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24 de septiembre de 2023

SER APÓSTOL EN "TIEMPOS MODERNOS": ¿CUÁL ES TU MISIÓN EN LA VIDA?


"No hay santo sin pecado, ni pecador sin futuro"- San Agustín (sic)

"Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fuera frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca"- Apocalipsis 3, 16.

Mario Felipe Daza Pérez

Leyendo varios libros de "santos" y de "apóstoles" (que significa "enviado" o aquellos que son "elegidos"), entre ellos de la vida de San Pablo (anteriormente conocido como Saulo de Tarso), nos podemos dar cuenta del tiempo que se pierde al no haber descubierto antes a estos grandes historiadores, filósofos, juristas..., y demás polímatas de la época, que aún muchos de ellos sin título pudieron ser considerados como unos "sabios" no solo en el aspecto moral, y virtuosa sino también en lo jurídico o político, y como modelo ejemplarizante en lo terrenal, tenían claro cuál era su misión en la vida, a pesar de los desaciertos del pasado. Lo que uno se puede maravillar en la actualidad es que muchas personas no se han dado cuenta de su "rol en la sociedad" y de lo que debe hacer para ganarse lo eterno o la "inmortalidad".

El Apóstol Pablo era un "hombre de poca estatura" pero de una "grandeza inigualable", su moral llegaba hasta las nubes, todo comenzó (si revisan hechos de los apóstoles 22, 7-8) con el ¿por qué me persigues?, ya el Señor conocía de sus dotes, de este modo, Dios la tenía clara con su misión, ya que exclama: "los que persiguen a gente sabia será sabios, los que no serán necios", este hombre originario de Tarso antes denominado Saulo, anterior a su conversión al cristianismo era un perseguidor de cristianos, sufrió antes esta "mística" una transformación de martirio por parte de los mismos judíos y los romanos, la entrada a Damasco significo para él, su unción, algo así de lo que pasó con Julio Cesar cuando cruzó el Rubicón, aquí la "suerte no estaría echada", sino al contrario entendería con el tiempo lo que debía hacer, una vez estuviese "recorriendo el camino", sin titubeos, y esto no era otra cosa que la de "evangelizar" (que significa dar "buena noticia"), el de ser misionero, o "episcopo", tomado como "inspector", esta característica no la trajo por sí solo, sino que también vino acompañado de los dones del espíritu santo y de más carismas, sobre todo desarrollado en "visiones" y "revelaciones".

"Cada quien sabe cuándo se siente preparado para algo", es como el aforismo que dice: "cuando el alumno está listo, el maestro aparece", solo es "cuestión de tiempo" que sepas cuál es tu misión o misiones en la vida, si no se sabes, estamos mal, por ello es que tengamos muchos problemas actuales de "jóvenes iconoclastas" que no sepan que van a estudiar o a dedicarse, pues, les falta: "decisión". Si para Pablo la "evangelización" fue algo así como un "ejercicio espiritual" que se tomó fructífero por los resultados que dejó, ya sea con la oración y el ayuno, dejando así para nosotros una "disciplina espiritual" para seguir siendo "testimonio", para que otras personas puedan conocer de la "verdad".

Dar conferencias, charlas, escribir, actuar, litigar, etc, desarrollar su "plenitud", esto, en el plano "profesional" o en el ámbito de cualquier "oficio" o "trabajo", está bien, pero lo importante aquí será descubrir tus "roles" en los campos de la vida en camino a la "santidad", y no solo en los "quehaceres", que es lo de menos, por ello es que para este gran apóstol no fuera un "orgullo", sino una "obligación", ayudar a los demás, es decir, mostrarle la fe, convertirlos, dictar la verdad, tajantemente expresaba "y ay que no lo haga" (revisar Corintios 9, 16-17), pues sabía que pasaría si no lo hacía, se lo cobrarían y así les pasa precisamente a muchas personas que están llamadas a esta vocación y están dormidos, a pesar de sus dones, gracias y carismas existentes.

Predicar el "evangelio", igual como lo hacía San Pablo, no es para mí ningún motivo de "gloria" es más bien un "deber moral" que nos incumbe y así debe ser para todos aquellos que se encuentren identificados con el "apostolado" y demás personas que sigan esta línea de los misterios de la fe. Y ¡ay de nosotros si no lo hacemos!, porque luego te atenderás a la Justicia Divina, pues, si lo hicieras por "propia iniciativa", sería diferente, ciertamente tendrías derecho a una recompensa. Mas, si lo hago forzado, como misión que se te ha confiado y que debes cumplir hasta el final de la vida. "Predicar" es como una espada de doble filo en contra del "enemigo", que no solo será eficiente en la lucha en contra de los principados, dominaciones..., sino también de la envidia de los otros hombres, como recuerdan cuando al "apóstol" lo acusaron de haber introducido en el templo de Jerusalén a cristianos no hebreos, del cual se terminó defendiendo ante el sanedrín, dando testimonio en Roma.

