Mario Felipe Daza Pérez
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Todos estamos llamados a la “contrarrevolución”, no sólo los “cristianos”, sino todo el que profese la fe, per se, debemos combatir tanto los “excesos” como los “defectos”, en estos casos de unas supuestas “libertades” ideadas desde las “revoluciones” del “hombre” contra el “hombre” (en apariencia), la última de ellas, la “francesa” que conllevo a la manifestación de todo lo que conocemos hoy en día, dentro del odio pagano, y no converso de sus dirigentes/gobernantes. Ahora, creer que el sufrimiento, el dolor, tribulación, no hace parte de los elementos de la salvación es perder el tiempo, en este sentido se envía a cada quien el cincel que le corresponda en el método sabio de sus planes, es por ello que el “amor” (scientia amoris) sean los ladrillos de toda su organización celestial [jerarquización], que va acompañada de la “humildad” especie de “plastilina” o como una clase de “pegamento” según lo construido, conforme a su imagen y semejanza (espiritual), relacionados lo que significa ese espíritu de la Cruz (que sería el último eslabón de la cadena: “scientia crucis”, tal cual como lo interpretó Edith Stein).
Estando sustentado el “Reino de los Cielos” en el “amor”, dentro de su “jerarquización” (base) poco entendible para el “intelecto humano” (debido a su “limitación”), desde los primeros inicios, tal cual como marco el “Génesis” y no solo del cristianismo sino de cualquier otra religión, estuvimos confrontados contra el mal, de una “revolución” que devino de unos “rebeldes”, es decir, de unos “soberbios” de la “verdad”, del querer construir su propio Imperio, según sus “reglas” (y no de otros), esto es lo que ha llevado, aun sin darnos cuenta es a la “degradación del hombre”, hace cientos y miles de años, a pesar de ser imperceptible para el “alma”, porque no se capta fácilmente de este engaño. Si ustedes revisan la historia, todo lo que conocemos hasta hoy, lo tenemos gracias a la “civilización cristiana”, al “mundo occidental”, “estratificación” que no fue construido con placeres, deseos, antojos, sino con sangre, lagrimas, dolor, de lo que ahora el “multiculturalismo”, “modernismo”, “posmodernismo” y demás modas “suaves” quieren arrebatarnos conformes a sus “culturas nefastas”.
En estos casos, como imagen y semejanza del Creador, todas las realidades existentes en el plano divino, son parecidos a copia al mundo material, por ello que debamos pedir las “gracias” necesarias para poder ver/escuchar lo que sucede en este otro plano, esto, si es que queremos esforzarnos para la búsqueda de la verdad, en sí, el modelo de Dios, es muy semejante al “monárquico” que conocemos hoy en día, pero sin fallas, de este modo, todo lo que se desate en la tierra o viceversa, queda reflejado en los Cielos, es como si un gobernante en X, Y o Z territorio es “coronado”, pero al mismo tiempo lo es para esa nación, por ello que sea asignado un arcángel o ángel del algún coro, (el Dr. Plinio Correa de Oliveira, menciona para estos casos, al Rey de Francia y a su vez San Rafael como príncipe celestial, véase, “Contemplando el orden jerárquico del universo”, p. 29).
Habiendo no caos, sino orden, disciplina, propio del Reino de Dios, existen por supuesto unas jerarquías, organizaciones administrativas, con asignaciones propio de cada individuo, una escala de poderes, a pesar de ser desiguales, del cual habita en un mismo espíritu de mando, y de relación común, de allí que Santo Tomas diga que para todos ellos estuviera establecido la “unidad” y “variedad”, visto como un todo (en esa belleza: “pulchrum”), por eso que para el “sabio” mencionado se haya creado miles de humanos, dentro de su “plan de perfección” y no solo tú y yo, ni uno, dos o tres, esto da muestra de lo que significa el “amor”, la bondad, y demás valores compartidos desde su creación, y de ello que apliquemos “escalas”, por ejemplo, la grandeza que tiene la Virgen Maria, luego San José, (no decimos que Jesús, porque es Dios, —nivel supremo—), y en lo angélico serán las jerarquías según su nivel, y el más alto según las Sagradas Escrituras es Miguel (por su gran humildad), de allí que la “desigualdad” sea necesaria dentro de esa multiplicación de esa “unidad” la cual refleja la “estética” de las cosas divinas.
