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17 de diciembre de 2023

LA ACEDIA: ¿CÓMO COMBATIR LA FLOJERA ESPIRITUAL?


"Sigue haciéndolo, que no te entre la pereza, no ceses, quien persevere hasta el final, se salva" - San Agustín

"La tentación es para un alma noble lo que el alimento es para un cuerpo vigoroso"- Evagrio Póntico

Mario Felipe Daza Pérez

Comúnmente observamos a muchos "religiosos" y "laicos" iniciarse en oraciones constantes, y frecuentes (en ciertas ocasiones largas), la cual es algo bueno para el "alma" pero a veces no es lo correcto cuando no se hace con "disciplina" y "progresivamente", ya que todo es un proceso que va dándose poco a poco, no podemos pretender correr una maratón de 10 kilómetros cuando tenemos un porcentaje de grasa del 40% la cual no solo es lesivo para nuestras articulaciones sino tambien para nuestro organismo, pues lo mismo pasa cuando "oramos", lo que implica que iniciarse en la "vida en contemplación" necesita de "entreno", y si ahora lo realizas por 4, 6 u 8 horas, puede que lo consigas una u otra vez, pero no lo mantendrás en el tiempo sino tienes la "práctica oratoria", la "mortificación", el "ayuno", el "desprendimiento del mundo" y otras puntos constantes que son importantes para su desarrollo pleno espiritual.

Cuando estudiamos una carrera profesional, o acudimos al gimnasio, debemos preparar la clase o bien sea, la rutina, que haremos de ejercicio con tal de saber que musculo trabajar ese día, lo mismo sucede con el "espíritu" si no se entrena firmemente puede fatigarse, no podemos pretender hacer del "rezo" una obligación, sino una "metodología contemplativa" que debemos destinar por ciertas horas en el día para nuestro "crecimiento", tal cual como lo hacían los "cenobitas" pensamos en la "orden benedictina" repartidas por horas litúrgicas, pues, lo importante aquí es que la actividad que desarrolles espiritualmente hablando sea sostenible en el tiempo, es mejor, por ende, hacer varias en poco tiempo que mucho en un momento largo, que puede ser agobiante para el orante, no porque no sea deseable, sino fatigoso para el cuerpo (por tanto, se puede tomar como mortificación en ciertos momentos, como lo es la "vigilia").

Uno de los problemas comunes hoy en día, es el "ataque cultural" que tenemos del "mal" infiltrado en varios de sus lobbies, grupos de presión, que bien se materializa desde varias órbitas, si esto le sumamos que la gente no quiera asistir a la Iglesia, el no hacer rezos, ni creer en Dios formal ni materialmente hablando, mucho menos van a querer asistir a grupos de oración, o crear cenáculos en sus hogares, casas o apartamentos porque les parece un poco harto eso de estar "suplicando" o "dando gracias", pues, no se dan cuenta que la "perseverancia espiritual" es un "proceso" paulatino, que debe contar no solo de una "fe" robusta" (virtud teologal) que Dios te va a dando con el tiempo, sino tambien de una "disciplina" que debes ir construyendo para luego ir forjando la "progresión" en el ámbito "meditativo", en esa "vía unitiva" o "mística" con el Señor.

Llamamos la "acedia" ("demonio del medio día", así le denominaban los "padres del Desierto") como la "pereza" o "flojera" especialmente en el campo "espiritual", Santo Tomas la introduce como una "tristeza" dentro de la especie de la "envidia" pero de la virtud de la "caridad", y esta es la que le pone "obstáculo" a esa "progresión" y que bien tenemos que ir trabajando con el fin de hacer las cosas como deben ser desde el punto de vista "almático", en esa perfecta unión con Dios, es normal que muchas veces nos encontramos agobiado, agotado por diversas condiciones, antes este "mal" que recurre a nuestro cuerpo y "psiquis" pero que nosotros podemos desligar con el tiempo, de lo que Evagrio Póntico ha venido trabajando en sus textos conforme a los llamados "pecados capitales" o lo que los Padres del Desierto llaman "logismoi" o "pensamientos incorrectos", del cual debemos de erradicar de nuestras conciencias y subconscientes como de lugar, en este caso ante esa "flojera" que nos cae de vez en cuando, ya sea "achantado", "casi dormidos", "desganas" sobre todo cuando por ejemplo estamos rezando el Santo Rosario o una Coronilla, haciendo una "oración contemplativa" o de otra índole.

