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14 de enero de 2024

LA "INDIFERENCIA" EN EL "ESTOICISMO" (ADIAPHORA) VS. LA "NEGACIÓN DE SI MISMO" EN EL "CRISTIANISMO"


 

"Encontrarse bien depende de poco, pero no es poco"- Zenón de Citio

 

"La corona de la victoria no se promete sino a los que luchan"- San Agustín


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Mario Felipe Daza Pérez

@mariodaza

 

Diógenes de Laercio en su famoso texto titulado "Vida, Opiniones y Sentencias de los Filósofos más Ilustres", expresa que fue Aristón de Quíos (320-250 a.c), un discípulo de Zenón de Citio (iniciador del "estoicismo") quien introdujo el "concepto" de "indiferencia" (adiaphora) en esta "Stoa" (pp. 345 y 392), aunque ya vemos residuos de este elemento en el "cinismo" y en el "pirronismo". Estamos claros que los primeros cultivadores de esta "escuela" fueron versados en varios temas, sobre todo en la "lógica" y en la "física" y que fueron los "últimos" entre ellos los "tardíos", con la "versión romana" (con Séneca, Epicteto o Marco Aurelio) quienes dieron mayor cabida a la parte "ética" o de la "virtud", dejando a un lado esto de la "retórica" que bien aquí no tocaremos, lo que sí mencionaremos rápidamente es que un "gran examinador" y "prolífico escritor" de estos variopintos asuntos fue Crisipo un "arrogante" (como muchos de ellos) miembro de la "primera y segunda ola" de este "tanque" de "pensamiento clásico", junto con Cleantes, Posidonio y Panecio.

 

En el "estoicismo" sobre todo el "clásico" o el "primero", mejor dicho, el "propio", entendían a las "virtudes" como "excelencias" (p. 353) desde el punto de vista formal, pero en el "ámbito moral" tenían un grado mucho más amplio, conocido como "arete" (p. 366), estos creían que los "vicios" eran más bien "ignorancias" sobre "aquellas cosas" cuyo conocimiento les hacía falta "formarse", tal cual como pasa con los actos de estupidez, la mezquindad, esclavitud, codicia, ira, etc (p. 367), y además esgrimían que las "contrariedades" a estos "antivalores" se construyen a partir de los hábitos ("hexis") con "acciones contrarias" de sus "afectaciones" como de las que se forman con la prudencia, justicia, modestia o templanza.

 

Se dice que los "estoicos" rechazaban la "mayoría" de las "invitaciones a comer", se contentaban con sólo "higos frescos" y "baños de sol" (p. 329), Zenón de Citio "fundador" de este escuela fue discípulo a su vez del último de los "cínicos" o los "perros" (por ello de su "minimalismo") como lo fue "Crates" (también se decía que de Jenofonte y de Estilpon), digamos que este "tanque de pensamiento helenístico", se mejoró un poco más con estos "ilustres" y de los que estos últimos desarrollaron, fue extendido a otras naciones (sobre todo a Roma), quitando de por medio un poco de lo que se vanagloriaban los "cínicos" como lo era la "falta de vergüenza" -anaideia- (que era una desgracia o fallo en su "sistema").


Lo que si rescatamos de la "Stoa", "parcialmente" es el tema de la "indiferencia" pero en cierto sentido, ya que puede ser entendido en el término cristiano desde otro contenido, inclusivo entre ellos mismos, dándole validez no sólo en lo "ético" sino también en lo "lógico" (como lo hacía Pirrón), es así que para los "discípulos de Cristo" lo apliquemos para los efectos del "mundo", no para el "prójimo" o "para Dios".

