Por, Mario
Felipe Daza Pérez
@mariodaza
“Largo
es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de
la práctica”. – (Séneca)
Creemos tener claro hacia dónde vamos. No hay mayor
rémora para aquella persona que no sepa hacia dónde va, así el viento le sea
favorable. Uno de los motivos de estudiar, es prepararse para sentirse
realizado consigo mismo, y además para ser alguien en la sociedad. Debemos
tener en cuenta que no todas las aptitudes son iguales, ni las mismas para todo
el mundo, por tanto, se puede decir que estas habilidades son
"competencias múltiples" propias con las que cuentan las personas
(“criterio subjetivo”) indistintamente de su finalidad.
Estudios como el de “The Future of Jobs” elaborados
por la Universidad de Harvard asegura que por lo menos el 80% (e inclusive
mucho más) del éxito, en este caso relacionado al ejercicio de alguna
profesión, arte u oficio se debe al entrenamiento de habilidades
interpersonales y sociales. De hecho, se cree, tal cual como lo destaca el
biólogo Héctor Martin Ruiz, que el cerebro no se ejercita como un músculo, lo
que sí debemos tener cuenta es que este cada vez se hace más fuerte, lo que
requiere que tengamos siempre mayor conocimiento para poder proceder a la interconexión.
La idea de los “soft skills” (algunos le llaman
“powerskills” o “coreskills”) como muchas de las ideas de la modernidad,
provienen de esa mejoría que se pretendía alcanzar en cuantos a los
procesos/procedimientos en el “rol del conocimiento”, que en este caso se debió
originalmente en la formación militar, con el cuerpo de marines en los años 60,
en esta ocasión se quería contar con soldados que tuvieran mayores habilidades.
Este concepto luego fue tomado por la “psicología”, esto, con el fin de tomar
las "actitudes positivas" de las personas, en este caso aplicado a
las profesiones, artes u oficios. Precisamente el primero en utilizarlo
formalmente fue el Dr. Paul G. Whitemore en
1972 en una conferencia.
El estar pendiente de las cosas, realizar inspecciones
a tus tareas, tener el control del tiempo, mejorar la redacción de informes,
interactuar en las comunicaciones, ser curioso/creativo, como lo es también el
estudio permanente ante una situación en concreto, la eficiencia, autoestima,
elocuencia, el saber transmitir las ideas, el liderazgo, ser organizado,
disciplinado, responsable, honrado, leal, ético, cortés e integró es el
marcapasos para el éxito en cualquier de sus ámbitos.
Si tenemos claro, el tipo de habilidades que tenemos
de tinte profesional, no es tan llano cuando se trata de inteligencia social e
interpersonal y es allí donde nos quedamos corto, lo que nos hace falta para
tener el mayor provecho de uno mismo en cuanto a lo que se está haciendo, sea
el proyecto que sea. Si no lo tienes diáfano en tu cabeza, en cuanto a su
empleo correcto y el momento preciso para utilizarlo será difícil avanzar para
la meta que quieras. Es de allí que digamos el porqué de muchas personas que
fueron “excelente estudiantes” en las
universidades no pudieron progresar luego en el diario vivir, esto, a falta de "habilidades blandas", que por
cierto muy poca gente entrena o desarrolla.
Gente que estudia, una vez terminan una carrera se
sienten frustradas porque no saben qué hacer después con su estudio, pues, son
muchos los motivos que le indicaron irse por X o Y profesión, arte u oficio,
pues los papás se lo impusieron, un tío es médico, la abuelita se lo dijo, etc.,
y de eso no se trata la cosa, porque en últimas terminan frustrándose.
Séneca decía que la suerte consiste en primero “prepararse” y luego esperar que se
crean las “condiciones” propicias para desarrollar el éxito, ya sea académico,
financiero, o en nuestro caso profesional. Ya que este no se consigue solo
“estudiando”, “siendo el mejor de la clase” -el que más “caletea”-, “saca
notas”, o el que “lambonea”, y estas puede que sea una de las causas, pero que
en menor medida no es suficiente, para crear ese “boom” en tu carrera
artística, profesional, académica, etc.
