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22 de octubre de 2023

EL "NARCISISMO ESPIRITUAL": ¿CÓMO EVITAR LA ESCRUPULOSIDAD?



"La santidad es imposible fuera de la vida mística"- San Juan de la Cruz

Mario Felipe Daza Pérez

Ya hemos escrito en varias ocasiones sobre la "confesión" y su importancia como "sacramento" no solo para la Iglesia sino tambien para las personas, en cuanto a que funciona además como una "terapia psicológica" para la gente. Ahora, puede suceder que el "penante" no sea solo un "excesivo pecador", sino que pase todo lo contrario, es decir que después de su conversión se transforme en un "escrupuloso", esto, debido a su "obsesión" (mental o espiritual) como si de sucio tuviera repentinamente en su alma conforme a lo que fue su vida pasada. Este hecho es tan malo como el "suceso de un vicioso", visto como su "arista opuesta" en cuanto a que se ve maldad en todo lado, siendo este mismo hecho un "pecado en contra de la caridad", resultante de ver "pecados" en en donde no lo hay, tales actos rayarían su conducta además en lo descrito en la "soberbia", en especial en el "narcisismo espiritual" a causa de ese "amor propio" o de "ego" y no precisamente por el "temor de Dios". 

En la Biblia en diversos versículos, como tambien en la teología, el catecismo y demás autores han hablado sobre los "pecados capitales", indistintamente de su religiosidad, llegamos a entender todas estas faltas como "vicios" o "pecados" que ningún mortal quisiera cometer, debido a que lleva a la ruina y la miseria tanto material como espiritual, de este modo siendo la "soberbia" la principal de todas estas fallas, del cual se originó la "concupiscencia" de ella obtenemos que nace ese "egocentrismo negativo" derivado del "querer de si mismo" (sin importar los demás), patentado como una idealización del "yo", o de un "conjunto narcisista", del cual te permite ver presuntamente de mejor manera (incluyendo el "aspecto religioso"). 

Expresa la Real Academia de la Lengua Española (RAE) que ser "escrupuloso" ("scrupulum", que significa "piedra afilada"), es tratar de ser "exacto en el examen y averiguación de las cosas y en el estricto cumplimiento de lo que alguien emprende o toma a su cargo", de lo que en el "ondear psicológico" (TOC) no es otra cosa que una "patología", o "trastorno", que se centra en una emoción de siempre estar haciendo las cosas mal (por mucho que te esfuerces), en cuanto a temas morales o en este caso espirituales, ya sea por el miedo de estar haciendo erróneamente una que otra cosa en desviación de los preceptos éticos, ya sea por temor de ir al infierno, el que dirán, o porque te condenaras materialmente, etc, podrían existir muchas razones no necesariamente asociadas a "temas religiosos". 

Si pensamos que son pocos las personas que han sufrido de este problema, estamos mal, pues a lo largo de la historia, "santos" como San Ignacio de Loyola, San Alfonso de Ligorio, Santa Teresita y a otros, estuvieron volcados en este "narcisismo", por ejemplo el primero pensaba que por haber pisado cualquier cosa en forma de cruz pudiese haber pecado, era una "escrupulosidad" que de pronto no vendría ni siquiera por sus mismos pensamientos sino dictados por el "enemigo". Todo este "razonamiento falso" lleva por supuesto a un "miedo no fundado" que no es propio de Dios sino de su "racionalismo burdo" y demás "ídolos".