 

El símil de la "indiferencia" que bien puede "beber" en algo del "estoicismo" y de otras "escuelas helenísticas" solo lo hace por "encima", "filosóficamente hablando", esto, en cuanto a los temas relacionados al "cristianismo", el término más preciso para los "discípulos de Cristo" sería el de "negarse a sí mismo" o "renunciar a sí mismo", pero solo frente a los "aspectos del mundo", de la "carne" y el "maligno", no del amor a los demás ni tampoco hacia el afecto a Dios, de lo que se llama "caridad" que es una "virtud" propia de esta "religión abrahámica".


Si revisamos, la relación entre lo uno y lo otro, nos damos cuenta que existen parecidos, pero también diferencias, por ejemplo, Zenón de Citio, pensaba que al alegarle al Rey Antígono que el "placer" lleva al "afeminamiento", sobre todo de las "almas de los jóvenes", exactamente a la "corrupción moral", esto es un "acto contra la virtud", por tanto, en este "espacio-temporal" no hay "descanso" para el "entrenamiento espiritual", "mental" y "corporal", a falta de ellos, no "resulta provechoso", cualquier intento de "mejoría", esto, mirado, para quien se quiera "educar" en la "buena vida" -"plena"- en sintonía con los "designios" de Dios.

 

En Juan 4:8 y 4:20 se expresa lo siguiente:

 

"El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor [caridad]".

"Si alguien dice: "Yo amo a Dios", pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar [caridad] a Dios a quien no ha visto".

 

Para los "estoicos" igual que para nosotros los "cristianos" existen unas "virtudes" que son "cardinales" (esta "noción" significa "bisagra", es decir, "agarre") que son cuatro (4) pero para estos últimos a diferencia de los primeros se desarrollan también los "teologales" que son tres (3) e inclusive las "infusas" que vienen por las "gracias", "dones" o "carismas" del "Espíritu Santo", algo desconocido para los griegos, romanos y demás "culturas paganas", a falta de entendimiento y sabiduría divina.


Para los "pensadores" de la "escuela helenística" existen actos que no son virtuosos ni tampoco malos o buenos, sino "neutrales" como la salud, la buena fama, la belleza, el placer (p. 370) del que podemos llamar "adiaphora", de lo que para los "discípulos de Dios" se aplicaría la "indiferencia", pero no de este tipo, creemos que estos sí pueden ser dañinos, ya que muchos de ellos dependen de cómo se "lleve la vida". Por otro lado, creían también que era "malo" ser "feo", "débil", "pobre", o el estar en "deshonor", cuando están pueden ser más bien "acicates" para "mejorar en sí mismo" y también por "acoger la gloria de Dios" en "ofrecimiento" a su "voluntad", y he aquí otra de sus diferencias.

 

Según Diógenes de Laercio en el capítulo de los "Estoicos" que estamos ahora refiriéndonos, menciona que el término de "indiferentes" se aplica en dos sentidos (p. 371):

 

Primero: para los que no contribuyen a la felicidad ni a la desdicha, como son la riqueza, fama, salud, vigor, y las parecidas. Pues es posible ser feliz sin ellas.

 

Segundo: están los que no provocan ni atracción, ni rechazo, como es el tener ciertos pelos en la cabeza proporcionados o excesivos o extender y contraer el dedo, pero estas ya no se califican de indiferentes en el sentido de las anteriores.

 

En resumen: a unas se les llaman "preferibles" y a otras "rechazables", ejemplo de la primera, la salud, fuerza, buena constitución, belleza, y de la segunda, la muerte, enfermedad, debilidad, mala complexión, fealdad, pobrezas, o deshonras.