Esto significa volver una situación universal a uno particular, bajando a nuestro intelecto (nous), según las imaginaciones recreadas, contemplativamente o infusamente dadas, una armonía de las inteligencias del hombre y de Dios (conversio ad phantasmata), unidas, bajo el mismo instinto sensorial y extrasensorial, conforme a los movimientos/potencias del alma, del cual conocemos en el lenguaje humano como “instintos”, de allí que dentro de la estructura disciplinaria: “disciplinarismo”, se permite “errar” para luego “construir” un mejor modelo o versión de las cosas, por ejemplo como le sucedió a San Agustín (véase, “Las retractaciones”), y más aún al Santo Angélico de Tomas de Aquino (véase, la visión de 1273, contada a Reginaldo de Piperno), y esto hace parte del orden (arché) establecido de las “jerarquías”, y “estructuración” de lo que sería el “logos”, de lo que ahora presentamos en la “contrarrevolución” ideada a esa “revolución” (hibris —desmesura—) comenzadas al inicio de todos los tiempos por el “soberbio mayor” y de sus “hijos” que lo apoyan desde sus causas.
Para contar con un “conocimiento pleno” se requiere también llegar a conocer la “materia”, y ello es posible gracias a la reflexión del “entendimiento” sobre las imágenes sensibles (a esto le llama Santo Tomas de Aquino como “conversio ad phantasmata”), tema que va conectado a la esencia de las mismas las cosas, a su "aprehensión" de la idea de Dios. Son las imágenes mentales y las construcciones del subconsciente como los “estados alterados de conciencia” lo que recrean el “nous”, de allí la importancia de conocer la filosofía/antropología, esto nos sirve no sólo para conocer cómo trabaja el mal, sino lo físico, lo natural, lo almático, lo biológico, y lo divino, en cuanto al funcionamiento del “cuerpo” y “alma”, sobre todo en lo relacionado a la “práctica de las virtudes” (que es lo que nos interesa).
Tomando los trabajos realizados por Santa Hildegarda de Binden, sobre el origen de la creación, en especial su famoso texto “Liber Divinorum Operum” (Libro de las Obras Divinas), en cuanto a la “corrupción de hombre”, esto, lo que ha impedido llegar a esta “perfección” desde un inicio. El alma humana (psyche), como parte intelectiva del hombre y "forma" substancial de un cuerpo material, es el que se acomoda a esta realidad. Una de ellas es acto de un instrumento corpóreo (cerebro, como si fuese una “CPU”) y es el que permite como “órgano material” en poder generar este “intelecto” (lo aterriza), y con esto conocemos connaturalmente las cosas en cuanto están en una “materia individual” conectadas pero que en realidad proviene del “alma”, lo que sucede es que nuestros pensamientos y la información que allí se recrea varía, según los actos/movimientos/operaciones, potencias en el orden intelectivo, deducidos de la "verdad".
Las enfermedades de todo tipo, entre ellos, las corporales, o las del espíritu, etc, están plagadas de “desórdenes” y puede que sí podemos recobrar la salud con la “gracia” pero para que sea “permanente” necesitamos poner un esfuerzo incesante (sinergia). Según Santa Hildegarda el mundo fue creado conforme a los cuatro (4) elementos que la componen, fuego, aire, agua y tierra (entre ellos, nosotros), nada existe fuera del “principio cósmico” aludido. Cuando Dios creó al hombre al pie de todo su estado original (polvo, barro, ceniza), no había desorden ni indisciplina, eras lo que eras, de allí que nos indique la mística alemana dentro de su texto, el concepto de “viriditas” (entendida como una energía-fuerza vital, parecidamente a lo que los astrofísicos llaman como materia-energía oscura) y todo esto tiene que ver con el plan de salvación o de condenación, del cual se refleja para el final de los tiempos, cuestión que queda muy difícil entender para los “racionalistas”, “modernistas”, y todos los integrantes de las culturas posmodernistas: “woke”.
Cuando hacemos referencia a la “abjuración” no es a la “razón” en sí, que es propia de nuestro entendimiento, sino del racionalismo como corriente, método, modernista que ha impregnado la bases de la fe, para acabarlas y esto, todo lo que ello conlleva, no quiere decir que no haya existido antes, pero se precisa —sistemáticamente— más que todo a partir (o un poco antes) de la revolución francesa, formalmente en especial a mediados-finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX en adelante, escuela que consideró como intrínsecamente racional toda la estructura de la realidad, esto es, que la misma puede ser plenamente comprendida sólo bajo esta esfera, todo lo que salga de lo “material” no existe, por ello que en este aspectos no sólo filósofos tres (3) Pontífices trabajaron para este efecto, denunciar estos hechos, entre ellos Pio IX, Leon XIII y Pio X.