El problema de la "escrupulosidad" se presenta desde dos frentes, uno, en el "enfoque mental" que a la larga se puede llegar a convertir en un "trastorno" si no se i) identifica, ii) acepta y iii) supera, y segundo desde el punto de vista "espiritual" marcado con la llamada "obsesión" que encubre el "enemigo" desde varios flancos (incluyendo la mente). Es esta "confusión" la que será aprovechada por este ultimo para tentarte o hacer de el una presa mas fácil. Aquí el "conocerse a si mismo" es una herramienta que será clave para avanzar, porque sabrás en que estas "desfalleciendo" y te ubicara geométricamente como trabajar estas áreas endebles en el que te encuentras, en cuanto al tema de la "virtud". Podemos decir que en parte, y no en vano los "ejercicios espirituales" elaborados por San Ignacio de Loyola fueran productos de la nada, sino en causa a estos hechos sucedidos, que bien se venció con esta practica todo tipo de dificultad en su vida (como para otros) del cual aun se sigue utilizando en la "vida ética-religiosa y secular". 

Se debe tener mucho cuidado cuando se entra al "mundo espiritual", porque si tomamos que "confesar los pecados" es lo mejor que puede hacer, tambien puedes "infringir las normas de Dios", por ser "excesivo por no pecar" y de allí que se utilice las herramientas en contra que una vez te sirvieron al principio (se te devuelve), de lo que podría resultar en ansiedades y depresiones, por haber "hecho un mal", "donde no lo hay" muchas veces. De esto se desprende que pongamos en practica siempre las virtudes, y su ejercicio constante para evitar todo tipo de estos "desordenes", sobre todo "mentales" pero que tiene sus "implicaciones espirituales" ¿Qué me esta pasando? ¿Qué estoy haciendo mal?, no, estos son pensamientos que se deben atacar desde la oración continua, la meditación profunda, el ayuno, la mortificación, la abnegación, la penitencia y el trabajo, evitando así todo tipo de "ocio" para la salvación de nuestra alma.

Como vimos, fueron varios los santos que sufrían de este mal de mayor o menor medida, por ejemplo San Buenaventura, incluyendo al mismo San Agustín, del cual soy un devoto seguidor suyo, si revisamos el sermón X, 38, 63 este escribió que “la peligrosísima tentación del amor a la alabanza”, es decir, sobre la "escrupulosidad" marcado como otro vicio y pecado y es algo que debe ser rechazado o al menos "controlado" al instante, ya que "te hacer ver el mal donde no lo hay", ahora, si ellos pudieron resolver este problema, tambien nosotros podremos hacerlo, esto, en el "evitar" el obsesivo fundamento de no estar haciendo todo moralmente bien, por tanto debe estar tranquilo, en paz, y sereno según la voluntad de Dios, "abandonándonos en el" sería una forma de erradicarlo.

La "escrupulosidad" es vista como un "estilo de soberbia", "narcisista", en el enfoque espiritual, y desde el punto de vista mental como una manera de trastorno que resulta ser obsesiva y compulsiva, del cual hay que ladear (con ejercicios mentales y espirituales), como cuando soslayamos lo "mundano" minimizando sus encuentros (alcohol, rumba, musica inmoral, encuentros sociales no acordes a tus fines, etc), no debemos entonces "rechazarlos" del todo, porque vives en el mundo, lo que no debemos es "pertenecer a el", por tanto, mientras vivas en el se "cauteloso". Si revisan la vida de los "monjes" y demás "ascetas" de la historia de la "cristiandad", estos sufrían de tentaciones así estuviesen retirados de la bulla de la sociedad (este "mal" viene de la "concupiscencia"), o sino véase la vida de San Benito.

El cuestionamiento de todo, está mas bien de "cómo se hace ese todo", en el comer, beber, hablar, escuchar, vestimenta, estilo, etc, que bien se puede dar con la "disciplina", la "devoción", la "motivación" que tengas, y otra cosa en la "obsesión" de tratar de hacer el bien y presuntamente por tu "propio amor" del cual va acompañada estos actos muchas veces de ansiedades, estrés, depresiones, que según artículos investigativos esta forma de trastorno es la quinta mas repetida dentro dentro de los TOC seguida de "la contaminación, los pensamientos agresivos, la simetría y las preocupaciones somáticas" (Ver, Journal of Obsessive-Compulsive Related Disorders, Jonathan Abramowitz, Ryan Jacoby; Chapel Hill, citada por la BBC en su articulo publicado el 20 de febrero de 2022, titulado: "Escrupulosidad, el temor obsesivo de no ser lo suficientemente bueno"), lo que entendemos entonces es que esta "manía" (que puede convertirse en enfermedad) sobre todo para los que estamos en la "vida espiritual" puede ser fatal para la salvación misma, cuando viene del "espíritu", porque tal cual podría tratarse mas de un caso de "soberbia", "amor propio desmedido", "presunción", o "altivez".