Una cosa que debemos diferenciar de una vez, es la distinción entre "acedia", entendida esta como "pereza espiritual" que es algo distinto a la "aridez" esta última puede ser vista como "sequedad" como si se tratara de un "desierto para tu espíritu", (que aquí no vamos a tratar) pero es lo que queremos evitar, vista como "desidia plena", donde el "alma" se queda "sin ganas" de hacer algo por "salvarse" ya que es una "devoción" que tienen muchos que creen que por hacer una simple oraciones de unos minutos ya es suficiente, esto, sin ningún tipo de "emotividad elevada" hacia Dios, del cual se necesita de una "lucha constante" para conseguir el "progreso" necesario para salir adelante, marcado a través de una "metodología", como si se tratara de "rutinas de ejercicios corporales" (en el gimnasio, crossfit, artes marciales, etc).

Hoy en día hay algo que parece quitarle "protagonismo" a la oración, la eucaristía, la santa misa, el rezo, y demás ejercicios espirituales es el "ocio", es el pan y circo, y los espectáculos públicos, que no dejan concentrarnos realmente en nosotros mismos, y si esta le sumamos los demás "apetitos concupiscibles" derivado de la sensualidad, terminamos inmersos del mundo para el mundo, y nada en la consecución de los bienes espirituales. Este "apego" es normal en la sociedad en que vivimos, donde existe muchas noticias, entretenimientos, fake news, cosas que ni nos interesa, pero que vemos por necedad, perdemos el tiempo como si fuera algo del montón, y muchos veces cuando lo queremos recuperar ya es tarde, por eso he decidido eliminar todas las redes sociales de mi celular, por tanto, le hemos hecho caso a Carl Newport (en Enfócate o Minimalismo Digital), apenas llevo unos días, y puedo decir que es lo mejor que ha podido pasar en la recuperación de los quehaceres diario además de dar una mano en "desprendimiento del mundo" en el uso de darle más tiempo con Dios, que es lo mejor que una persona puede hacer hasta morir y ayudando a los demás (caridad).

El "apego" de las cosas materiales y ahora "banales", sobre todo ahora en esta "época de las redes sociales", permite que tengas un "efecto contrario" consiguiendo para sí un "desapego" pero en lo "espiritual", y por tanto mirando a la "aridez" (que es lo peor), sobre poniendo siempre cumplimiento de sus presuntuosas responsabilidades, vanaglorias, agasajos, premios, deberes, tareas, misiones de vida, etc, la "pereza" es un pecado capital, y que ahora la acedia (logismoi) lo toma pero ya no como "mortal" pero le da acceso a que ciertas "depresiones" y "ansiedades" se perpetúen, conforme a las distintas dificultades para encontrar la verdad y el sentir contigo para con Dios, y esto, Señores hace parte del "combate espiritual" que no es nada fácil ni nuevo, los padres y doctores de la Iglesia han escrito bastante sobre esto, las tentaciones son frecuentes, los ataques del "bellaco" imprevisibles, y demás, acompañado de una "flojedad" y "debilidad del corazón" que te hace pensar locuras, pero tranquilo que existe una solución seria y es la "perseverancia" en lo que haces, el enemigo a la larga terminará perdiendo.

