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16 de febrero de 2025

EL ARREPENTIMIENTO NO TIENE LÍMITES


“La única esperanza de salvación de los engaños y herejías, de las innovaciones y de las trampas de los malvados y del diablo es la oración, el arrepentimiento y la humildad”.
Elder José el Hesicasta

“Dios nos envía pruebas inesperadas para enseñarnos a practicar la vida ascética y nos conducen al arrepentimiento incluso cuando somos reacios a ello”
San Marcos el Asceta

“Los ministros de la gracia de Dios, por el Espíritu Santo, han hablado del arrepentimiento”.
San Clemente de Roma

“Busca el arrepentimiento todo el tiempo y no te dejes llevar por la pereza ni un solo momento”.
San Antonio el Grande

Mario Felipe Daza Pérez

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El problema del ser humano, no es la cantidad de pecados que cometa, porque de un acto divino pueden ser perdonados todos ellos, sea cuales fueren, la gravedad se centra en el no querernos arrepentirnos, aunque digamos que no lo volvemos hacer, lo que debemos aprender en toda medida es estar en permanente conversión de “hombres arrepentidos”, sumado al uso de la “confesión frecuente”, en vía de la toma de la comunión que es vida misma, adjunto al hesicasmo, en velo de una contrición perfecta, para luego no caer en desesperación, por ejemplo, como cuando luchamos contra la impureza, está no solo se hace desde el cuerpo sino también en el alma, pero para ello es importante el “arrepentirnos”, en compañía de la oración incesante, el lloriqueo santo, la lectura santa, las postraciones, etc de todo lo que tenga que ver con el aspecto central dentro de la transformación popularmente conocido como “metanoia” o “cambio de mentalidad” en “estado permanente”.

Podemos aprovechar todas las “cuaresmas” de nuestras vida, si se quiere desde esta que viene para arrepentirnos nuevamente por todo, no solo haciendo ayunos, mortificaciones, aumentando la devoción hacia lo espiritual, sino tratando de curar pasiones de todo tipo, lloremos, lavemos nuestras culpas, con coraje, confesémonos humildemente, aceptemos los sufrimientos como reparación, de los malos actos de nuestras vidas, las palabras, los pensamientos, maledicencias, juzgamientos injustos e impurezas cometidas, ya decía Juan Crisóstomo: “El pecado es una herida; el arrepentimiento es una medicina” y esta última trae valentía, magnanimidad para el estado almático del cual es concedido la gloria a través del dolor, de la cruz, esto es, por medio de las pruebas, volviéndose a Dios en una actitud activa y positiva hacia el cambio que se consigue con la ascesis, el esfuerzo y el combate que se da gradualmente en camino a la gracia.

Si uno se arrepiente frecuentemente, tal cual como se utiliza el sacramento de la confesión a menudo (ya que es una indulgencia de indulgencia), estamos por seguro que los demonios no tendrán cabida sobre en nuestro ser, al volvernos violentos contra nosotros mismos, con el ascetismo se expulsa como vinagre cualquier suciedad de la plata, por sus oraciones, lágrimas, conversiones, obras, etc, se consigue un valor alto de magnanimidad en la lucha en el combate espiritual que hace difícil a los espíritus malignos prevalecer, y esto lo hace precisamente la humildad de los actos, como de los pensamientos, de lo que se consigue más adelante como las virtudes, de nada sirve ser el jefe, gobernante, líder, si tu alma se condenará, por tanto, las asechanzas del maligno resultan beneficiosos si y sólo si resulta positivo para nuestra humillación, ya dice San Macario, “Ante Él es más agradable un pecador con arrepentimiento que un justo con orgullo”.