¿Cómo evitar la escrupulosidad? (para mayor detalle puede revisar un decálogo completo y revisado elaborado por el Reverendo Thomas M. Santa, aquí y aquí, tambien, podemos encontrar algunos tips en el "Tratado de los escrúpulos y sus remedios" del Abad Alonso Cano Osb del cual este propone algunos remedios, dependiendo de como lo sufra ya sea si es accidental, enfermedad natural, tentaciones, cosas de la fe, por falta de claridad mental (que se consigue únicamente con la "gracia"), ignorancia, o del amor propio -sobre todo- (que pueden descargar, aquí). 

Mencionaremos unos veinte (20) "consejos" que a nuestro juicio pueden servir para "evitar la escrupulosidad" y por tanto el "narcisismo espiritual", he aquí algunos de ellos resumidamente: 

  • Confesarte y no repetir los pecados ya confesados mas de una vez. 
  • Confesar no mas de una vez a la semana para evitar "escrupulosidad"
  • Toda duda de si haz cometido o no un pecado se debe tomar como no cometido
  • Una confesión libre, espontanea y completa indirectamente aplica los pecados no confesados 
  • No te sientas condenado si no puedes hacer el ayuno, o la penitencia bien, luego lo harás. 
  • Vigilancia continua de tus pensamientos, omisiones, obras y acciones
  • Ejercítate intensamente en las virtudes
  • Practica la meditación. Pide ayuda a Dios (y a sus intercesores). 
  • Buscar la "claridad mental" (evitando la nubosidad), encontrando la "gracia"
  • Los pensamientos negros, aun "involuntarios", no son pecados, cuando son rechazados. 
  • Examinar la conciencia no significa que haz pecado, solo hazlo en corto tiempo
  • Ora intensamente, comienza con "jaculatorias" (aprende muchas de ellas y dilas mentalmente)
  • Come saludablemente, toma suplementos y haz ejercicios corporales (de fuerza y aeróbicos)
  • Aumenta los sacrificios y la abnegación con tal de entrenar la "mente" y el "espíritu".
  • Leer la vida de los santos (imita su ejemplo)
  • Controla los "placeres inmediatos". Rechaza las tentaciones. 
  • Humíllate constantemente y mortifícate evitando el "propio juicio emotivo" (victimismo)
  • Genera "autorreflexión" de la causa que te esta afectando y que te lleva a la "escrupulosidad".
  • Busca de un guía o padre espiritual (mentor) que te de "consejos"
  • Hacer uso frecuente de los sacramentos y las devociones contemplativas, vuélvete místico. 

En el tratado del Abad ya citado nos deja al final de su texto, que una regla general para evitar este mal, del cual nos expresa sería la siguiente: 

"El sentir no es consentir, ni el pensar mal es querer, voluntad cierta ha de hacer, junto con el advertir. No peco yo en admitir pensamientos que no advierto; y aunque advertido y despierto esté, si no quiero el mal, de que no ay culpa mortal puedo estar seguro y cierto". (p. 113).

Debemos tener claro que cuando el padre absuelve, lo hace tajantemente, sin distinción alguna, esto, teniendo en cuenta tus pecados directos e indirectos, ahora si estas ocultando tan siquiera uno de ellos, intencional y deliberadamente la "confesión es invalida e ineficaz" (y deberás repetirla), por ello que sea importante, tomar en cuenta cuando vayamos al "sacramento de la penitencia" ser transparentes conforme a nuestros errores, en un "corto pero contundente examen de conciencia", ya que no podemos estar sintiendo "sentimientos de culpa" (victimismo) cada vez que nos acordemos de algo que hicimos en el pasado ("caerías como presa fácil").