 

De allí que para "adoptar" digamos cierto sentido un "discernimiento" de cuándo "actuar" "indistintamente" frente a esta "indiferencia" ya sea de los "preferibles" o "rechazables" se tome entonces un "comportamiento apropiado o adecuado" (que le llaman "kathekon"), como puede suceder el de "saber elegir", como por ejemplo, al rodearse de "buenos amigos", al momento preciso para estar con su familia, en el aprovechamiento del tiempo razonable, en el cuidado de la salud, en la comida nutritiva, cuidando de nuestro cuerpo, protegiendo el cerebro o la mente, mejor dicho viviendo de acuerdo a la "virtud", en este caso, creían que el "alma" estaba dotada de ocho (8) partes y entre ellas los "sentidos mismos", como también la "facultad de hablar", la "labor intelectual", "inteligencia" y la  "reproductiva", expresaban que la "pasión" era un "movimiento irracional del espíritu" en "contra de la naturaleza", o más bien lo determinaban como un "impulso excesivo" (p. 372).

 

Pongamos un ejemplo, en este caso como lo es el "movimiento irracional" de la "idolatría" (de la que sufrió por ejemplo Saúl, David, Salomón y otro reyes, o gobernantes, etc) en torno al "impulso desmedido o excesivo" del "dinero" o "poder" (dios falso) la cual fue originado a causa del "pecado", o un "vicio", por supuesto "espiritual e irracional", de allí, que debamos marcar una "indiferencia" frente a esa "avaricia" o "codicia" que nos propone el mundo en este tema, de lo que para San Agustín es el "origen de todos los males" la cual hace parte de la "concupiscencia".


Pensar ya que el "dinero" es "bello" solo por tenerlo, es "ir en mal camino", el "pretender acumular" sin tener en cuenta "lo que ya se tiene" ya es suficiente, y puede ser "anti-virtuoso". Es decir, la "plata" y su "valor", debe ser un "medio" o "instrumento" para un "fin", no el "fin" en sí mismo", porque esta se acaba, (mi mama decía que se "mudaba" de dueño). El propósito de "obtener riquezas" no debe ser otra cosa que la de "servir" (serviam) al prójimo, a Dios, no con "indiferencias" sino con "caridad", no es creerse mejor que otros porque se obtiene más efectivo, medios, bienes, etc, más bien este "pensamiento" lo que hace es "dañarte a ti mismo", afectando "totalmente la virtud", se convierte en un "obstáculo" a la "excelencia" (estoicismo) de la misma forma a la llegada a la "perfección" (cristianismo).

 

Por eso que sea importante "castigar el cuerpo" (incluyendo la comida) permanentemente, hacer de ello una "servidumbre" como sucedió con San Francisco de Asís, que le llamaba "el hermano Burro" a su organismo. Si uno en verdad quiere llegar a la "salvación" debe imitar no a los "estoicos" (que bien son un puente para ello), ni a ninguna otra filosofía, sino que toca si o si "imitar a Cristo" según nuestras propias "capacidades" y "condiciones", y solo de esta manera podrás vencer al i) mundo, la ii) carne y al iii) maligno, mejor dicho, llegar a la vida eterna. De nada sirve "ser el dueño de este planeta" si sabes que algún día vas a partir, pues, puedes tener muchos bienes, pero no te lo vas a llevar en el "féretro", lo mismo pasa con las "pasiones", "vicios", son temporales, eso pasa, pero la "palabra de Dios" no pasara (Mateo 24:35), ya que su "camino" es el correcto, que nos lleva a la "verdad".

 

Expresa San Agustín, en su texto: "El combate cristiano", en su capítulo 1.1:

 

"Él príncipe [diablo] de este mundo [pecadores] ha sido arrojado fuera. No porque fuera expulsado del mundo, como dicen algunos herejes, sino que fue arrojado del alma de los que viven unidos al Verbo de Dios y no aman al mundo del que él es el príncipe porque domina a los que aman los bienes temporales que se poseen en este mundo visible. No quiero decir que él sea el dueño de este mundo, sino que es el príncipe de las concupiscencias con las que se codicia todo lo pasajero. Así, somete a los que aman los bienes caducos y mudables y se olvidan del Dios eterno. Pues: La raíz de todos los males es la codicia, a la que algunos amaron y se desviaron de la fe, y, así, se acarrearon muchos sufrimientos. Por esta concupiscencia reina el diablo en el hombre y posee su corazón. Esos son los que aman este mundo. Pero se renuncia al diablo, que es el príncipe de este mundo, cuando se renuncia a las corruptelas, a las pompas y a los ángeles malos. Por eso, el Señor, al llevar en triunfo la naturaleza humana, dice: "Sabed que yo he vencido al mundo".