Con la llegada del renacentista antropocentrista, humanista, antes y durante su estancia, el protestantismo, forjó con mayor ahínco la liberalización de la doctrina de la fe (e inserto todos sus ideas en los movimientos modernistas dentro y fuera de la Iglesia), se abrió la puerta (brecha) para comenzar una “gran revolución” de las tesis devenidas de la “tradición”, lo que espiritualmente fue aprovechada por “anticristos”, teniendo en cuenta una nueva técnica, consistente en sus “instrumentos softs” ya no duro de las cosas, en cuanto a su cultura, sin dejar afuera otros enfoques de ataque del maligno como lo son el “belicismo”. Con la cultura woke, posmodernismo, masonería, liberalismo, talmudismo, ilustración, racionalismo en pleno (género), se estaba calando la mentira, confusión, error en pasta, llegando hasta su auge del “comunismo” y en su versión menos dura como lo es el “socialismo”, que aún tenemos vestigios de estos elementos a gran escala, a esto le sumamos la teoría del queer, el feminismo, la perversión del lenguaje, el animalismo, el ambientalismo, y demás basuras como el ecumenismo espiritual finalizado con la nueva era, y un panteísmo actualizado, todo conectados bajo un mismo espíritu anticatólico.
En presente no son solo existen ya unas herejías (porque siempre han existido), sino la revivificación de las herejías combatidas, pero actualizadas y otras que serían camufladas, parece ser que la “guerra espiritual” estuviera perdida, debido a la gran “impotencia” que tenemos los fieles para detenerlo, por tanto, lo que aquí solo hacemos nosotros dentro del orden la justicia está destinado a la “contención” mientras que se dé la “intervención divina” o el “arma” para su “recuperación”. Desde que la vida del hombre ha sido corrompida como si tratara de un virus, un comején, está comiendo todo por dentro y fuera, en estos casos la idea de la libertad ha sido una de las peores nociones sintetizadas para el ser humano apenas pero apenas hace unos siglos, esto, en cuanto a lo que significa las supuestas revoluciones pro-homine, lo que se ha calado es el invento de nuevos dioses, una clase de neopaganismo, todos bajo un mismo fin (del cual se incluyen ateos), mera “destrucción, y nos devolvemos donde empezamos a la “corrupción” imparable del “ser humano” (“involución”, es un “big crunch”, en términos astrofísicos).
La que vemos hoy en día, descaradamente, es la “negación de la fe”, ya sea explícita (juegos olímpicos de Francia) o implícitamente (pecados, faltas, vicios, tibieza), y le echamos la culpa casi en todo al “racionalismo” que ha rayado en la “eficacia” de carcomer todo lo “espiritual”, causando acedia y aridez. El “entendimiento” en este caso la “razón” ha sido permeada por exceso con materia basura (conciencia dolosa) y ya no tanto por defecto (ignorancia) dejando de buscar, la fe ha sido dejado a un lado, cuando precisamente es inseparable de lo razonable, ya sea en su versión clásica (con Sócrates) o crítica, (como lo determinaba Popper en la Sociedad abierta y sus enemigos y Lógica de la investigación). Otro problema es que dentro de esta “etiqueta” del “intelectualismo” se quede permeable, como una “veleta” (un día decimos sí y otras no), a esto le sumamos el creernos superior a los demás (arrogancia), por ejemplo, yéndonos en contra de la “tradición” (historia).
San Buenaventura expresa que la “voluntad” es la “facultad más noble del ser racional”, ahora si no conocemos cómo actúa Dios a través de su “orden”, de la “disciplina”, sí que menos vamos a saber sus “divinas providencias” (que es una excepción a la regla de las reglas disciplinarias de su Reino), en cuanto al acontecimiento material o inmaterial, la cual se traduce por gracias, dones, carismas, etc, para este enfoque como hemos indicado Santa Hildegarda de Binden, ha dicho varias veces, que por esto el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (véase, Génesis 1:27) ha sido puesto en el “centro”, un motivo de odio más para los “ángeles caídos” y los “rebeldes” que trabajan para ellos en este plano, del cual el hombre conscientemente ha atribuido y no en el abuso de su libertad, en revelación a los planes del creador a pesar de ser mostrado el camino a la salvación y de la verdad (Jesucristo) erigiéndose una vida llena de pecados y no de virtudes.
Del libro, (una verdadera “obra de arte”), podemos rescatar de él muchas ideas principales, pero que aquí acogeremos según el propósito del artículo que será el “rechazo del racionalismo”, sobre todo del “advenimiento de sus revoluciones” que hoy en día se transmutan hacia la falsedad. Es por ello que para esta Santa la creación y todo lo que conlleva a esta idea está dada los pensamientos a una “unidad espiritual”, que nosotros llamamos “disciplinarismo”, en cuanto a lo que supone la sabiduría de Dios, y todo con un “telos”, desde lo más mínimo hasta lo diversidad más grandes, por ejemplo, el “cosmos”, todo por tal de cumplir una misión, tarea, responsabilidad, en nuestras vidas, ya que todo está detallado, así no lo sepamos, somos “corredentores” de su obra así no sirvamos, frente a esto tenemos lo que es la ausencia de ese “orden”, que es lo que llamamos mal, maldad, y sus “ejecutores”, los que no colaboran, como el maligno, sea espiritual o terrenalmente, en todo caso, “anticristos”, que quieren la destrucción de todo lo creado, de su naturaleza, de su belleza (pulchrum).