Pues, el conocimiento, la experiencia, los estudios,
pueden considerarse habilidades duras (o hard skills) a diferencia de las
blandas (soft skills) de las que muy poco se habla y no se presta atención y
son las que le ponen el pie a lo que serás tú en el mañana. La empatía hacia
otras personas, el manejo de casos a resolver, el liderazgo, el saber
planificar el tiempo, la mejora en la redacción, el arte de la seducción,
prudencia, manejo del habla, son unas de las tantas aptitudes que te pueden
hacer brillar en tu profesión, arte u oficio, frente a otros que no lo hacen.
De esta manera el “conocimiento técnico” está mandado
a recoger en cuanto a que el “saber transversal” que está relacionado con ese
conocer distinto al que profeses te da un "plus" sobre temas por
desarrollar, lo que cambiaría sin hesitación alguna el rumbo de las cosas, pues
lo necesario aquí sería el saber resolver problemas en una situación dada según
el rol que ostentes. De esta manera no será lo mismo un ingeniero en un estrado
judicial que un abogado de mecánico. Aquí la posición va a ser primordial.
Si a esto si le sumamos el análisis de los tipos de
inteligencia, entre una de ella, las más importantes para este propósito, es la
“emocional”, difícil de controlar, pues que resulta de la autogestión, lo cual
permitirá alcanzar metas sobre otros que están inclusive en tu misma profesión
y presuntamente "por encima tuyo".
En el tema de la profesión jurídica no solo importará
como habilidad dura (hard skill) un conocimiento en especial, como sucede en un
tema tributario, administrativo, sino también la forma en que se comunica la
idea, esa persuasión argumentativa que utilizaras, la redacción que tienes al
escrito presentado, y esa forma de persuadir al operador servirá para alcanzar
ese éxito soñado. Sumado a esto, el manejo de programas, el uso de la internet,
big data, sobre todo "el conocerse a sí mismo" (que es primordial) es
el ideal para el desarrollo de las “soft
skills”, pues, es esa flexibilidad o adaptabilidad al cambio lo que te hará
ser más fuerte ante esa evolución constante.
Ante estos nuevos desafíos, como es la implementación
de la inteligencia artificial en las profesiones, artes u oficios, como también
el saber de temas relacionados a las neurociencias o la biología, serán los
derroteros que se seguirán en los siglos siguientes, aunque aún los incrédulos
lo vean con escepticismo. Pues el mundo es cambiante todo el tiempo y siempre
se requiere de habilidades que vayan intrínsecas con la carrera a la que te
dedicas. Una filosofía práctica como la "estoica", por decir algo en
concreto, servirá como forma de gestionar ese liderazgo proactivo frente a una
meta a alcanzar. Y estas son las “aptitudes”
que les gustan a los reclutadores, jefes, empresarios, coaches, etc., hoy en
día.
De esta forma, el dominio, el manejo de entorno, e
incluso la ejecución de ejercicios de alta intensidad (aunque a muchos no les
guste el tema) te van a servir para tener mayores habilidades (aumento del
hipocampo -memorización-, y sobre todo del factor neurotrófico derivado del
cerebro, -creación de nuevas redes neuronales- BDNF) sea el campo en el que te
desempeñas. Concentrándose en hacer las labores que les toca, en mayor volumen
y en poco tiempo (eficiencia y eficacia) relacionados a los trabajos profundos
son las habilidades a las que les hablo, y bien que se pueden entrenar a partir
del enfoque de la mente (sin límites), así como el cuerpo puede adaptarse al
permanente desarrollo de la composición corporal y ósea, también lo puede hacer
el cerebro a partir de la neuroplasticidad (sinapsis).
Pues, aquí la “zona de confort” es un vicio al que
deberíamos salir recurrentemente, si no "entrenas la mente" con más
"conocimiento" (duro, pero sobre todo blando), no podrás estar al
mismo nivel de los que están en competencia, no se puede seguir pensando como
los "neandertales", o en "la época del paleolítico", en el
querer estar atado bajo unos pensamientos mínimos, más bien lo que se debe
sacar es el mayor provecho posible a raíz de estas “habilidades”. En este caso
la “ansiedad” es un enemigo que nos afecta y que va en contra de los “soft
skills”, pero al mismo tiempo es una adversidad que nos sirve, porque nos
permite expandir ese desarrollo de la "dicotomía de control" que bien
exponen los estoicos.