Por lo general, los cristianos de tradición, vemos las cosas blanco y negro, aunque las leyes divinas se miden a rajatabla muchas veces, existe casos de cierta flexibilidad no al pecado, no al demonio, tampoco a ser parte de un bando, sino en cuento a la debilidad humana, que conforma las faltas cometidas, que se corrigen a través del “arrepentimiento sin límites”, como dice San Efraín el Sirio, “El arrepentimiento es la escalera que nos levanta del lugar donde hemos caído”, una cosa es caer, y otra levantarse, y esta última es la que hace agradable al Señor, si una persona desfallece espiritualmente pero sigue intentando, esto es humildad, y por amor a Dios la misericordia llegará, por tanto, es crecimiento, justicia que no se pierde con el tiempo, sino que se va acumulando, ya decía San Silouan el Athonita: “El hombre continuamente debe arrepentirse en todo tiempo, hasta la muerte”.

Dice San Agustín en el Sermón 19.2:

“Pues ¿qué es el arrepentimiento, sino la ira contra uno mismo? El que se arrepiente se aíran contra sí mismo. En efecto, salvo el caso de que sea ficticio, ¿de dónde proceden los golpes de pecho? ¿Por qué te hieres si no estás arrepentido? Así, pues, cuando golpeas tu pecho, te aíras con tu corazón para satisfacer a tu Señor. De ese modo puede entenderse también lo que está escrito: Airaos y no pequéis. Aírate por haber pecado y, dado que te castigas a ti mismo, no peques más. Despierta tu corazón con el arrepentimiento, y ello será un sacrificio a Dios”.

Las batallas espirituales se ganan con cicatrices, lágrimas, llantos, heridas, etc grandes o pequeñas, en este caso el arrepentimiento real, lleva a ganar esas luchas, porque se nutre de la pegatina de la humildad, que es una obra del combate contra las pasiones, un muro con que se edifica en el cemento de las experiencias santas, del cual se va haciendo más fuerte, y esto es importante saberlo no solo con quien luchamos, sino que y como lo hacemos, en nuestros actos, sino también en nuestras mentes y el corazón, desde el alma y la carne, en simbiosis, para llegar a tener una curación de vida en Cristo Jesús, como requisito sine qua non de la salvación, conservado dentro de la ilimitada forma de arrepentirnos que no tiene límites, en el curso a la perfección (perfectibilidad) del cual se ciñe mientras vivamos, en el tiempo y espacio hasta el último segundo de nuestras vidas.

No importa que tan impuros seamos, si nos arrepentimos con sinceridad llegamos a la salvación, lo que se trata es cambiar el amor carnal por el amor espiritual de la Trinidad Santísima, por ello que sea bueno tener atención en el recuerdo de las faltas pasadas, o presentes, para no cometerlas más, el que busca este estado se deifica (theosis), lo mismo el que lo haga con el hermano, ven ambos la gracia de Dios, por esto que sea necesario la humildad para que pueda llegar, si no, nos engañamos a nosotros mismos, así hayamos confesados los pecados. El corazón contrito es el que trasciende, el que eleva el hombre, por tanto es un “don”, esto hasta que sea eliminados por completo, consiguiendo la impasibilidad (apatheia), sintiendo aflicción por los vicios, dolor, sufrimiento por estos defectos: forja el carácter del santo, y la gracia del Espíritu Santo, ya decía San Tikhon de Zadonsk: “Los pecadores que se arrepienten todavía son salvos; tanto los publicanos como los fornicarios limpiados por el arrepentimiento entran en el Reino de los Cielos”.

El problema de la Iglesia moderna (sinodal) es la llamada “teología de la prosperidad” que no se centra ya en el arrepentimiento sino en el realizamiento de los objetivos personales, que le llaman “éxitos”, que por lo general son “egocéntricos”, eufemísticamente, “propios” donde el mensaje del perdón, del sufrimiento, del cargue de la cruz, queda en un segundo plano o de nula presencia en la vida del cristiano. El alma crece pero en la lucha, en la adversidad, en las tribulaciones en la prueba que soporta, no en la zona de comodidad, en la pereza, la acedia, lo que necesita el justo/piadoso para que sea santo es que pelee, con un espíritu de arrepentimiento, contrición, penitencia, reparación, oración, en una vida sacramentada, por esto es que el “arrepentirse no tiene límites” y se extiende para todo el tiempo mientras vivas, a la final, lo que verdaderamente Dios tiene en cuenta es lo que se aloja en el corazón, de cómo obramos según nuestras acciones.