 

Si revisamos nuevamente a los "estoicos" (al menos, los "clásicos" o "primera ola") siguen ellos manteniendo algunas tesis de los "cínicos" como el creer que el "sabio" es superior ("vicio arrogante") a los demás, indican tener "mayor poder" que otros solo por el "hecho de saber más", y de suponer un aumento de su "autoridad moral" por la circunstancia de ser "filósofos", de facto, Crisipo, decía que "las mujeres debían ser comunes para ellos", y que por tanto "podrían servirse de la primera que encontraran" (p. 381), no solo resulta estos tipos de "pensamientos" y "acciones", "arrogantes" como encontramos en la mayoría de las "escuelas helenísticas", de la que están también dotados de "falta de vergüenza" (anaideia), esto, sin dejar atrás las distintas "idolatrías" que tenían, heredadas de sus "padres filosóficos" y puede que este factor se haya debido a la misma "indiferencia" desprendido de este "pecado" y por supuesto por falta de "sabiduría y entendimiento divino" -no revelado- para la época.

 

Siguiendo, estos pensaban, que la "inteligencia" era un "dios" en si mismo, era un "destino", lo mismo que Zeus (p. 383), aunque creyendo que el "universo" estaba ordenado según la razón, y que este era animado, racional y tenía una providencia propia, desconocían por ello, debido a su grado de "panteísmo" creyendo que ese "ser superior" era un "algo" (el "éter", era su guía, como parte de ese "hegemonikon" -parte del alma-, p. 384) y no un "alguien", un "ente transcendental" o personal (como la que detentamos nosotros con la "santísima trinidad, Padre, hijo y espíritu santo), de allí el "craso yerro" de sus planteamientos, pero creeríamos que en ese tiempo era algo pasable por la carencia de "entendimiento divino" de estos temas (muchos de ellos padecieron en el "hades" de lo que nosotros llamaríamos "ad ínferos", no entendiéndolo como "infierno", sino más bien en el término judío del "sheol" que estaba cerrado y que solo Cristo tenía las llaves para abrirlo) y demás por la no llegada del Mesías, por lo que en estos tiempos contemporáneos no creerlo sí que se consideraría una "herejía", "apostasía".

 

Aplaudimos que los "paganos" a pesar de su "poco conocimiento divino" sobre las cosas del "origen y desarrollo del Reino de Dios", antes de la llegada de Cristo, tenemos que mostraban "gran convicción" de lo que significaba el "tiempo" (y su importancia), eran ellos quienes decían que el "futuro" y el "pasado" eran infinitos, en cambio, el presente era limitado (carpe diem), y que el "universo" era perecedero porque era "engendrado" (p. 385), es decir, tenía un principio y un fin, por ser "materia", a pesar de ser además racional, inteligente, veían además al "creador" como un "ente abstracto" no como un "ser" llamado Dios, como lo hacemos nosotros, por tanto es "increado", es el alfa y el omega, no tiene límites.


Creían que tambien este tenía un "alma" eso que consideraban como "superior" y un "ser vivo", "inmortal", "infinito", "perfecto", (p. 387) de la cual nosotros en este último punto estamos de acuerdo, por otro lado, reconocían que los "demon" lo que hoy conocemos como "demonios" o a veces "espíritus" (a secas) tenían cierta inclinación hacia los hombres (llamaríamos como "influencia" o a veces "posesión), y que todo el tiempo observaban lo que hacían los hombres (p. 389), siendo esta "base almática" entonces en resumen, una "naturaleza sensitiva", mejor dicho es un "soplo cálido" (p. 391), "pneuma hagios" (lo que llamaríamos como el "Espíritu Santo").