Tal cual como lo dispone el "Concilio de Trento", la "confesión" es integral, por tanto si es sincera, esta "terapia psicológica" podremos hacerla una (1) vez a la semana (como mucho), quincenal o mensual (como máximo) con tal de aumentar las "gracias en Cristo", la cuestión es hacer fidedignamente la voluntad de Dios y cumplir con sus designios, no viendo desaciertos donde no lo hay, la cual lleguemos a refrendar con la "escrupulosidad" como algo propio y normal de nuestras vidas cuando no lo es. El acto de evitarlo en todo momento debe estar presente en nuestras mentes, porque tambien puede ser una "soberbia espiritual" no querer erradicarlo.

Una de las cosas que quisiera recalcar es el llamado "acto semideliberado" (falta culposa), distinto a los "deliberados" (falta dolosa) de las cuales existe "plena conciencia" en el hacer o no hacer, pues estos vienen a través de los "pensamientos" (ideación) que nosotros tenemos ya sea por ser nuestros, propios o indirectos, e instintos que desarrollamos, porque nos lo colocan (para bien o para mal), es allí donde deviene la voluntad y el poder de rechazar todo lo que sea contrario a nuestra fe, no admitirlos, es un deber, así sea en unos cuantos minutos, la "exigencia es casi inmediata" cuando se trata de no acordarse de que algo no esta bien y pronto salir de ellos. Por tanto, "no hay pecado" solo cuando así sea y solo de esta forma así evitaremos uno de los mayores motivos de "escrupulosidad". Aquí se destaca mucho lo que es el concepto de la "delectación" o el "deleite", que según la Real Academia de la Lengua (RAE) se define como la "complacencia deliberada" en un objeto o "pensamiento prohibido", sin ánimo o el interés de "ponerlo en acción".

El padre Chad Ripperger que bien bastante sigo, tiene la ventaja no solo de saber teología, y de ser además un sacerdote exorcista, sino tambien cuenta con la profesión de psicólogo y posee un doctorado en el tema, esto le permite conocer la "mente" mucho más que aquellos que no abarcan este asunto, por tanto, para saber si estamos hablando de una delimitada linea entre lo mental/espiritual, de lo que se analizaría es si el caso es conforme a un tipo de "escrupulosidad", se mirara si se trata o no de una "obsesión" o mas bien de un problema de la "psiquis". Para ello que el sacerdote utilice como baremo el "Catecismo de Baltimore" de 1885 vigente aun en Estados Unidos. 

Son los llamados "tradicionalistas" lo que mas "pecan" con la "escrupulosidad" pues no tienen claro el limite de la "conciencia", la "claridad de la mente" ya que le es perturbada todo el tiempo, esto, por su "concepción moral" de ver las cosas, y de la cual mezclan todo el tiempo con "desordenes emocionales", u "obsesivos" sobre todo por el devenir de las ansiedades, depresiones, o apego a lo material y otras cosas. 

Ahora, para saber si alguien o no ha cometido algún pecado, vicio mortal o no, se debe cumplir con tres (3) elementos que son (muy parecido en lo jurídico):

  • Requisitos para la estructuración del pecado o vicio mortal

i) Materia grave: Debe estar tipificado en la biblia como "falta" de este estirpe.
ii) Tener conciencia: Conocer lo que se está haciendo (más no "inconsciencia").
iii) Voluntad: Es el querer hacer la acción, omisión, obra o pensamiento. 

Los dos primeros elementos se derivan de los que en el derecho conocemos como el "conocimiento" de la falta y el ultimo punto sería el aspecto "volitivo" en cuanto al "querer su realización". Ahora, para que se de el "pleno conocimiento", del cual además se debe dar simultáneamente (como requisito sine qua non), si falta uno de ellos, resulta siendo "excluyente" y por tanto ya no es "pecado mortal". 