Cuando decimos en Génesis 1:27 se expresa que somos imagen a semejanza de Dios, no solo lo es frente a esta belleza natural recalcado en la “unidad”, sino en lo almático, precisamente en lo “espiritual”, lo mismo acontece de esta cualidad los “espíritus rebeldes”, pero que ahora se encuentran entenebrecidos su intelecto por su “voluntad”. No se puede decir que a nadie se le dio la oportunidad, porque al ser creados sea como sea, fuimos dotados de una inteligencia, entendimiento, es decir, “alma” que podría elegir el camino de la salvación/condenación, teniendo en cuenta que los “demonios” ya no se puede retractar de su “decisión” y esto mismo nos pasa cuando morimos, dichos “actos” quedan congelados para una sola vez, es decir, para decir si sirvo (serviam Deus) o no (non serviam, véase Jeremías 2:20), el “Fiat”, debe ser libre, fuera de toda coacción como lo fue para los “bellacos” en su tiempo específico, que ya no se puede redimir.
Todos los sentidos, como todos los elementos de la naturaleza y su belleza tienen un orden, un “disciplinarismo” que es “puro”, y de ello se establecen unas reglas del cual están sujetas a la vez a unas reglas que son biológicas, físicas, materiales, propias de los “seres vivo”, y no solo del “ser humano”, por ejemplo, se dice que la vista es la entrada del alma, o del cuerpo, y así mismo podemos predicar de los oídos, olfato, y ahora de la “racionalidad”, esto están marcados para un buen uso/fin, no para abusar de ellos, si tenemos boca es para hablar, comer, no para decir necedades, o bien sea para callar, todo el “sistema” está iluminado en el mismo sentido, de allí que los órganos cerebro-corazón se articulen, de allí la necesidad de “purificarse”, conforme a esa “coherencia cardiaca”, de lo que en el plano espiritual sería destinado como “discernimiento” lejos de cualquier análisis racionalista, del cual debemos “entrenar” ya que lo hemos perdido.
Cuando nos llegan imágenes recreadas, pensamientos estúpidos a nuestra mente, o conciencia, no siempre es por lo que hemos hecho nosotros de nuestra alma, sino que otras veces el enemigo se aprovecha de esta facultad para introducirnos necedades, pasiones, y vicios cometidos, que sabe que posiblemente podemos ejecutar nuevamente (se basa en conjeturas), de allí que sea menester la “mortificación” para decirle al cuerpo (stop), expresarle que quien manda es el alma, no la carne, mejor dicho, el templo de Dios, no las esclavitudes. Algunos más avanzados se preguntarán porque tenemos cuerpo si no es necesario, pero como hemos indicado todo tiene un “telos”, y la “Santísima Trinidad” sabe porque hace sus cosas, la “psyche”, al ser introducida desde su concepción, está hecho para reparar, ser redentora (en su medida), luchar, en ser copartícipe de algo (es un misterio), en todo caso sigue siendo una verdad no revelada.
El “tentador” por eso su nombre: “satán”, “diablo” (diaboli), quiere hacer caer el hombre en sus innumerables tetras, que son demasiadas, pero que corresponde al hombre reconocerla a través de este “discernimiento”, muchas de estas mentiras, y engaños las utiliza desde su caída con gran éxito, por ejemplo, hoy en día está empecinado a través de sus “instrumentos humanos” en hacer una gran maquinación enfocados a atraernos en los pecados o faltas relacionados a la “carne”, y puede que muchos caigamos, o hayamos caído, pero lo malo no esto en sí, sino no levantarse, de allí nuevamente la “voluntad”, porque de ese mal se puede sacar provecho (y es allí donde le sale el tiro por la culata), esto hace que actuamos muchas veces con más fuerza, en síntesis nos vuelve más fuerte, pero no siempre, por eso lo hace, porque le resulta (costo-beneficio), de allí que el “coraje”, sea una virtud de combate, junto con la “fortaleza”, esto hace por supuesto al enemigo coger más rabia de la que tiene, odio desmedido (imagínense alguien que se levante, y cargue nuevamente su propia cruz, después de muchas caídas), él quiere que muchos de nosotros compartamos su mismo destino.