Dice San Agustín, “Dios nos ha hecho para él, y nuestro corazón está inquieto hasta que encuentra descanso en él”, y una de las cosas que la impide es la "acedia" o "pereza espiritual", que bien pueden causarse ya sea debido a la fatiga corporal, la mala nutrición, la falta de ejercicio, déficit de vitaminas y minerales, no dormir bien, hambre, ataques, etc, se podrían varias variopintas problemas, lo que queremos aquí es tratar de cerrar cada vez más el cerco en la introducción de cualquier golpe que se pueda cometer dentro esta falta contra la caridad que bien se desenvuelve por no ayudar a los demás, y ni a ti mismo, con las oraciones y mortificaciones que bien son importantes para la "vida espiritual plena" igual como lo es el "alimento nutritivo" lo es para el "cuerpo", o los "libros" para el ejercicio del cerebro y la mente, de allí que deba limitarse la "ociosidad" a su mínima expresión, para no llegar nunca a la "miseria almática".

Para el "místico carmelita", San Juan de la Cruz que seguimos junto a la vida de Santa Teresa de Ávila plantea que la construcción de un "hombre espiritual puro" se da con el tiempo, y que el problema de la "acedia" y su "pereza" es más que todo para el "principiante" en el camino a la "perfección cristiana", que a la larga se va a dando, que de igual manera "neurocientificamente" podemos decir que se va estructurando en ese "cableado del cerebro" en la base de esa "sinapsis" que vaya tejiendo en cuanto a la determinación de "hábitos espirituales", igual como sucede cuando hacemos cualquier otra actividad que bien antes no hacíamos (tender la cama, ir al gimnasio, lavar las losas) es decir, requiere de tiempo, así que no te preocupes, por lo general, es en esta iniciación a la "vida contemplativa" que cedemos antes los pensamientos oscuros, necios, concupiscencias, miradas vanas, distracciones, tentaciones, que anteriormente era nuestro pan diario, y que ahora debemos resistir para vencer, pero para eso se requiere de entrenamiento, y por supuesto de "auxiliar" la "ayuda" a Dios, con el fin de vencer dichos males.

Por tanto, es la "actividad física regular" un evento muy crucial para llevar un estilo de vida saludable conforme a tu entorno, tenemos muchos datos que las personas pasan mucho tiempo "achantados" en sus sofás, viendo televisión, comiendo, conversando, etc, la cual genera un sinnúmero de problemas metabólicos para el cuerpo, entre ellos de obesidad, cardiovasculares y cáncer y esto es por supuesto por mera "pereza" de todo tipo, incluyendo la que tiene que ver con la parte "espiritual". Y puede que los "genes" tenga que ver algo, pero mayor valor tiene la "epigenética" es decir los "hábitos" que van más allá de la "genética" misma del cuerpo humano, mejor dicho, el "sedentarismo" nos está matando incluso "almaticamente". (Cfr. Grigsby, K.B., Ruegsegger, G.N., Childs, T.E. et al. Overexpression of Protein Kinase Inhibitor Alpha Reverses Rat Low Voluntary Running Behavior. Mol Neurobiol 56, 1782–1797 (2019). https://doi.org/10.1007/s12035-018-1171-0).

Desde la "Santa Regla" de San Benito somos conscientes del halo del "estado espiritual" que debemos observar dentro de las condiciones de "apatía" o de "recibimiento" de la oración, frente a los malos hábitos, el vicio, los pecados, y esto no es algo que le sucede a una persona común y corriente, sino que tambien le pasa a los monjes/sacerdotes que se suponen que "entrenan" estos "logismoi" y que por tanto al entra a la comunidad están limpio de todo desorden y no es así o creen que por esta allí no tendrán ningún tipo de problema con el cenobio, y la realidad es otra. La "acedia" es un tedio para el "abad" pero ahora tambien para los "laicos" (aunque ya no sea marcado como un pecado capital) porque no te permite avanzar en el "alcance meditativo del alma" del cual sufre o se muta a los "efectos psicológicos de la mente", llegándose a convertir en últimas en "depresiones" o "ansiedades" que bien podemos ahuyentar con el rezo, oración, ayuno, mortificación, pero con "caridad".

