invitación o aceptación tuya hacia ellos, sino de la que te envían para tu santificación, excelencia, la perfección, la perseverancia final como dadiva de la justicia, todo esto hace parte de su economía de salvación, un misterio, resumidas en un merecido a través de unos inferiores gusanos hijos suyos, adoptivos, llenos de polvo y cenizas.

El problema de todo esto hermano/a, es que siendo la estructura divina o maléfica, esto es, preternatural o sobrenatural, debidamente organizada/jerarquizada, según sus actos reglados, legalistas, una vez caes, cometes pecados, consagras al mal, etc, de una vez como derecho subjetivo van a intentar reclamar todo derechos sobre ti, y esto es permitido en algunas veces, y otras no, siempre dependerá de muchas variables que desconocemos, pero que en últimas, puedes resolverlo, teniendo en cuenta sus causas (arrepentimiento, perdón, cultivando fe, etc, con remedios), del cual no tiene la propiedad de la misma porque no puede, esto del alma, sino de ataque sobre la posesión de las cosas, por ejemplo la casa, el cuerpo, etc, ya que el derecho natural es cedido a ellos (temporal o permanentemente) normalmente cuando se convierte imperdonable o vicioso, ejemplo, lujuría, gula, pero si o si, cuando se trata de faltas del primer mandamiento (idolatrías o de la soberbia).

Por último, queremos destacar dentro de la guerra espiritual que creemos que es la más importante lucha que se está dando, y se seguirá dando por lo menos en el siglo 21 en adelante y es el combate psicológico (psyche) a través de su arma estrella, la obsesión, tratando de modificar las emociones, causando ansiedades, depresiones, suicidios, etc (presuntas enfermedades mentales), con ataques tentativos sistemáticos, continuos. Ante esto, todo guerrero cristiano tiene que defenderse, resistir y contraatacar, una de las soluciones es no prestarle atención, la otra es rechazar cualquier imaginación buena o mala, y luego orar incesantemente, para ello es bueno tener una disciplina espiritual, horaria, como hábito, consiguiendo la lucidez de la conciencia, aquí lo crucial es la perseverancia, eso no lo resiste el maligno en ninguna de sus representaciones, lo que quieren es replicar una repetición de sus pensamientos en el tuyo (alma), creando una sinergia mental (invitación que seas parte de su bando). En resumen, se salva quien sea constante hasta el final en el combate, esto es, adoptando el disciplinarismo, la vigilancia (nepsis), la ascesis, y la práctica de la virtud como de los sacramentos, en búsqueda y mantenimiento permanente de la comunión con Dios (theosis).