Lo más difícil en el mundo actual no es convencer a los no creyentes, ateos, agnósticos del "evangelio", y demás "escépticos" sino convertir a los que ya se "creen cristianos" en general, aquellos que son light, o "tibios", aquellos que "estiman", que solo con creer en Dios ya están a salvo cuando en la práctica son otra cosa, son esos los que están adormecidos por la necedad y la vanidad mundana. Ahora, si bien la primera tarea es loable, lo segundo es más merecedor, porque están peores que los primeros, porque creen que están en lo correcto, no se creen pecadores y dicen que están el camino correcto -pura relativización-. El Señor estaría dispuesto aceptar a los primeros que, a estos últimos, si revisan Apocalipsis 3,15-16 se puede dar cuenta que Jesucristo prefiere a que seas caliente o frío, pero no "tibio" a eso le desagrada, expresa: "voy a vomitarte de mi boca".

Se dice en Filipenses 2,3-4, no hagan nada por ambición o por vanagloria, sino con humildad, tengan a otros por mejores, busca el interés hacia los demás, y no hacia ti, sino considera al prójimo como superior a ti mismo. Si revisamos Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 6, 2c-12, indica que "con nada vinimos al mundo y sin nada nos iremos", teniendo con que comer y vestir ya es más que suficiente, en cambio, tenemos que a los avaros y los que están en búsqueda de riquezas, caen en constantes tentaciones, absurdos y vicios, la cual acarrean en últimas sufrimientos para él y su familia, de que sirve como se dice en Salmo 34, ser opulentos, y jactarse de los bienes si no podrán salvarse, pues, nada de esto se podrán llevar.

Estriba el Apóstol San Pablo en Efesios 4, 1-7; 11-13.

"Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.

Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.

Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo".

Jesús, siempre ha buscado a los "pecadores" ya sea para que le sirvan como evangelizadores, apóstoles, pastores, profetas, etc, y que ahora en "tiempos modernos" es más que necesaria y urgente su acción en contra el "cáncer del anticristianismo", recordemos que Pablo era un "acérrimo pecador", tal cual como lo fue San Agustín (concupiscente), San Mateo (publicano, recaudador de impuesto), San Cipriano (hechicero) y otros grande santos, que permitieron hacer de la palabra un arma de doble filo venciéndose no solo a sí mismo sino también al enemigo. Los que necesitan de remedio y atención son los enfermos del alma, no los "justos", por tanto, es en el "trasegar del tiempo" el momento propicio en el que nos vamos dirigiendo a la "santidad", como si fuera un camino a recorrer a distancia, como si de "atletismo" se refiriera (5k, 10k, 20k, etc).

Muchas de las personas que están en lo correcto son porque tienen fe en Dios, lo mismo que pasa en algunos proyectos de tus vidas, te va "excelente" porque tienes esperanza y le pones empeño a la tarea asignada, como ya se dijo, creer no solo es suficiente, es más que necesario, pero se necesita también de otras cosas las obras, el hacer, mejor dicho, la "materialización" de tus ideas y sobre todo de la "práctica de las virtudes" (humildad, piedad, mansedumbre, templanza...).

En fin, la "misión", sea lo que sea, esto no vale sino va acompañado de la "ejecución" no solo hacia tu propio bienestar, sino dirigido hacia los demás por amor a Dios, y esa es la verdadera "caridad", y es en esta mejora, la forma como puedes encontrarte con otros que estén interesados en las "misiones" que vayan en la misma rutina tuya, que una vez elegidos o enviados por Dios (apóstoles), consagrados, amados, tengan la paciencia necesaria para seguir adelante, tal cual como lo que significa el "perdón", bien como lo hizo San Pablo con los oyentes escépticos, neoplatónicos, o académicos, y también lo entendió más adelante San Agustín y que ahora nosotros hacemos con los "impíos" de la "nueva era", en su "esoterismo", totalmente "desviados de la verdad".

Los Apóstoles eran hijos de su tiempo, y nosotros ahora de esta época dentro del fin de la "modernidad", y que ahora los destructores de la "cultura", y la "historia" lo han denominado como "posmoderno", en el avance de la "deconstrucción", advirtiendo aquí que se trata de dos cosas distintas, que no entraremos a detallar filosóficamente hablando, de la que no solo han modificado las verdades sino también los dogmas del cristianismo a su conveniencia, para hacer de ella un caballito de batalla para su propósitos negros.

De allí que sea necesario para el "sabio" y no tanto para el "necio" diferenciar dentro de su "entendimiento" la relación entre "sabiduría divina" y su conformación con las "teorías humanas", y querer entremezclarlas, queriendo luego para ellos darle justificación o enseñanzas distintas a la revelada como las que se proponen ahora desde la misma "ciencia" (pseudociencia) o la misma "filosofía", planteando lo inútil, y lo vano, recayendo en la "soberbia", igual como se gesta los poderes que dominan este mundo, esto quiere decir que si bien puedas utilizar alguna que otra corriente para dar mayor alcance al "evangelio", casi siempre lo utilizan para determinar lo intereses colectivistas de lo incorrecto, espiritualmente hablando.