En los dichos de los Padres del Desierto sobre el Abba Sisoe se cuenta, sobre la “humildad perfecta” y el “arrepentimiento sin fin o “sin límites”, lo siguiente:

“Los discípulos, reunidos a su alrededor, vieron de pronto que el rostro de su anciano brillaba como el sol. ¡Mirad, nuestro Padre ha sido arrebatado en el espíritu!, Decían: Padre, ¡ya no tienes necesidad de arrepentirte. Entonces, Abba Sisoe, con una humildad les dio su última y más profunda enseñanza: En verdad, no sé si he comenzado siquiera a arrepentirme. En ese momento, la celda se llenó de luz increada y Sisoe, transfigurado”.

Hermanos, el que tiene verdadero arrepentimiento, lleva en la actitud de contrición la humildad del acto de reproche por lo que ha hecho, vergüenza santa, y cuenta sus faltas no por orgullo sino para que no se cometan más, y nadie caiga porque puede que mañana no lo tenga, debemos los pecadores violentarnos todo tiempo, esto hace que la gracia del Espíritu Santo habite en él o no, no lo sabemos, por esto, practiquemos la búsqueda del desapasionamiento, para que el dolor, se vuelva más sabio para los justos, y que con el lloriqueo obtengamos la tristeza santa. Esforcémonos por cambiar las cosas del mundo por la de Dios, para nuestra salvación y al de otros (véase Isaías 30:15), el esfuerzo es el camino proporcional que nos aloja en el perdón, pero no solo esto, sino también a la misericordia de Dios que es desmedida, en últimas, son los frutos los que nos dirán si estamos arrepentidos o no (véase Mateo 3:8) y además si fueran aceptadas, que en todo caso de concederse debe ser visto siempre como abandono del pecado y no solamente como un deber "penitenciario" sino una acción alegre y positiva en el celo de un hombre nuevo.

Por último, puede que a muchos en la vida nos hayan servido no conocer las causas de los pecados al menos no al principio o más tarde, pero parece que otros no lo quieren conocerlo para hacernos los bobos, y no arrepentirse, precisamente para no volverlos a cometer se debe salir de la ignorancia, por ejemplo, muchísimos no sabemos cómo funciona la gula pero creemos que está bien no saber, para no caer en ese vicio, pero cometemos un grave problema, que viene del corazón para el juicio de Dios, que ahora ahonda tu alma al pensar que no sabías y esto es fatal, por tanto, el reconocer una falta, así sea conociéndolo y yendo contra su voluntad, y así caigas, cuando te arrepientes de ello, te levantes, y vas creciendo, y esto sí que es una construcción espiritual que te eleva en la ascensión en la escalera divina, que haces para volverte humilde que es lo que realmente te cambia y te salva, lo contrario te lleva al orgullo, como a la desobediencia igual que a Satanás, como dice San Ambrosio de Milán, “El verdadero arrepentimiento es dejar de pecar”.

28 de abril de 2024

LA CONTINUA CONVERSIÓN DEL ALMA: MI PRIMER AÑO DE "TRANSFORMACIÓN ESPIRITUAL" (33 "DIOSIDENCIAS" CON SAN AGUSTÍN)


"La oración protege y refleja las terribles compulsiones del poder oscuro. Y especialmente fuerte es la oración de una madre (...): tiene un gran poder”. - San Serafín de Sarov

“No sabemos lo que queremos realmente; no conocemos esta verdadera vida y, sin embargo, sabemos que debe existir un algo que no conocemos y hacia el cual nos sentimos impulsados”.- San Agustín