Recapitulando, los “soft
skills”, en el ejercicio de la profesión, arte u oficio, es algo que todos
deberíamos de invertir, como "recurso humano invaluable", ya que
permitirá explayarte en todos tus objetivos. Parece ser que las
"habilidades" que mencionamos se basarán como un tipo decálogo de la
vida, aplicada en principios y valores, y cuestiones que ahora no prestan
atención las personas pero que en últimas te servirá para todo tipo de
proyecto, meta o ambición, si bien te concentras ello ejercitándolos, como
“hábitos atómicos”, tal cual diría James Clear.
El compromiso que tengas con tu trabajo, basado en la
experiencia y el conocimiento como habilidades duras (“criterio objetivo”), por supuesto que permitirán un mayor margen
en tener mayor éxito, pero no será importante mientras tanto no consigas una
empatía, resiliencia, adaptación a la evolución, como a una flexibilidad a los
cambios (v.g. en las nuevas tecnologías), etc.
Ahora, si desde ya te das cuenta de ello, esto te
permitirá tener mayor amplitud sobre el resto de los mortales, porque ya sea el
tener un pensamiento crítico, contar con una creatividad, tomar decisiones al
instante (basados en tu inteligencia múltiple), conseguiría estar por encima de
aquellos que no lo hacen, por eso es que sean blandas estos superpoderes o
núcleos de las habilidades duras porque así las personas se darán cuenta de su
deber de entrenar estas “softskills”
porque de alguna u otra forma todos lo tenemos (aptitud), lo que hace falta
entonces es realizar esos “ejercicios
físicos y mentales” (actitud) con tal de maximizar en su mayor expresión su
contenido.
De esta manera, un abogado formado en la mejor
universidad del país, o del extranjero no resulta ser exitoso, con tan solo graduarse, ni siquiera
teniendo unos cuantos títulos y alguna que otra experiencia, para ello se
necesita de muchos más, como resulta el de contar con destrezas integrales
(sentido común), rasgos precisos de personalidad que se adecuen al oficio, o
profesión que este desempeñando, etc., esto tomando todo tipo de estratagemas
que permiten progresar en su propósito, meta o ambición, por ello, que el
control o inteligencia emocional (como la social) ser un detonante importante
para conseguirlo.
De allí que destaquemos, los tipos de "inteligencia múltiples” y no
precisamente como lo que destaca Howard Gardner, de las cuales se precisan 12
clases de ellos sino que más bien tomamos las que menciona la autora, Lissa
Rankin determinados en 4, y que de las que más se subraya dentro de esta
categoría superior como se establecen en los “softskills” tenemos la denominada
“inteligencia somática” la cual está
entrelazado con el aspecto físico (que es la de poder comprender las señales del
cuerpo con su biología -microbioma-) que sumado al enfoque emotivo, mental e
intuitivo conseguimos el mayor esplendor de estas “aptitudes”.
Pensemos ante una adversidad X, Y o Z, pues intenta
frente a esto tomar un juicio que lleve a un resultado, teniendo en cuenta esa
inteligencia mental, emotiva, intuitiva, pero sobre todo somático (conexión
cerebro-intestino-músculo), como afrontar entonces unos trabajos asignados
cuando tu cortisol (estrés) está sumamente elevado, se supone que para el
profesional promedio el manejo de la comunicación oral o escrita será
necesario, aquí entra de inmediato esa aptitudes ejercitadas (como hábitos) que
serán la base para la solución.
En conclusión, queridos amigos, los “softskills”
siempre serán importantes y deben tenerse en cuenta desde ya, por parte de
todas las profesiones, artes u oficios, debido a que se requiere de un
entrenamiento duro, igual que el ejercicio que haces en el gimnasio para poder
lograrlo, este, no llega por sí solo (-florecimiento humano-, eudaimonia), por
muy viejo que seas. Y cuando lo consigas será tomando el potencial total de
estas habilidades que podrás aplicar para tener un desempeño óptimo en esas
“competencias e inteligencias múltiples” que has conseguido ¡que no será en
vano!