Podrá resultar que por la "falta de claridad" tengamos dudas acerca de si cometemos o no un pecado, al no estar seguro en nuestra "conciencia", solo en estos momentos (y es lo más probable) se tomara como si no se hubiese cometido, esto, con el fin de evitar la "escrupulosidad", ya que en el mejor de los casos, no lo será, o termina pasando a ser un "pecado venial" (ya tocaría mirarlo con detenimiento), que es algo así como si fuera una "tentativa culposa" que en el "régimen jurídico" (por lo general) "no es punible", en otros sucesos si, pero que en todo caso aunque no se sancione, causa en ciertos grados "imperfecciones" de la acción u omisión de la conducta mental o no, que deben mejorarse con el tiempo con el propósito de no cometerlos nuevamente. 

Expresa José Carlos Loredo en "La confesión en la prehistoria de la psicología" Anuario de Psicología, vol. 36, núm. 1, abril, 2005, Universitat de Barcelona, España que: 

"Fue de origen español, de la mano del dominico Medina (1528-1580) y los jesuitas Suárez (1548-1617) y Fernando de Castro (1633), quienes defendían que en caso de duda basta con seguir una opción probable y se supone que la libertad es característica del ser humano y, en casos de conflicto, debe prevalecer". (p. 114). 

En estos casos, la "presunción" del "pecado dudoso" o "falta" debe tomarse como a favor del "presunto pecador" ("in dubio pro peccatoris"), por tanto, en caso de ser dubitativo la conducta, le favorecerá a la persona a quien ha cometido el supuesto acto, y se tomara como no causado, por no haber "claridad mental" de lo acaecido. 

Aquellos pensamientos que nos dan tanto tormento en la cabeza, se causan no porque no podemos confesarle nuestros problemas al padre, sino que a veces son originados por la soberbia, la falta de confianza, de exactitud, o de un buen examen de conciencia, estos últimos bien llevados nos permitirá tener siempre mayor "claridad mental" (gracias) sobre nuestros actos, siempre y cuando uno utilice frecuentemente el "sacramento de la reconciliación" relatando siempre al "confesor" los "hechos moralmente relevantes" y "puntos neurálgicos", sin nunca entrar en detalles de los hechos. 

A la final, no nos debemos preocupar por los problemas que nos aquejan en nuestra cabeza, debemos mantente siempre en forma mental, corporal y espiritual, fuertemente, come saludable, encomiéndate a Dios, que lo demás viene por añadidura, desplaza el "yo" solo hacia el amor al Señor, no sientas miedo por ese "abandono", por esa "negación a ti mismo", confirma tus "compromisos", cultivando mas bien la lucha contra la carne, las tentaciones, el mundo y el enemigo, por medio de la derrota de los vicios, el pecado, las imperfecciones (ver, la Subida del Monte Carmelo del "carmelita" San Juan de la Cruz) y de mas, que son las que dañan tu alma.

Desórdenes del alma

  • Descuido de la gracia (no esfuerzo del espíritu) - "falta leve"

i) Imperfección voluntaria:
 Es haber hecho algo virtuoso, pero no en su plenitud (no pecado mortal ni venial)
ii) Imperfección involuntaria: Inadvertencia o descuido por no haber hecho algo virtuoso (no pecado mortal ni venial).

  • Degradación de la gracia (aminoramiento del espíritu) - "falta grave"

i) Pecado venial deliberado: Transgresión mínima de la Ley Dios (no pecado mortal pero si venial)
ii) Pecado venial semideliberado: Olvido, celo excesivo, irreflexión instantánea sobre una acción, omisión, obra pero todo un pensamiento (no pecado mortal ni venial puede convertirse en "imperfección").
iii) Pecado venial habitual: Suma de estos sucesos ya repetitivos que disminuyen la gracia (no pecado mortal así sumen muchos, pero el tiempo aminoran el "espíritu santo").