"Mi único deseo era vivir hasta verte católico e hijo de Dios".- Santa Mónica

Mario Felipe Daza Pérez

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Este 1 de mayo, se conmemora mi primer año de "transformación" (metanoia), al "cristianismo", aunque se debe decir, que la "conversión" no debe ser visto en un "tajo", sino que ha sido "paulatino" hasta el momento, es una labor que se hace a diario, buscando cada vez más una mayor "gracia de Dios". Precisamente celebrando este 24 de abril de 2024 como un día de "conversión de San Agustín", que junto a este suceso, es un caso que puedo decir que fue muy parecido al mío, de lo que —"guardando las proporciones"— en cuanto a su grandeza como "santo" y demás dotes, dones y carismas entregados por el Señor, podemos mencionar aquí por lo menos unas treinta y tres (33) coincidencias (que le llamaremos “diosidencias”), siendo el más importante de ellos la "súplica" de nuestras "madres" al Señor por muchos años para la “conversión” de sus “hijos pródigos”.

Debemos mencionar que abril es un mes muy importante para la Iglesia Católica (en general), ya que se conmemora la etapa gloriosa de Jesús (resurrección), del como de la “muerte” pasó a la “vida”, igual que San Agustín y en nuestro caso, después de haber estados muertos pasamos de este estado a estar vivos a partir de la transformación espiritual (metanoia) que tuvimos, lo que queda claro de todo esto ha sido la gran "misericordia" de Dios para sus "hijos rebeldes", especialmente de lo que hizo el verbo encarnado para con él, utilizando en su caso un escrito a San Pablo (que fue otro iconoclasta) y en el mío la intercesión de la “gospa”.

Sabemos que el Santo de Hipona no escribió algún texto alusivo a la Santa Madre de Dios (Theotokos), pero sí conocemos de su devoción hacia ella, aunque en esa época no existía mucha veneración al "corazón inmaculado" de la "gospa" si resultaba importante para los padres de la Iglesia. Ahora, no es coincidencia, que sea el 1 de mayo de 2023, la fecha exacta de mi conversión, la cual concurren muchas cosas, no solo se celebra a nivel mundial (y no local), el "día del trabajador", sino que desde el punto de vista integral, se tiene que es el “mes de la madre” (en el sentido terrenal), y también nada menos que el mes de Maria, a esto le sumamos que en este tiempo llegue a confesarme, y permitirme llegar a la “verdad”, que a muy pocos se les he concedido, fueron entonces estos días momentos de transformación definitiva de nuestras almas, igual que lo sucedido por San Agustín.

Durante el mes de mayo hasta el mes de junio se celebra mes de Maria (al menos en Colombia, y en uno que otro país), y durante este periodo no solo tuve la transición, sino que también la conversión transmitida a través de confesión, las asistencias de misas, eucaristías, retiro espiritual, y una búsqueda sincera y voluntaria de Dios (un académico arrodillado), y gracias nada menos que a la intercesión especial de la "gospa", como de lo que fue mi Madre, ahora Santa Martha Elena (miembro de la Iglesia Triunfante), estas "diosidencias", no se dieron de forma “causales” como creerían los “ingenuos” o por “suerte” sino por mero “milagro”.

De hecho, es en este mismo día de “conversión” cuando/donde se celebra, la "fiesta" de "San José obrero" del cual he recibido también gran ayuda, en "gracia" y "virtudes" y si miramos más allá el 3 de mayo se homenajea el "día de la Santa Cruz", al Apóstol San Felipe (estaba contemplado en el "martirologio romano" que su fiesta era el 1 de mayo, pero en el Novus Ordo se cambio a este día posterior⁣), siendo mi nombre Mario Felipe, también se homenajea al Apóstol Santiago (quien fue el primero en decir, la "fe sin obras, es fe muerta", Sant 2:26), el 4 de mayo se festeja la efemérides de Santa Mónica, (y este año cae un primer sábado de mes, en celebración además de la "gospa") el 13 de mayo la fiesta de la Virgen de Fátima (advocación fuerte de la Virgen en el mundo), el 16 de mayo, al monje Simón Stock, se le entrega el escapulario de la Virgen del Carmen (del cual es mi advocación), el 24 de mayo el día de Maria Auxiliadora (fecha que además se cuenta como el rezo por primera vez el rosario con devoción) y así, podemos continuar con un número de "causalidades divinas".