A partir de la creación del “hombre”, cuando nace en cuerpo (polvo, barro y ceniza), pero también lleno de un soplo (pneuma) que era natural (dones), ordenado, disciplinado, estas facultades fueron alteradas a partir del “pecado original”, que ahora se torna “generacional”, y no histórico (no es un discurso, es la realidad), se transmite de ser en ser, además de los dones (dependiendo de su naturaleza) y otros males sucedidos, pero no porque Dios lo haya querido así, sino porque dentro de esas “reglas generales” debe respetar lo que ha sido dañado por “voluntad propia”, entre ellos, ha sido la desobediencia, la pasión, los deseos del querer ser quien tú mismo, todo esto, ha descompuesto la creación y esto se debe recomponer, a pesar de ello, y por esto no se le quitó el “alma” (la parte más importante espiritual) en cuanto a la capacidad de razonar, entender, esto es, en poder tomar decisiones (ya que seguimos siendo imagen y semejanza del Creador), indistintamente de los factores internos/externos que la influyan (epigenética), a esto se le suma que el “tentador” y su “equipo de trabajo” nos ponga problemas, trabas adicionales que debemos vencer. Veamos.
De lo dicho hasta aquí, puede que nos asuste, pero no, el plan de Dios es perfecto, como lo vemos, con ojos humanos, parece que tenga sus ventajas y desventajas, pero debemos de no preocuparnos, es allí donde entra la virtud teologal de la “esperanza”, ya que todo es positivo. Los “bellacos” al caer se llevaron consigo algunas cosas, entre ellos sus “poderes” pero “limitados”, y lo que llamamos hoy como “dones” que no son “sobrenaturales” sino “preternaturales” que muchas veces son compartidos temporalmente a los humanos, para algún fin o tarea (lengua, algún tipo de conocimiento infuso, curar enfermedades del cuerpo, etc), ya sea para ganar ciertas partidas, dentro de la guerra espiritual, aunque esto sea así, existe no una jerarquización, pero si organización aunque desordenada, y entenebrecida de las cosas dentro de su “estructura”, de lo que nos hace que tengamos mayor relieve desde el plano almático para sobrepasarlos, de allí que nada sirve ganar músculo, o la materia, sino se enriquece el “espíritu”, elevarlo es nuestra misión para el “combate”, contar con la “gracia permanente” en nuestro fin y esto se hace con ejercicios, que no son propios del plano terrenal, sino de la “iluminación” (gnosis), del cual Dios nos comparte gracias a su beatitud, bondad y amor.
La “Luz” que nos irradia Dios es distinta —cuantitativa— y —cualitativamente—, esto es reflejado a diferentes grados, según los hombres, como si de ángeles se tratara, sean buenos o malos, cada quien tiene información distinta de las cosas, y por tanto graduales, de allí que la “justicia” desde este enfoque sea incompatible con la “igualdad” no frente a los “derechos” sino de los dones, carismas, deberes, misiones, tareas, capacidades y facultades del alma, y en cuanto a su desarrollo, muchos se preguntan ¿por qué no puede verse a Dios?, y es precisamente porque nada manchado puede entrar el cielo y menos conocer algo que es puramente puro (valga el pleonasmo), para conocer la Creación se debe estar limpio de corazón, como “ser espiritual”, de allí que los “gusanillos racionalistas” de la tierra no podamos verlo, sería morir en un instante, es como mirar el sol a simple vista, esto puede dañar la retina, pero aquí es mucho más intenso (inasible el concepto).
Una de las bondades y cualidades amorosas de Dios, en su —construcción— como lo hemos dicho está sentado en la base de la “caridad”, “obediencia” y la “humildad”, este último visto como pegamento, y de esto se deriva del querer dotarnos de sabiduría y entendimiento para poder combatir las mentiras de los malvados, y esta es nuestra arma principal, que va unido al “espíritu santo” en consecuención a la “práctica de los sacramentos”, por eso la importancia de hacer uso de ellas frecuentemente. De allí que la “sabiduría divina” nos sirva para este propósito con tal de iluminar todo el “intelecto” en el combate contra los demonios, vicios, esclavitudes, o de las cosas del mundo, hasta el final del tiempo, es en el cuerpo, especialmente en el “cerebro, corazón y microbiota” (órganos ejecutores —hardware—) donde se multiplican estas ideas, para ser defendidas por nosotros, siempre acompañadas de oraciones, penitencias, súplicas de nuestros ángeles custodios, devolviéndose infusamente lo llenado desde el intelecto, en transformación (metanoia) de las alma que ahora se vuelven “inmortales”, quedando todas ellas en el mismo nivel de los seres celestiales, convirtiéndose en entes puramente espirituales, no teniendo limitaciones del cuerpo, mejor dicho, convertido su saberes en una ciencia dura y verdadera, infusa, no de imaginaciones.