Entre el "pecado venial" y el "pecado mortal" hay un estrecho grande entre los dos pero puede que entre los "veniales" no, por eso es que no importe cualitativamente la suma de ellos sino el aspecto cualitativo. Lo que si debemos saber es que la suma recurrente de ellos pueden llevarnos al "vicio mortal", o uno solo, dependiendo de la forma como lo hagamos o digamos, por ejemplo una "mentira piadosa" o una "falta a la verdad sin ocasión a dañar a nadie", el "robo de una hoja de papel" (debido a su estado nimio) o pensamientos oscuros semideliberados recurrentes.

No cometer pecados al menos graves, pero sin dejar a un lado los "veniales" y las "imperfecciones" que se lleven a cabo, debe hacer de este camino la progresión diaria para luego poder ejercitar nuestra mente y espíritu, de allí que lo imprescindible sea estar en "gracia de Dios" no tiene valor alguno en esta tierra, cometer una pequeña mentirilla, y luego cotillear repetitivamente esto te hará perder ese efecto de privarte de dones, carismas, propias del Espíritu Santo, disminuyendo la fe, caridad, piedad, modestia, templanza, y en general la "virtud" la cual nos termina condenando en ultimas, lo poco lleva  a lo mucho, se expresa en Eclesiástico 19,1 "el que desprecia lo pequeño, poco a poco se precipitará", debemos darle alto a la "imprudencias" así sean leven con tal de no perder nuestro "misticismo" y "gracias sobrenaturales" dadas.

  • Destrucción de la gracia (matan el espíritu) - "falta gravísima"

i) Pecado mortal deliberado: Es la causa de la privación absoluta de la "gracia de Dios".
ii) Pecado mortal semideliberado: Es aquel que no es "advertido" ni "voluntario", por tanto no es mortal pero podría convertirse en venial (en algunos casos)
iii) Pecado mortal habitual: Es el estado permanente de esa privación absoluta de "gracia".

Puede que algunas veces expresan que estar en "pecado mortal deliberadamente" sea lo mismo que cometerlos muchas reiteradamente, es verdad que aquí lo importante es lo "cualitativo" y no tanto lo "cuantitativo" pero lo uno lleva a la otro, porque este último es un "negativo" en contra para salir de los "vicios", porque así terminas creando el "hábito del pecado" del cual hace que se te haga más difícil salir de ese "atolladero", y es esto lo que se debe de tener en cuenta, determinando desde ya su "mal camino" para nuestro "espíritu" y "mente", lo que no solo lleva a la "ruina" a nuestro "cuerpo" sino también a nuestro "alma" (principalmente). Sería perderla. Se dice en Lucas 16:10 “el que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho” y en Mateo 26:41, "velad y orar para no caer en tentación". 

El "hábito continuo del cometimiento" de los vicios y pecados mortales, es aún peor, porque no solo nos elimina las "gracias dadas", (que bien tienen un limite y tambien se expiran por la espera del Señor), sino que además, puede que el "pecado mortal" (en caso de que Dios sea misericordioso con esa alma), e inclusive el venial (lo mas seguro) te lleve al "purgatorio", en cuanto a que necesita tu "alma estar en "estado purificante", ya que nada "manchado" entra al reino del Cielo (y ahí es donde entra el tema de la "justicia", así sea para "faltas bagatelares" o "peccata minuta"), en últimas lo que necesitamos es el aumento y no la disminución del "estado de gracia santificante". (ver, al respecto, Teología de la perfección cristiana de Royo Marín, BAC, Madrid 1968, pp. 286-297).