Precisamente, asistiendo a misa este 24 de abril del año presente, en la noche, (normalmente lo hago en la mañana), casi siempre voy casi a las mismas parroquias, esto, a pesar de que la Iglesia del Liceo Cervantes (agustino) pertenece a la comunidad de San Agustín (para rematar) soy graduado de esta "institución agustiniana" (del cual hago parte), al final termine asistiendo en esta última hora del día a esta celebración, cuando casi ya no voy a este sitio (a excepción del "santísimo" que es 24 horas), y fue exactamente ese mismo día momento en el que se cruzaba con el día de la "conversión del Obispo de Hipona", del cual no tenía idea, por descuido, y aun asi, escuche la homilía, que aunque fue larga, era placentera ya que se trataba sobre su vida y obra.

Es claro sacar de este coyuntura que aun asi no te des cuenta, las cosas te la muestran y se dan, porque así lo considera Dios, se puede incluso mencionar muchas más "milagros" que se ha hecho desde que tengo conocimiento, y no se presenciaban por estar "invidente", y esto no se veía debido a mi "ceguera espiritual" (igual que en San Agustín), porque estaba ciego cuando aparecía esta clase de “hechos sobrenaturales”, y así puede pasar contigo querido lector/a si no te abres al “camino de la verdad y la vida”, y puede que ya te esté sucediendo y que no atribuyas estos sucesos a “Él”, sino que a ti mismo o al destino, una muestra total "mal agradecimiento", fíjate que estas aquí no por "azar" como creen algunos científicos/escépticos/agnósticos/ateos, estás aquí por alguien que te ha traído, no existe una fórmula mágica para indicar que por "casualidad" me conozcas, porque es más fácil ganarse la lotería un número X, Y o Z de veces, que el haber nacido, y aun no te das cuenta, que eso de "azar” no es.

Siguiendo, tenemos que para el primer año de mi conversión, este 7 de mayo de 2024 se celebra en mi ciudad, (el 1 de mayo en Bogotá) el homenaje al "día de la madre" (mes de mi transformación que a la vez coincide con el de "madre de las madres", en este fecha, los Caballeros de la Virgen harán un homenaje a la "gospa", y que a su vez será realizada en la "catedral" lugar donde se consiguió mi “conversión plena”, ese mismo día, que después de haber ido a 6 iglesias distintas y todas estar cerradas ¿otra coincidencia?, fue esta última, la séptima (7° que significa -plenitud-) la parroquia que me recibió, bien como pasará en esta efemérides, esto me confirma de esto que era mi día si o si, para la transformación completa de mi ser (metanoia) igual como le sucedió a San Agustín, el 24 de abril (esto nos demuestra que el Espíritu Santo venía trabajando poco a poco).

La “conversión” es una etapa que viene después de un ciclo de desorden, sobre todo "almático", si bien mi transformación no ha sido del todo "agustina", sino que se lo debo en gran parte a nuestra madre Maria (carmelita) y la disciplina (benedictina-ortodoxa), y de lo que hizo mi madre terrenal a través de sus súplicas, lágrimas y penitencias, por tanto, siempre se trató de un acercamiento paulatino, no de un tajo como creen muchos que pasa.

Para el caso del Obispo de Hipona, el "tolle, lege, tolle, lege" (toma y lee), fue sinónimo de cambio, de su causa final de transformación espiritual, fue el despertar de su alma, "iluminación de su conciencia" visto como algo divino, conversión que estuvo buscando siempre en la verdad y su contemplación esto, para luego estar preparado para la lucha (Job 7:1), tal cual como se nos menciona en el libro autobiográfico de "Las confesiones", estaba muerto (Lucas 15:32), igual que el, fuimos revividos por obra y gracia del Espíritu Santo, a través de la mediación de Cristo Salvador y Theotokos (al menos en mi caso), recordemos la parábola del “hijo pródigo” que muy bien puede ser aplicado para nosotros, estas “ovejas descarriadas” (ya que volvimos a casa, al domo de la disciplina -disciplinae domus).