Desde la Creación el hombre, está dispuesto a servir, como un “esclavo”, es este fundamento un “principio almático” pero también “cósmico”, y esto una de las cosas que ha molestado a los “ángeles rebeldes”, de cómo algo tan pequeño se vuelve a grande a través del “amor”, la “humildad” y la “obediencia”, porque fue a partir de estos elementos que se sacó el alma y el cuerpo para su “ejecución” (como “instrumento”), se creó así una perfección a semejanza e imagen de Él, algo impensable para el “tentador” (diaboli), de este modo, para poder salvar el alma, a partir de su corrupción, nos toca cuidar del cuerpo de toda suciedad, es la carne lo que envuelve la “psyche”, lo que pasa es que debido a la “inclinación al mal” que tenemos antropológicamente hablando estamos dispuesto muchas veces a ceder a los deseos y pasiones de la carne y sus apetitos, y esto es lo que se debe evitar elevando el alma con “ascesis” (restringiendo sus ganas), es desde los “ejercicios espirituales” que debemos proponer por el “control” de la “concupiscencia”. Veamos.
Todo lo que podríamos decir daría para escribir libros enteros, porque sería mucho, pero debido a nuestra limitaciones, y el desconocimiento por lo revelado, no es posible hacerlo, es solo Dios el encargado de compartir dicha información para los que Él quiera, y como desea, en todo caso sabemos algunas cosas que puede servirnos para contribuir al “plan de salvación” de unos y otros y una de ella es la fase que previene en contra del culturalismo, ideado a partir de las “revoluciones culturales”, entre ellas la más penetrante de nuestra época, la de Francia (considerado la “hija mayor de la Iglesia”), paradójicamente en este país se ha dispuesto grandes herejías y que ahora han sido dotado de ser sofisticadas, difícil de combatir como las que surgieron a partir de las derivadas del protestantismo, en sus diversas especies, o de la que se produjo a partir del islam.
Los “bellacos” han ideado a través de sus ideas softs y ya no tanto hard (tácticas duras), un sistema estructurado de caída del orden, aunque haga parte aún de sus planes (como la guerras, devastaciones…) su arma principal, principesca, oculta, sugestiva, sigilosa, del cual se manifiesta ahora en la cultura modernista, posmodernista, que ahora llamamos “woke” es su costo-beneficio preferido, del cual se reparte por todos lados en todos los ángulos (arte, música, cine, etc), su único fin “racionalista” es destruir verdades, confundiendo con mentiras, disparan “flechas” en todos lados con tal de hacer caer por completo el “ser humano”, causar indisciplina, desorden, caos, conseguir el más alto más grado de “descomposición” de la “naturaleza”, de la “belleza” (pulchrum) ya pervertida y que el hombre hace parte de ella, tal cual a la “ventana de Overton”, estamos viendo cosas impensables (vicios, faltas) que son tomados ahora como valederas, acertadas.
En estos aspectos, y para seguir con este artículo, queremos compartir con ustedes una oración de “abjuración del racionalismo” compartida por el Padre Luzón Peña (que pueden hacerlo en audio-video, aquí), en su famoso libro, las “Seis puertas del enemigo”, lo que se pretende es combatir, —dice el sacerdote exorcista—, todas las formas de orgullo, y de soberbias, evitando todo tipo de “racionalismo”, sobre todo “burdo”, entendiendo que si bien somos “seres racionales”, somos antes que todo “almas”, por tanto, tenemos una “inclinación espiritual”, terreno del cual debemos recuperar, elevándonos con sacrificios, oraciones, consagraciones, rosarios, devociones. Recemos.
“Te alabo y te bendigo (señal de la Cruz), Señor porque me has dado razón e inteligencia. Te doy gracias, Señor por las difíciles pruebas que he vivido y me arrepiento de haber pensado a veces que me he las has enviado para causarme sufrimiento y porque te he culpado por ello: perdón, Señor, por esos reproches y rebeldías
Acudo a la intercesión de la Santísima Virgen Maria, y te pido perdón, Señor mío y Dios mío, por toda mancha y contaminación que haya en mi mente [en mi alma] por ese racionalismo [burdo], por la vanidad espiritual [soberbia] y por todo pecado cometido desde mi inteligencia. También te pido perdón por haber vivido la fe de mi Iglesia Católica no desde el corazón, como tú deseas, sino desde el racionalismo y con tu Gracia, Señor, me perdono también a mí mismo. Pido perdón, Señor, a todas las personas a quienes he hecho daño con esta mentalidad: dales Señor, la Gracia de que me perdonen.
Por mi parte, perdono, Señor a toda persona e institución que me haya hecho daño empujándome a vivir así, (describirlas, si las hay). Te quiero entregar, Señor, todo el racionalismo que haya quedado en mí, y renuncio a toda rutina, esquema, condicionamiento o hábito de vida que haya heredado o adquirido en el transcurso de mi existencia y renunció también a toda norma, estructura, costumbre y comportamientos que tengan como causa los estudios que he realizado por mí mismo o bien en instituciones, grupos, sectas y todo tipo de comunidades a los que he pertenecido que no sean de tu agrado (nombrarlas).