"La vida es lucha y combate hasta lo último de nuestros días", esto es claro, que las tentaciones de la carne, y el enemigo de nuestra alma nunca cesan, toca estar entonces "vigilante" cuando de acecho se trata, y más aún cuando se sobrepone los "pensamientos", con más razón cuando nos afecta la "claridad de la mente" que llevamos naturalmente dentro del "buen juicio". Como hemos anotado es la "soberbia" el origen de todos los males, tal cual como se fluctuó en términos generales con la "concupiscencia", y algunos "vicios intergeneracionales". La cuestión aquí será no tratar de "huir" sino de hacerles el frente al problema, y tener paciencia y serenidad en combatirlos. Es en el progreso a la "perfección cristiana" como se consigue la "caridad" y está será nuestra "arma de doble filo" para "destruir el mal", poco a poco, como si estuvieras entrenando como un "espadachín".

Cuando Jesús nos dice que debemos "renunciar a nosotros mismos", se refiere a vencernos (vicios, pecados, imperfecciones), sobre todo cuando de las "tentaciones" se trata que es un enemigo mental y espiritual recurrente del ser humano, dice Tomás de Kempis (1473), en su texto "Imitación de Cristo" que "la mente es un mal pensamiento de lo que viene luego una mala imaginación". De lo que resulta luego la "delectación" que es la aceptación agradable de tu voluntad, y este sigue con el "mal movimiento" y por último en el consentimiento (ejecución). Y así es como "el enemigo del alma va tomando posiciones poco a poco dentro de nuestro espíritu debilitándolo y el fortaleciéndose". (2018, p. 49).

Dentro de nuestro "testimonio personal" tenemos que los pecados o vicios que más nos aqueja son las "migajas del pasado", aun así cada vez hayamos ganado más terreno en lo espiritual, nos resulta imprescindible entrenarnos en el combate para llegar a ser un "cinturón negro", aunque nos resulte suficiente estar en un "estado de gracia permanente", ya que esto significará que hemos ganado, más bien que hemos vencido nuestros propios placeres (controlándonos, porque siempre existirán mientras vivas en el mundo) y eso si es un gran avance, lo importante aquí siempre será "mantenerse en la raya" y por supuesto ir progresando en las "imperfecciones" hasta el final del los tiempos. Decía San Pablo Apóstol en sus distintas cartas, entre ellas en Gálatas o Romanos 5, que el "pecado abunda, pero mas la gracia, ya que esta sobreabunda", la cuestión aquí no es vivir en ti, sino renunciando a tu voluntad y abandonarte en Cristo, quien es realmente "quien vive en ti". 

Señores, tengamos fortaleza, fe, caridad, modestia y templanza al momento de tener una tentación cojámoslo como una adversidad y tribulación con miras a nuestro crecimiento y "progresión espiritual" para nuestra alma, Dios sabe de qué barro estamos hechos, y muy bien conoce que podemos soportar o no (leer el Salmo 102), por tanto "humillémonos" estos ungidos de su revelación y entrenemos frecuentemente como si de "ejercicio espiritual" se tratara, para que así construir "vidas virtuosas" en y con ayuda del "espíritu santo" dominaremos estos deseos (leer también, Romanos 8, 12-17).

Toca evitar a toca costa esta "soberbia espiritual" o clase de "perfeccionismo" o "excelencia" insistente, derivada de un "perturbación psicológica" del cual busca inclinarse a lo mejor del "Yo" (iniciado con el racionalismo o época de la ilustración), visto, egoístamente desde el punto de vista negativo, con el ánimo de ser "mejor que los demás" del cual trata de erradicar por si solo todo rastro de humildad, y "perfección cristiana". Si, nos equivocamos y eso nos hace valiente, no hacerlo es desconocer el primer principio de la caridad en contra del "narcisismo" que es el de "conocerse a si mismo", la cual también resulta de la "aceptación de tus defectos" (purificando y santificándonos hasta su máxima expresión), sin esto querido hermano sacrificar la superación y menos de lo que te servirá para tu vida como lo sería un "guía" o "director" espiritual que te "nutra" y te llene de "consejos".