En la "Carta Encíclica" del Papa Benedicto XVI, "Spe Salvi" nos indica que en "esperanza fuimos salvados", haciendo hincapié precisamente a San Pablo como centro de ese aprendizaje (paideia), son sus misivas tan importantes que hizo que se diera la conversión final del Obispo de Hipona, exactamente tomando como centro a Romanos, 13:13-14, de allí que haya aceptado el camino San Agustín, la vía del conocimiento a sí mismo, de la aceptación de sus errores y de lo que fue en su vida, y por último de su superación en gracia del Señor (véase, "El combate cristiano"), que al principio no solo recoge de las fuentes griegas como la platónica-neoplatónica y romanas, cobijadas inicialmente en Cicerón, sino de las Sagradas Escrituras, este giro que dio de 180% sirvió de base para consolidar lo que hoy conocemos de este santo doctor/padre de la Iglesia.

Ahora, después de haber sido expuestos algunas ideas básicas-generales concordante del detonante final a la conversión sigilosa del Espíritu Santo en nuestras vidas, a través de la manos de Maria (en nuestro caso) en las de él, en Cristo mismo, en utilización igual para ambos de nuestra madre terrenal y posteriormente justificándonos en San Pablo, a continuación expondremos unas “33 Diosidencias" que me acercan a la vida de San Agustín (edad de su conversión), del cual puede expresarse al santo como mi “alter ego”, debido a nuestras enormes convergencias de lo que fue en este ciclo de desorden hacia la “transformación espiritual” (metanoia), guardando las debidas proporciones/capacidades/aptitudes. Veamos:

  1. Ambos nos juntamos con malas compañías (lo que nos generaba un entorno negativo), lo que causó el pecado y por tanto, el vicio pecaminoso.
  2. Ambos nacimos en el seno de familias acomodadas (de clase media)
  3. Ambos teníamos una “ceguera espiritual” debido a que el placer/deseo/vano y material de las cosas que nos ofrecía el pecado, el mundo, la carne y el maligno no nos dejaba ver, ni escuchar.
  4. Ambos éramos soberbios, orgullosos, y petulantes, en mayor o menor medida, según las circunstancias, sobre todo en cuestiones racionales.
  5. Ambos nos creíamos autosuficientes (sobre todo en lo que respecta a la ayuda de Dios).
  6. Ambos nos convertimos en abogados (con formación académica).
  7. Ambos estuvimos interesados en la "búsqueda de la verdad".
  8. Ambos fuimos criados bajo principios cristianos (a pesar de no serlo devotamente desde el principio de nuestra juventud).
  9. Ambos fuimos convertidos en fechas cercanas, para el caso del Santo fue el 24 a 25 abril y en el nuestro (días después) el 1 de mayo (y durante el mes).
  10. Ambos nos convertimos en muy cercana edad, en su caso a los 32-33 años y en el nuestro a los 34 años.
  11. Ambos nos “instruimos” en doctrinas erróneas (pero siempre intentando buscando la verdad).
  12. Ambos nos formamos en la filosofía greco-romana y miramos esta “escuela” como antesala al “cristianismo”.
  13. Ambos fuimos convertidos en la "gracia a Dios" por las súplicas, penitencias y lágrimas de nuestras madres terrenales.
  14. Ambos durante la juventud, andábamos en la impureza, en la gula y la lujuria. Nos dominaba el fango del espíritu de la concupiscencia.
  15. Para ambos nuestra puerta de entrada a la "sabiduría" fue Cicerón, Platón, Aristóteles y en nuestro caso también fueron los “estoicos”.
  16. Ambos fuimos bautizados tarde, a los 32 años en su caso, en el mío a los 15 años, a la misma edad de su hijo Adeodato ("regalo de Dios").
  17. Ambos nacimos en provincias costeras, en su caso, en Tagaste (hoy Argelia) en el nuestro en Barranquilla (Colombia)
  18. Ambos fuimos escritores de libros, ensayos, tratados, artículos
  19. Ambos fuimos conferencistas y polemistas conforme a su doctrina.
  20. Ambos fuimos radicales en cuanto a la defensa de la fe o sus creencias
  21. Ambos fuimos consejeros y buenos amigos
  22. Su madre Santa Mónica tuvo a San Agustín no tan joven, a los 23 años (para esa época), en nuestro caso a los 38 años.
  23. En ambos nuestros detonantes definitivos de conversión (chispa) fueron "hechos sobrenaturales" él, en un Huerto (alguien que le dijo: “toma y lee”, Romanos 13:13-14) en nuestro caso en la Catedral de la ciudad.
  24. Luego de nuestra conversión tratamos de aunar fe y razón, llenos ahora en las “justificaciones cristianas” en los escritos/textos.
  25. Admirábamos a nuestra madre, como inteligente, creyente y ejemplar
  26. Ambos vivimos de forma ascética (minimalista), intentando practicar las virtudes.
  27. Ambos no nos gustaba viajar (solo lo hacíamos por deberes episcopales/profesionales o de oficio)
  28. Ambos éramos rebeldes, desobedientes y angustiábamos a nuestras madres.
  29. Ambos sufrimos la muerte de un gran amigo de casi nuestra propia edad, en su casa perdió a Nebridio, en nuestro caso a Gustavito.
  30. Ambos no andábamos pendientes ni de la fama, la vanagloria ni el dinero, sino de la búsqueda de la "sabiduría".
  31. San Agustín muere el 28 de agosto, y su madre el 27 de agosto, y nuestra madre nace el 26 de agosto, y realmente su conversión (expresan otras fuentes) que se dio a finales de agosto también, del año 386.
  32. Nuestras mamás fueron, casadas, solteras, mujer de un solo varón, y sobre todo "madre" en el sentido verdadero de la palabra.
  33. Nuestras madres, nos aconsejaban, exhortaban y reprimían nuestras malas conductas, a pesar de morir a mitad de nuestras etapas de vida.