Si revisamos la historia, podemos encontrar evidencia, aunque no directa, del intercambio cartas entre San pablo y Séneca (en el periodo del 61 o 62), de hecho, este último, se manifestaba a favor de esté exactamente en relucir de ser víctima el Apóstol del incendio ocurrido en Roma, cuando este era tutor de Nerón (fue este quien decretó la prohibición del cristianismo: "non licet esse christianos"). El estoico decía: "la passio petri et pauli", esto, marcó una defensa de su "evangelización", para el ciudadano de Tarso esto no sería ningún apoyo o vanagloria porque muy bien sabía que su "suerte no estaba echada", ya que confiaba en cristo, de este modo, pueden ver cierta coincidencia como esta "teoría" como lo fue el "estoicismo" es una antesala al "catolicismo", de allí que luego tertuliano dijera conforme a su discurso "seneca saepe noster", o San Jerónimo "stoici nostro dogmati in plerisque concordant", afirmando que se tenían casi las mismas ideas de esta "filosofía pagana" con el de las "cristianas", aunque no iguales (como en el aspecto de la ley divina, el alma, el espíritu, el logos, o los vicios de la carne).

San Pablo puede considerarse como el "inspirador" y "guía" de las nuevas formas de "evangelización", o de "apostolados" para los "tiempos modernos", tomado de este la "santidad" y su "tarea" de ser "misionero", esto, en la difusión de sus ideas y del "modelo a seguir", que es lo que nos recomienda Cristo en aquellos que hacemos "inspección" (episcopo) en la vida de uno mismo y en la ayuda mental, corporal y espiritual de otros, conforme a la "práctica de las virtudes". Ser un apóstol en estos momentos es difícil pero no imposible y es una "gran misión" que se torna loable. Cualquier de nosotros se debe sentir en la necesidad de estar llamado a socorrer al prójimo sobre todo en el "terreno almático", esto con el fin de que se busquen, acepten, conozcan y se superen a asimismo (en la "consecución de su interior"), en estos casos ser un "coach", e "iluminar la conciencia" al prójimo en relación a la "verdades de la fe" es el camino que debemos tomar, y esto sí que puede ser una misión fructífera en nuestras vidas, además de ganar puntos en la vida eterna, es en sí misma reconfortante para el alma, ya que la limpia y la purifica.

Ser apóstol, (mensajero o o enviado de Dios) en la actualidad, no significa decir que "es algo que ya pasó mucho tiempo atrás", o tener la idea de que no es así, porque ya la elección se dió frente a los 12 escogidos por Cristo, si bien, estos fueron los iniciales de la cual se "cimento la Iglesia Cristiana", es decir la católica, después vinieron muchos más "elegidos", entre ellos tenemos el caso de San Pablo (ya mencionado), o de Bernabé, y luego de los demás santos en la historia, y ahora te toca ti y a mí, hacerlo, que es la "misión" que se quiere, por ello es que hayamos sido "enviados", para "evangelizar", "profetizar", "misionar", "sanar", etc en este mundo, tal cual como lo hacen los "videntes" hoy en día, los que dan testimonio, los de las revelaciones u otros, con milagros, expulsando demonios, leyendo las almas, etc, en síntesis, "serlo" significa "darle duro" hasta lo último (a pesar de los ataques y las tentaciones), con fervor, y todo ello por el amor a Dios, que en otros casos puede ser reintroducido en oficios, profesiones y otros quehaceres, pero no entendida en la terminología original, sino determinado en el seguimiento hacia la "construcción de la Iglesia" y estas son las cosas que deben ser "reveladas a los demás".

En últimas, debemos ser "pescadores de hombres", echar redes con la palabra de Dios, pues si el Señor nos da una misión debemos cumplirla al pie de la letra, de allí que sea importante el conocimiento, entendimiento y la sabiduría, en la "evangelización", tal cual como lo predicaba Juan Crisóstomo como padre de la iglesia y como gran orador en este esparcimiento de la verdad, pues, es el "espíritu santo" el que reparte como quiere, sus dones y carismas, muchas veces encauzados por las gracias divina de la Virgen Maria o de su mismísimo hijo, Jesucristo y esto es lo que debemos aprovechar.

Para ser un "apóstol" no es suficiente decirlo, sino también parecerlo, y serlo, y entre ellos los verdaderos valores a destacar son el de la "humildad" y el camino hacia la "santidad", que sumado a ello las "características plenas" en la que te posicionas, ya sea como i) relator de testimonios, es decir del ejemplo, ii) de la palabra, escribiendo artículos, dando conferencias, hablando en comunidad con otros, iii) de la acción, ayudando a los demás, dando ofrendas, misiones específicas, o conversiones directas, o iv) de la oración y el sacrificio, que es orar intensamente, hacer penitencias, ayunos, etc, será lo que va hacer relucir y determinar lo importante en saber con cual te sientes más identificado dentro de las "misiones asignadas", y "ay que no lo digamos y hagamos".

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