Por, Mario Felipe Daza Pérez
Que hicieras si te dijeran que solo tienes 4000 semanas de vida..., ¿Cómo lo aprovecharías? Pues, no es ficción, es realidad, y esto teniendo el caso que llegaras a vivir hasta los 80 años, que es poco probable, aunque digamos que la esperanza de vida está más alta que en años anteriores no lo es para muchos aún, puede que algunos (incluyéndome) de lo que leamos este artículo o bien el libro que recientemente me acabo de terminar en cuanto a subtítulo denominado: “Gestión del tiempo para mortales” (2022) de Oliver Buckerman no llegue a esta fecha (pero seamos positivos, esperamos que si).
Este texto recientemente escrito si bien no tiene una "visión estoica" directamente, sí que la tiene indirectamente cuando se refiere a como tratar “el tiempo” en nuestras vidas, pero de forma convencional, como si fuera algo normal para nosotros. De hecho inicia con una frase de Séneca que me ha gustado que dice: “Ese tiempo concedido se nos pasa tan rápido y veloz que, exceptuando a muy pocos, al resto le abandona la vida durante los propios preparativos de la vida”, esto lo escribió este último en el texto: “Sobre la brevedad de la vida”, lo que significa, es por tanto que debemos enfrentar siempre la “certeza de la muerte” a toda costa, pues es muy bien sabido que los días ya están contados.
Aquí, de lo que se trata es de tener cierta productividad sumado a ello de una debida gestión de nuestro tiempo, de algún modo, tal cual como diría Keynes, “Ya que a largo plazo todos estaremos muertos”. Si nos planteamos de una vez que nuestro horario es limitado, es decir finito, ya comenzamos bien, pero parece que esta visión no es correcta para las personas en la sociedad actual porque pareciese que fueran inmortales, ya que pasan es “mamando gallo”. No se trata de ir rápido, pero si con prisa “Kairos”, esto es, de saber el momento correcto para acabar las cosas en el lapso preciso, mejor dicho “debes acabar con el reloj en la mano”, como diría Nietzsche.
La “eficiencia” y la “productividad” es un fetiche que tenemos nosotros los responsables y disciplinados para poder acabar las cosas a tiempo, pero también es un problema, piénsese en vaciar la bandeja de entrada en cada momento, o en poder entregar todos los trabajos a la hora solicitada por el jefe, todo esto lo que causa es “estrés crónico”, porque es imposible realizar todas las tareas conjuntas destinadas, no solo porque físicamente lo es, sino que además debamos dedicarnos a otras cosas (pero para los que tienen familia, hijos, etc), sino que necesariamente en serio nuestro tiempo está limitado, piense que solo tenemos 4000 semanas en caso de llegar a vivir hasta los 80 años, y el día solo tiene 24 horas para llegar a desarrollar tales actividades.
Aquí lo importante de esta propuesta es que llegues a “dominar tu propio tiempo”, a tu voluntad para poder llegar a desarrollar tus cosas que quieras según tus designios, como dijo Nietzsche: “Nos afanamos en nuestro trabajo diario de forma más ardiente y despreocupada de lo que es necesario para preservar nuestra vida, porque para nosotros es aún más necesario no tener tiempo de pararnos a pensar. La prisa es universal porque todo el mundo esta huyendo de sí mismo”. Por tanto, jóvenes, viejos, mujeres, niños…, acepten la realidad el tiempo está definido, esto no significa dejar de luchar por hacer aquello que tu quieras, pero deja de estresarte por cosas que nunca vas a cumplir, más bien planifica lo que si puedes y ya.
Enfócate en el presente en lo que sí puedes enseñar, aprender, en esas habilidades y talentos que tienes para desarrollar, debes apegarte lo que los alemanes llaman el “eigenzeit” (o tiempo inherente a un determinado proceso) no al comenzar a especular en cosas que no vas a hacer o comenzaras a procrastinar, porque esa no es la idea. Debes aceptar entonces cuáles son tus límites físicos, intelectuales, temporales y especiales. Que no te abarque la “Ley de Parkinson”, tal cual como lo dijo Northcote Parkinson en 1955, relacionado a que “el trabajo no se expande hasta ocupar el tiempo disponible para ocuparlo”, porque estarás frito. Seas Einstein, Macgyver, Gasparov, o cualquier otro, así te conviertas en el personaje “flash” no llegarás a todos los destinos que tienes planeado porque inexorablemente estamos limitados y esa es la que nos trae la “trampa de la eficiencia”.