  • Plus: Fui graduado de Bachiller en un colegio agustino (Liceo de Cervantes), en profesión con la enseñanza de San Agustín.

De lo anteriormente anotado podemos relatar que ambos (y podrían faltar muchas más, ya que no se acaba aun mi vida) contábamos con una ceguera espiritual aún pudimos salir adelante por “gracia de Dios”, y ahora es San Agustín, mi “alter ego” en cuanto al derrotero de la escritura cristiana, a pesar de no poseer maestros, siempre sin darnos cuenta buscábamos la “instrucción” en el mismo Dios (Salmos 32:8), del cual nos dotó, con ciertos “dones”, sobre todo de “lectura” y “escritura”, pero como él mismo lo dice en su libre insigne "Confesiones" (Cap. XVI), ¿de qué le servía si lo usábamos para mal? si no lo utilizamos para la "búsqueda de la verdad" era todo en vano.

Criados bajos una crianza cristiana, y a pesar de no responder enseguida, fuimos rebeldes, él estuvo de presente inmerso en el error del maniqueísmo, el mismo tiempo (casi 10 años) del que estuve en el agnosticismo/escepticismo/racionalismo, nunca creyendo en la fe, sino sólo en la razón. Esto hizo que su primera transformación, aunque aún no en Cristo, lo hiciera en antesala en el "platonismo/neoplatonismo", en nuestro caso en el "estoicismo", esto sirvió de trampolín para que este a los 33 años (24 al 25 de abril del 384), y yo a los 34 años (1 de mayo de 2023, primer hecho sobrenatural, y luego sería todo el mes de mayo), “renaciéramos”, ya que estábamos muertos, esto, por andar “pululando” en el fango de la concupiscencia.