Declaro que Jesucristo es el Señor de la paz y que solo el Él me la puede dar. Señor Jesús, te pido que tu paz venga a mi corazón. Igualmente declaro que Jesucristo es el Señor de la Sabiduría y del conocimiento y que yo no quiero más conocimiento que el que venga de su persona. Renuncio a querer saberlo todo, a comprenderlo todo, a controlarlo todo. Renuncio a entender y controlar a Dios solo desde mi pensar, y a buscar la paz y a mirar mi existencia solo desde mis razonamientos. Señor, te pido perdón por todas las veces en las que he pretendido controlarte y abrir tu revelación y tu providencia conmigo desde mi razón.
Padre Eterno, te ruego que cortes todas las ataduras de mi ser a esos hábitos racionalistas, que me mantienen a la defensiva ante ti, y me impiden abrir mi corazón a la acción del Espíritu Santo. Angel de mi guarda, pon esas ataduras a los pies de la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, a quien pido que Destruya todo obstáculo, impedimento, barrera, resistencia que consciente o inconscientemente, haya interpuesto con mi razonar a la acción de tu Santo Espíritu.
Declaro que Jesucristo es el Señor de mi razón e inteligencia y de todas las áreas de mi vida. Baña, Señor, Jesús, mi mente, con tu Sangre Preciosa y cúbrela con tu amor. Llena con tu amor los vacíos de mi corazón. Señor Jesús, reconstruye por dentro y sana por los méritos de tu preciosa Sangre, todo daño que haya quedado en mi mente, imaginación, y pensamientos en mi creatividad y en mi inteligencia, en mis razonamientos, como consecuencia del espíritu maligno del racionalismo.
Autorizo a que tu Santo Espíritu irrumpa sin trabas en mi razón, en mi inteligencia y en mi corazón, con entera libertad, sin oposición ni resistencia, pues abro mi espíritu a su luz, que deseo, anhelo y necesito. Amén, amén, y amén”.
Yéndonos al lado apostólico y teológico, tenemos que el Apóstol Tomas, tuvo dificultad para creer, a causa de un “racionalismo” propio, y se dejó tentar de ver y sentir unas “llagas”, pero esta “incredulidad” fue necesaria para curar todo tipo de “duda”, por eso, que se permita a algunos ver y escuchar “hechos sobrenaturales”, esto nos da certeza, de aun presenciar en el “campo divino”, algunos aspectos establecidos para los que fuimos/puramente racionales, los que tenemos dicha obstaculización para el Señor se hace una bendición, y esto pasó más personajes, y puede que otros lo sufren a condición de su corazón duro, terquedad, racionalismo burdo, Chesterton dice en su texto: “Ortodoxia”: “Hasta donde hemos perdido la creencia, hemos perdido la razón”, sin fe, no hay racionalidad, lo que existe es una “sublevación radical antropocentrista”, con tal de que el “ateísmo” se vuelve patético cuestión que ni los “greco-romanos” lo concebían, ya vemos estos movimientos moviéndose en el sincretismo del fenómeno del falso “intelectualismo” como hizo Marx y sus secuaces y de los millones de personas que acabó matando estos sistemas anticristianos.
Como hemos mencionado arriba de esta entrada, “abjurar del racionalismo”, no es rechazar la “razón”, al contrario, es el “intelecto” (nous) el que nos hace volver a Cristo, a través del “entendimiento”, por ello que podamos no solo concebirlo (mostrándose materialmente) sino sentirlo (en la viva fe), solo si nosotros queremos (voluntad) y ponemos de nuestra parte, es decir, nosotros depende una porción, (sinergismo), de allí que venga acompañado de la “gracia” sumado en su virtud teologal, pero necesitamos que sea permanente, como lo expresa el Papa Juan Pablo II, en su Carta Encíclica: Fides et ratio:
“Son la “fe” y la “razón”, dos (2) alas en la que el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo. Debido al excesivo espíritu racionalista de algunos pensadores, se radicalizaron las posturas. Se debe constatar lamentablemente que lo relativo a la cuestión sobre el sentido de la vida es considerado por el cientificismo como algo que pertenece al campo de lo irracional o de lo imaginario”.
El racionalismo desde este punto ha tomado históricamente (tradición) distintas manera de ver el mundo y de mostrarse, entre ellas la “Ilustración”, este “movimiento” como una de sus manifestaciones más prominentes, y que hoy en día sigue teniendo efecto como “dios” o “dioses”, mostrados en “ídolos de la razón” (culto al Yo, al becerro), todos ellas “corrientes” están bebidas de la falsedad de la “revolución francesa”, de la consigna de la presunta libertad, igualdad y fraternidad, del cual se sintetizó en todo tipo de ideas nefastas, no solo del materialismo marxista, sino de todos los enfoques bajo un mismo fin (telos) de desorden (hybris), causando corrientes anticristianas que ya se hacen incontable hasta el día de hoy, de allí que se haga el llamado desde el Papa Leon XIII a realizar la oración a San Miguel frecuentemente, ojalá varias veces en día, con tal de combatir este mal, y tener asistencia, ya que se trata de una “guerra espiritual” (spiritual wars), materializado en lo terrenal a través de sus “instrumentos”, pidamos por tanto la intervención divina del “humilde” “Mī-khā-'Ēl”: ¿Quién como Dios?