 

Existe un problema grande entre la gente, porque hablan todo el tiempo solo de las "enfermedades del cuerpo", y algunas veces de la "mente", pero no del "alma", y esto último, es lo que más acontece, como la que se deriva de la "codicia", la "vanagloria", la "gula", y así mismo como existe el "catarro" el "dolor de cabeza" como predecesora de una "calamidad", lo mismo pasa para el "espíritu" cuando comenzamos a desarrollar en el  "desórdenes", con pequeños actos de ira, de fornicación, vanidad, glotonería, entre otra cosas. El llamado es mantenernos siempre al margen de sus deberes [funcionales] biológico y éticos, de lo que Zenón de Citio llama "kathekon" ("convenientia", en latín, utilizado por Séneca), diferente a lo que piensan los "necios" a quienes los mencionan como unos "phaulos" (considerándolos como "esclavos") referidos normalmente a los "ateos" de lo que niegan la "divinidad" no por la "razón" misma, sino por la "fe", de este modo creían que daba lo mismo si se pecaba 1000 veces que una 1 sola vez, en ambos casos, se estaba alejado de la "verdad", lo mismo aplica para la mentira o el engaño (aunque para Heraclides de Tarso y Atenonodoro si varían).


En resumen, el "sabio" (en nuestro caso el "virtuoso") es el único que puede "discernir" y "conocer" entre lo bueno y lo malo y no los que les falta "libertad dentro de las libertades", como lo que niegan a Dios (p. 377), otra cosa en "común" con los "estoicos".

 

Otro error que podemos describir (a pesar de su "falta de conocimiento" en la época, aunque diferente al de los "cínicos") fue su vida de "conciencia pagana", de igual forma de "buena fe" podemos extraer que no sabían que "estar con hombres" era lo mismo que el "hacerlo con las mujeres" (por lo que se desviaban al caso del "homosexualismo"), o en el "trato sexual" se tornaban a veces hacia inclinaciones de "enfermedades del alma", esto, a pesar de tratarse como "indiferentes". Otras cosas, podemos mencionar pero no respecto a las "pasiones de la carne", pero si a los del "mundo" de aquella era, es decir, no desviados a la "muchedumbre", "conciertos" y demás, o al "gentío" ya que eran modestos en el comer y vivir tranquilos, frugales, (minimalistas, en el término moderno), pero si austeros, de poco hablar, y no andar con "charlatanerías", lo que sí heredaron (y siguieron con otros "tanques de pensamiento") como la gran mayoría de las "escuelas" como ya hemos dicho, fue el de "ejercitar" la "arrogancia" y "orgullo" de sus pensamientos, por ejemplo, si tomamos a Crisipo otra vez, este pensaba que solo las "almas" de los "sabios" eran los que persistían en "el más allá" (p. 391) y pensaba que su "dialéctica" era la utilizada por los "dioses" (p. 403 y 406).

 

Zenón de Citio, como fundador del "estoicismo" era partidario del "no memorizar" las cosas sino de "entenderlas", y de tener la "mente abierta" para cualquier momento, es decir, "expresar las cosas tal cual como son," tambien podemos indicar que era "defensor, de la "buena compostura" y estaba en contra del "afeminamiento", como en la "actitud" y la "forma de vestir", decía que se comportaba ante la "maledicencia" como "un embajador despedido sin respuesta" (p. 339) e indicaba que "todos los no virtuosos son enemigos y hostiles, esclavos y extraños entre sí unos u otros, incluso entre los padres, familiares e hijos", por lo que "pueden ser enemigos", al no ser "sabios mutuos", pero también "invitaba a vestir a hombres y mujeres de la misma forma y que no mantuvieran ninguna parte de su cuerpo oculta", (p. 344) de allí que también tengan un su centro como ven la "impudicia" o "falta de vergüenza" (anaideia) dentro de su tesis, sobre todo en lo relacionado a lo que conocemos como "pecados de la carne" y la "concupiscencia" (en todos sus ámbitos).