El fin último de la "acedia" es la "aridez", o "sequedad del alma" que es la que no debemos permitir nunca o que llegue nuevamente, solo es el comienzo, es simplemente la "debilidad", en caso tal de los ateos, agnósticos (como era mi caso) o escépticos no tienen ninguna percepción sobre lo que significa los "ejercicios espirituales" y esto es un problema muy grave, porque existen conductas que solo se moldean desde la "base del alma" y no de la mente, como bien creía que se curaban, tal cual como lo propone algunas filosofías paganas entre ellas el "estoicismo" u otras helenísticas, que tratan el tema desde el "panteísmo" que es un "ateísmo disfrazado" de algo y no alguien en cuanto a las reglas del universo. Ahora analizan y creen que la "flojedad" es un mal, precisen lo que significa la "inexistencia" o "abominación" total de lo espiritual, no solo es estar perdido, sino que está un desorden de las potencias mismas del ser.

Podrían existir muchas formas de arreglar este problema de la "acedia", entre ellas una de estas y de forma generalizada sería el "combate espiritual", pero, ¿Cómo es esto?, bueno, para quitar todo tipo de "pereza espiritual":

  • Una de las cosas principales y ya con esto tiene el 50% ganado, es "alejarse del mundo", participar de él "mínimamente" (trabajo profesional, estudio, deportes, gimnasio, pequeñas reuniones sociales y eventos familiares) sin llegar a volver a interactuar con lo "mundano".
  • Se debe acudir en la "ayuda divina", en especial de la que esta "llena de gracia", en este caso la "Virgen Maria" que es el "trono de la sabiduría" e intercesora especial ante Dios.
  • Conseguir la "confesión frecuente (mensualmente, por mucho, mínimo semanalmente), esto, te servirá además como una "terapia cognitiva conductual" con el fin de mejorar imperfecciones o conductas desviadas, y sobre todo para quitar todo tipo de limitación/obstáculo de la "gracia de Dios".
  • Acudir a la Santa misa y tomar la eucaristía diaria, es vital, porque es el pan de vida, es la "autopista para llegar al Cielo", decía Carlo Acutis.
  • Evitar el ocio, el "no hacer nada", sino más bien buscar el "trabajo hacia lo espiritual" y lo edificante, puede ser también para cosas personales (mejor dicho, no perder el tiempo), leyendo sobre la vida de los santos, tratando de imitar la vida de Cristo, conociendo a personas interesantes o viajando a peregrinaciones, vigilias, visitando Iglesias/basílicas.
  • Mortificarse, de vez en cuando, diciendo al "cuerpo" quien es el que manda, de allí que el alma deba ejercitarse a diario, y bien dándole el alimento para su estructuración y esto se hace es con el "ayuno", "orando con asiduidad", venciendo sus placeres y deseos, sometiéndose a la voluntad del Señor y no tuya.
  • Pensar positivamente, evitando toda idea obscena o negra, pero esto se hace precisamente "orando" y meditando sobre los misterios de Dios, y su contemplación, por tanto, una herramienta importante es hacer jaculatorias constantes y pequeñas mortificaciones a lo largo del día para trabajar el "subconsciente".
  • Construir "hábitos saludables" (levantarse a la misma hora, ir al gimnasio, HIIT, comer nutritivamente, leer, practicar deportes, estudiar, escribir, etc).
  • Hacer las cosas con y por amor, tener paciencia, mansedumbre, en resumen, practicar las virtudes, esforzándote al máximo según tus capacidades.
  • Meditar todo lo que has hecho (examen de conciencia diario) y realizar un ejercicio prudente es controlar la mente diciendo que "yo sí puedo hacer tal cosa o no", si puede rezar el rosario contemplando los misterios, esto te dará la fuerza espiritual esencial para proseguir, esto es mejor si lo mezclamos con los puntos anteriores y sumando con pausas activas respiratorias.