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén”.
Ahora pidamos la intervención del terror de los demonios, tal cual como lo es San José, según la oración compartida por el Padre Jose María Iraburu:
“Aleja, [San José], padre amadísimo, este flagelo de errores y vicios. Asístenos desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas. Y como libraste de la muerte la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las insidias hostiles y de toda adversidad”.
Si nos regresamos al pensamiento de Santa Hildegarda, nos dice que la forma de enfrentar estos males y luchar contra ellos, se hace partir de los “sacramentos” y la comunión de los miembros de la Iglesia (en toda su composición, militante, purgante y triunfante), de allí la importancia del Evangelio (como espada) y la tradición (como escudo) a esta pelea. Lo que se ha hecho hasta el momento a gran escala es frenar la “sublevación racionalista”, lo que se pretende es evitar revertir los dogmas de la verdad, de la fe, no se puede permitir dejar de combatir las herejías que han sido el mal de siempre, sino a la apostasía, sacrilegio, blasfemia sistemática…, con tal de no caer en ruina la “naturaleza humana”, por tanto la “creación”, de allí que para estos efectos, sea necesario la súplica de la “intervención divina”, pidamos, para que se permita la “iluminación de conciencia”, y que el poder divino actúe justamente, pues ya dijo el Señor en Mateo 16:18: “(...) sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
Tengan en cuenta hermanos, que a Dios no se le esconde nada, todo lo escudriña, lo sabe todo, e incluso los hechos lamentables sucedidos en los Juegos Olímpicos de Francia lo permitió para un fin, Él conoce la verdad, pero quiere que nosotros lo busquemos, así seamos rebeldes, espera, es paciente, pero esto tiene un límite, que él sabrá hasta que tiempo darnos (generales y particulares), los errores de hoy no se deben cometer mañana, debemos enmendar, reparar, recuerden somos “corredentores” (en el grado de la condición que sea), él ya puso su parte, su Cruz,, ahora nos toca a nosotros cargar otra, a nuestra medida, con sacrificios, penitencias, oraciones (justicia y caridad), y demás deberes a cumplir en tareas, misiones, que nos deja en la vida, solo toca descubrir, saber cuál es y de que se trata, esto es “obediencia”, es “humildad”, lo contrario a lo que hicieron los “caídos” (véase, San Silouan el Athonita, Entre el infierno de la desesperación y el infierno de la humildad).
La vida ya nos dirá, indistintamente, lo que nos toca hacer, si aceptamos servir (Serviam Deus), ya sea evangelizando, dando ejemplos como profesionales, gobernantes, amas de casa, líderes, soldados, monjes, consoladores, sufridores, ayudantes del prójimo, etc, de allí que los dones naturales y sobrenaturales sean entregados de forma cuantitativa y cualitativa, dentro del orden (arché) establecido por Dios, desde un inicio, según las capacidades de cada quién, ya sea al 30%, 70%, 100%, todo ello a lo que sea debido según nuestras habilidades/talentos, ahora, si amamos (caridad) y somos humildes (reprenderemos la “soberbia” del maligno y los “anticristos” y venceremos), de esta forma nos mostraran muchas más cosas, solo es hacer la prueba y verán.
Por último, creemos que es con el profeta Jeremías (véase, capítulos 1-7 completos, en especial el 6, sin dejar por fuera las “revelaciones privadas”) el “entorno” en el cual se protagonizara en mayor medida para lo que se viene para nosotros (tribulación, fuego, hervidero), piénsese para la Iglesia y fuera de ella, debemos recoger según lo sembrado quitando todo zarza de los vicios, esclavitudes que nos trae el nuevo “pensamiento racionalista” lleno de un camino pedregoso de pecados, faltas en contra del ser humano, causados por el exceso de las libertades otorgadas por el Creador, en contravía de la “voluntad divina” y que nos entregó amorosamente la Santísima Trinidad, el llamado es abjurar, y corregir nuestras conductas hacia la verdad, no adorando ídolos, imágenes falsas, ni ser necios, tibios, tampoco nos enredemos con la cizaña, debemos ser como la siembra del trigo, ortodoxos en nuestra fe, radicales como lo fue Cristo. (Digamos: 3x: ¡Santa Juana de Arco, intercede en el combate!)
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