 

Tal cual como lo ha descrito ya "Nuestra Señora de Fátima" y del "Buen Suceso", en muchas de sus revelaciones (no creídas por los agnósticos, ateos, protestantes, y hasta incluso por los mismos "católicos tibios") llegará el tiempo en que los niños dejaran su inocencia, y el "pudor" sobre todo en las mujeres dejará de existir, y esto es lo que estamos viviendo hoy en día con la "forma de vestir", casi desnuda, de la cual genera "lascivia en la sociedad". Siempre el estar relacionado con la "indiferencia" de los "estoicos" e incluso de los "cínicos" pareciera no importarles cuando se habla de fama, riqueza, salud, etc, pero si lo atisbamos frente a la "vergüenza cristiana" de esto no queda nada, por ello que sea importante recuperarla, no todo es "anaideia" hay cosas que tienen "límites", por ejemplo, las modas de hoy ofenden no solo a Dios, sino también a ellos mismos en la forma en que se "ridiculizan", con su forma de vestir y de compostura, una cosa es la "sencillez" y otro lo "estrafalario" o la "vulgaridad".

 

Señores, tenemos claro que fueron las "escuelas helenísticas", y todos los "tanques de pensamientos greco-romano" las que sirvieron de "base" para la conformación de las "ideas" en la "civilización occidental" y eso no se le quita, pero muchos de sus "planteamientos" llegaron a mejorar a su medida ("convenientia"), y puede que muchos de ellos no hayan llegado a su final, que no es otro que el de "dominar la virtud", o buscar la "perfección espiritual" que si bien no se consigue en esta tierra del todo, sí que sé da con el "esfuerzo" y la "ayuda divina" en el "control de las pasiones" o "deseos del mundo" y eso sí que es una gran ventaja.


Ahora, si queremos ser "estoicos" lo somos pero como "adjetivo" es decir, entendido o visto una "persona fuerte", con coraje, con indiferencia ante las desgracias, en afronte a las derrotas, y la fortaleza antes las cosas malas o buenas (abundantes) que nos sucede, que no es otra cosa en el "cristianismo" que tener el "abandono" hacia el "Espíritu Santo", esto, visto desde el "plano mental", pero aún no sigue siendo suficiente porque queda corto a lo que se refiere al "ejercicio" del "alma" que solo se consigue con las "metodologías espirituales" que bien ofrece excelentemente en este caso el "catolicismo" (en cualquier de sus variantes).

 

La "indiferencia" de forma general sería "bueno" ejercerlo para tener "control de sí mismo" o más bien desde el "término cristiano" para poder llegar a "negarse o renunciar a sí mismo". Si ahora, para los "estoicos" como para el "cristianismo" el "alma" es la parte central es la "razón" ("hegemonikon") nosotros no lo entendemos igual, sino como parte "independiente", es como si se pareciera igual en contenido a la "mente", pero no lo es, lo mismo podemos describir de lo que piensan el resto de los grecos-romanos, al referirse al "pneuma" con la "conciencia" o de una parte de la "fuerza del cuerpo" y, esta sí que es distinta, pero que aparte se estudia como "figura propia", como una "dimensión" alter ego de sus otras "potencias", y esto es algo que no desarrolla ningún "filósofo antiguo pagano" que bien se da sólo en el "plano espiritual" desde en el ámbito "preternatural" o "sobrenatural", desde el sentido práctico y no teórico tal como sucede con los "místicos" pueden ser ya sea en sentido "cristiano" (entre ellos, los "carmelitas" y demás santos de otras órdenes) o de otras religiones, como la "budista", "musulmana", etc.