Como ven, el problema de la "pereza" no es algo nuevo, hasta los "monjes" sufrían mucho de ello, dentro de su denominación existían un "grupo" denominados como los "giróvagos" que bien San Benito en su "Santa Regla" los describe como "ambulantes" que no tenían rumbo alguno, unos "vagabundos" que yendo de monasterio a monasterio, viendo que hacer, sin nunca llegar aplicarle ningún tipo de "regla monástica", de los cuales los "cenobitas" si obedecían, de allí que para un "seglar" o "laico" sea peor subsumir una "rutina" como esta cuando no cuentan con una disciplina y menos con una "metodología espiritual" propia, y si a esto le sumamos que se alimenta mal todo el tiempo, no hace ejercicios, no duerme bien, por tanto se le hará difícilmente rezar u orar, de allí que venga el ocio, la impureza, la gula, las conductas o pensamientos necios o lascivos, murmuraciones, o comentarios necios que son más fáciles de producir, contrario a estar enfrascado en lo importante, que es la "comunicación con Dios".

¿Estamos programados para la pereza? en una investigación científica se demostró que el cerebro debe trabajar duro para evitar la pereza, en este caso, la "paradoja del ejercicio", marca un derrotero muy especial, esto, en el querer de buscar la sensación de estar más activos físicamente, pero a pesar de tener nuestras mejores intenciones, las personas en realidad se vuelven menos activas porque se vuelven "sedentarias". De allí que la "fuerza de voluntad" genere una carga de aliento para que eso no suceda, pues si ir al gimnasio parece una lucha (recursos corticales), la decisión de vencer esa tragedia solo está en ti conforme a los hábitos que vayas construyendo. (Cfr. Boris Cheval, Eda Tipura, Nicolas Burra, Jaromil Frossard, Julien Chanal, Dan Orsholits, Rémi Radel, Matthieu P. Boisgontier, Avoiding sedentary behaviors requires more cortical resources than avoiding physical activity: An EEG study, Neuropsychologia, Volume 119, 2018).

San Agustín, afirmaba que la acedia es el "buen aburrimiento interno" (taedium interni boni), que bien se puede causar ya sea por la tristeza por tedio, apatía, inapetencia, abatimiento, envidia o misericordia, todos ellos en ataque en contra de la virtud de la caridad, por no ayudar en las obras u obras espirituales, que bien se obtiene por la "zona de comodidad" que queremos estar, esto, por querer dormir más, comer un montón, jugar playstation muchas horas, estar con amigos compartiendo un rato prolongado, es decir, es una misma dejadez que pueda causar problemas poco a poco hasta que se vuelva árido, del cual la fortaleza inexpugnable va introduciendo agua al balde hasta corroerlo, y derrumbarlo que es lo que quiere el "maligno" con tal de alejarte del "combate espiritual" de los "logismoi" que tanto temían los padres del Desierto ¿Qué se espera para nosotros?.

Jóvenes, señores, señoritas, la "soberbia", el "orgullo" o como le llaman ahora el "ego", podría marcar un papel muy nefasto en la "construcción" de esta "edificación" de la "rutina espiritual" debido que muchos (sobre todo "creyentes light") dicen que no necesitan orar, o rezar que eso es cosa del pasado, o que ellos van a misa los domingos y con eso es suficiente o que otra cosa, lo que no saben es que así precisamente deviene la "pereza" en todo el sentido de la palabra, porque es una "palanca hacia atrás" no solo para la parte "espiritual", sino tambien "mental" y tambien "corporal", es decir, en las "tres dimensiones del ser humano", y de allí viene el problema, de la "quejadera" de que sufren de esto o aquello, y vamos a lo mismo, ¿y quién podrá ayudarme? y la respuesta es "solo el Señor", en conjunto con la "fuerza de voluntad" tratando de crear un solo espíritu [unitivo] con el de Dios.