Olvídate que tienes tantas cosas por hacer, porque eso es un bulo, deja de hacerte el “acaba tareas”, solo concéntrate en lo importante, sé estratega, enfócate en aquello que te hará crecer, prioriza. Calidad mata a cantidad. Cálmate, si sigues así además de terminar con problemas metabólicos de salud, acabarás trabajando para aquellos que si se relajarán en sus tareas y culminen ganando más plata que tu, como lo dijo Jim Benson: “Cuando más eficiente eres, mas posibilidades tienes de convertirte en un contenedor ilimitado para las expectativas de otras personas”.
Esto no quiere decir que no muestres tus habilidades de vez en cuando, pero debemos hacerlo estratégicamente, de hecho he repetido en múltiples veces en escritos que la “comodidad mata”, esta es una trampa invisible que toca luchar continuamente para poder llegar conseguir algo, y de ello tenemos que entrever que el tiempo en el que estamos está prestado, no es nuestro, y en cualquier momento lo tenemos que devolver a su dueño: “la naturaleza” (logos).
Teniendo esto claro, ¿Qué hacer para dejar de mamar gallo? Y poder gestionar el tiempo de manera “eficiente”, mejor dicho, como propone el autor, el Señor Oliver Bukerman, ¿Cómo procrastinar mejor?”, no solo lo dice este sino otros autores entre ellos Gregg Krech, y yo, pero no de esta forma. Lo que sí debemos hacer son las cosas que se deban hacer en el momento indicado, para luego dedicarnos a los nuestros que más nos gusten, en últimas debes siempre organizar que es lo que vas a dejar para última hora y aquello en lo que quieras avanzar.
El autor propone como solución a ello idear un “Personal Kanban” que es algo así a no tener más de tres proyectos a la vez (adopta un volumen fijo en tu productividad con límites de horarios y de uno en uno y decide en que fallar, le llama: -fracaso estratégico-), y una vez escogidos, el resto que quieras hacer deben esperar hasta culminar esos que hayas elegido (elabora lista de cosas que has hecho y están por hacer -y enfócate-), la cuestión es ir evacuando poco a poco, pero ojo sin volver a llenarse nuevamente.
Aprende a decir que “no” a lo innecesario para tu vida, recuerda que solo tienes una, y las semanas comienzan a restar. Gestión de mejor forma la procrastinación, por tanto acepta que tienes dichas limitaciones y así todo fluyera. No, no puedes hacer todo lo que quieres sino aquello que sea imprescindible y que quieras como metas, esto, vistas como decisiones a futuro.
Seamos conscientes que nuestras distracciones actuales, mayoritariamente digitales (elimina aplicaciones, restringidas) nos resta productividad, por lo que debemos hacer de vez en cuando es causar cualquier tipo de desintoxicación -détox- de redes sociales (deja de ser un nómada en este sentido) de vez en cuando haz lo que sea necesario para concentrarte en lo tuyo, pues el “ayuno de dopamina” nos servirá a seguir en nuestra riendas. La comodidad de salirse de nuestras rutinas son meras atajos mentales para dejar de hacer lo que debamos de elaborar, tal cual como se planteó en la “Ley de Hofstadter”, en cual dice que “indistintamente el tiempo que te demoras en hacer algo siempre te llevara a mas del cual tenías previsto”, así no que te apresures, que normalmente no lo vas a lograr a la hora que lo tenías programado .
En conclusión “el tiempo” es un medio para un fin, un instrumento, que tu debes utilizar de buena forma, para tu excelencia, por tanto hazlo a tu acomodo pero hazlo, pero lo principal es que lleves una vida plena (mindfulness) librado de todo inconformidad, tomando el descanso que sea necesario para concluir con tus metas y proyectos, se paciente, que las cosas llegaran con resultados aunque sean breves, porque igual pronto tienes que morir (también se consciente de esto).
Por último, se propone como otras de las cosas por disfrutar en este relajo de procrastinar de mejor forma la práctica de la “meditación” (o del mindfulness) como de la “gratitud” (o de causar “impulsos inmediatos”: “oye que bien te vez, que gran tarea has hecho, etc”), esto te hará más feliz, y como también a la vez “el arte de no hacer nada” (en cierto sentido), esto es, de la inanición (como dicen los neerlandeses: “Niksen”), cuando toque, es decir, dice este de deberás de dejar las cosas que sean como son (de hecho cuando se realiza se activa una parte del cerebro que se llama: “red neuronal por defecto”-RND), en resumen serenarte y luego tomar si las mejores decisiones de tu pequeño fragmento de vida que te queda.