 

Lo más aproximado y del cual existe poca bibliografía al respecto, indistintamente de como consideraban las "partes del alma" los "estoicos" y los "demás helenísticos" (de hecho, para estos las "pasiones" (pathos) son parte de ella -en el uso de las imaginaciones (phantasiai), del cual podemos decir que se producen derivados de "nuestros sentidos", para el peor de los males de las "concupiscencias"), como creían tambien los "pitagóricos", que lo "desgranaban" por etapas, por ello que la parte más importante entre estos "paganos" se constituya como "hegemonikon", que es la "psiquis" del "pneuma" y aquí entra toda esta confusión con la "mente", que bien estos no separaban del cuerpo, ni tampoco los primeros padres de la Iglesia (primitivos), desconociendo la existencia de las tres (3) dimensiones y no dos (2) del "ser", del cual se lo achacaban uno de ellos a la "conciencia", en este caso del "espíritu" como si fuera el "alma" misma y no lo es, esta última tiene sus propias "facultades" y "potencias" e inclusive "intelecto", que son superiores al resto, por tanto, no se deben considerar lo mismo, ya que su ubicación en caso de situarlo lo haríamos (hasta ahora) igual que los "estoicos", en el "corazón" y no en el "cerebro" (de allí que luego los "carmelitas", como lo fue Santa Teresita y Edith Stein, -Santa Teresa Benedicta de la Cruz-, lo llamaran como la "scientia amoris").

 

Seamos "estoicos", "paganos", "agnósticos", "cristianos", etc, en algo estamos "de acuerdo", todos debemos llegar a la "virtud", esa es la meta, por ende, utilizar los "comportamientos adecuados" (kathekon) para hacerlo es nuestra "proposición", sólo de esta forma se te consideraría como un "sabio" frente los griegos, romanos o frente quien sea, pero no un "santo" para el "cristianismo", algo de la que es imposible llegar del todo en este vida, mientras se viva todo "acto" (como dirían los "helenos": katorthomata) sigue siendo lucha (como dice Job 7:1). Por tanto, el "método" para esa "moral" cambia para cada uno de las filosofías a tomar, ya decía Jesús, "Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), la cuestión aquí es que vía tomar (sin "atajos", como pensaban los "cínicos" que llegaron más rápidos con sus pensamientos) y nos referimos siempre la "metodología espiritual cristiana" a seguir como la mayor desarrollada para estos propósitos, esto con el fin de evitar los "errores" ("peccata") que ya sabemos que el resto tuvo al no conocer a Cristo.

 

​Sea que tomemos la "indiferencia" (adiaphora) estoica o la "negación de sí mismo" cristiana se debe dar el "trabajo" del "sometimiento del cuerpo" en contraste con los "ejercicios espirituales" del "alma", esto, con "entrenamientos" derivados del "silencio interior" y de la "humillación", como de las "prácticas ascetas" que se derivan de la "oración", la "penitencia" y los "sacramentos", todos ellos, ayudan mucho en la "liberación" de ese tipo de "esclavitudes", derivadas de la codicia, avaricia, ira, lujuria, etc, la cuestión no solo es "entrenarlo" sino mantenerlo en el tiempo.


Si tenemos entonces un problema con la fornicación lo más virtuoso sería aplicar el acto de la castidad, el de la soberbia con las humillaciones, o el de la avaricia con la caridad, y así sucesivamente. El "cristianismo" te da las "herramientas suficientes" de "salvación" pero no "tolera" entonces la "no diferencia" e "indiferencia" entre "hermanos", para con el "prójimo" y con "Dios" (Serviam Deus), "renunciar" o "negarse" así mismo, significa entonces "querer ser "discípulo", o destinarse a la "imitación de Cristo" según nuestras "capacidades", de lo que se trata entonces es de autoimponerte una "disciplina" de "hábitos" que marquen las "pautas" para la batalla, en ese seguimientos a la "obediencia" a los "designios de Dios".

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