Fue Cicerón (véase, "Hortensia") y Plotino (véase, "Eneadas") quien le abrió la mente a la sabiduría por primera vez, lo mismo que lo hizo en mi persona, Marco Aurelio, Epicteto y Séneca, lo que no sabíamos es que todo esto estaba preparado por Dios, como parte de nuestra formación, luego cristiana, a voluntad propia, ya que él no quiere nada forzado (quería que estiráramos el dedo), de allí el valor supremo de la "caridad" (por amor), pensemos que antes nadábamos en el narcisismo, endiosamiento, vanagloria…, es allí que reconozcamos después de nuestra conversión que las lecturas de San Pablo más el Evangelio sean el camino a la "salvación" (la práctica de la virtud), es el manual de guía para la ética de todos, y no la "filosofía pagana" o "greco-romana", es así que en su último texto antes de morir titulado "retractaciones", se arrepiente de haber mezclado, estas falsas doctrinas con el de la “Fe” igual como he hecho con muchos artículos de mi Blog -los he eliminado- (más de 400, bien que tenía escrito desde el 2009).

Siendo San Agustín, abogado, profesor, conferencista, también fue juez, aunque pretendió ejercerlo no pudo, (ver, Ángel Peña, en San Agustín de Hipona: Buscador de la verdad, p. 125 y en "Confesiones", Libro VI, Capitulo VIII,) tal cual como nos destacamos, aunque aún no como "operador judicial" (decía, "son tantos los pleitos que caen sobre mí, que apenas puedo respirar, p. 214), esto no fue óbice para que su conversión, se diera como detonante causado por “hechos sobrenaturales”, en su caso se debió a que un supuesto niño le expresó, “toma y lee”, como si fuera una orden de cielo, y luego de convertido le seguía sucediendo múltiples veces (recuerden el caso del niño en el mar), esto para cuando leyó una parte de la carta de San Pablo, Romanos 13:13-14, dice que escuchó una voz celestial (Ibídem, Libro VIII. cap. XII) en un “huerto”, ahora convertido ese lugar en una Iglesia en Italia.

Hemos comprendido de todo esto que la fe, va unido a la razón, en este caso a la ciencia, y que antropológicamente el ser humano está compuesto de un cuerpo y un alma, en nuestro caso debido a la introducción de la psicología en la edad contemporánea, lo desgranamos ahora en un elemento más tal cual como lo es la “mente”, pero esto es un evento teórico dentro de la teoría del ser, de lo que nos sirve ahora para leer/analizar las sagradas escrituras de una forma más abierta, utilizando como centro las cartas de San Pablo (que era otro rebelde convertido en santo, Saulo de Tarso) y el Evangelio, y del cual ahora reescribimos en contra del vicio y en el desprecio al pecado, a la soberbia, orgullo, y demás antivalores malignos que nos tiene a la “raza humana” como “esclavos”.

En su vida de transformación del cual duro de 3 a 5 años viviendo como "monje", (hasta los 37-38 años) (condición que nunca dejaría, en el modo de vivir, ver 55 preguntas sobre San Agustín, p. 37 y 53, —muy seguido de negro vestía—, como lo hacemos ahora nosotros como “luto al mundo”), hasta que se convierte en sacerdote-monje en 391, a los 39 a 40 años, siempre mantuvo de esta “templanza” un perfil de vida monástica, ascética, practicando en todo caso la virtud (ascesis), aunque inicialmente nunca quiso ser sacerdote, pero la vida lo llevo a ello, solo anhelaba vivir monacalmente (p. 67).

Por último, nuestro compromiso hoy en día se centrará conforme a lo expuesto entonces en pelear (luchar, como hizo Job) tal como sucedió con San Agustín con muchas herejías, apostasías, que ahora perviven en otras, e incluso con más fuerzas y otros nombres, entre ellos dentro de la “escuela escéptica”, como la atea, agnóstica, nueva-era, racionalista, y de las que derivan de todas ellas, que ya sabremos cuales son, en cuanto a poner el servicio de los dones recibidos por Dios, no sólo como atención (Serviam Deus) sino visto como "penitencias" de nuestros errores, haciendo el bien, instruyendo en la verdad, practicando la virtud, etc, creando así si se puede, un sistema filosófico teológico, jurídico y de acuerdo a las competencias que nos asignen la Santísima Trinidad.