"En todas las guerras, y también en los combates del alma, la ofensiva es la mejor defensa"- Tihamer Toth
"Para alcanzar la vida en la muerte, vive como quien sabe que ha de morir". - Anónimo.
"Aguanta, trabaja, suda, abstente de la inmoralidad y prívate del vino"- Horacio
"Abstente y aguanta"- Epicteto
Mario Felipe Daza Pérez
Se ha abarcado alrededor del mundo dos teorías por lo menos principales y de estas otras más, en cuanto a la "creación del mundo", pero sobre todo en lo concerniente al ser humano y su surgimiento. Estamos lo que creemos que inició con el designio de Dios, que le llamamos la "tesis creacionista", otros "más avanzadas", que consideran que es "evolutiva", por tanto, surgida de la "evolución" misma del hombre, de allí que nazca la teoría de Darwin, y de esta otras más, determinadas por la física cuántica y la antropología. Ahora, no podemos decir a rajatabla que la una o la otra se excluyan pueda que se complementen, lo que se hace difícil es conseguir una simbiosis entre ellas, pero es posible, en todo caso, no siendo objeto de análisis de este articulo este aspecto, lo que se quiere mostrar, es que sea lo uno o lo otro lo que consideremos, a partir del nacimiento del "homo", nosotros debemos cuidarnos como especie y género, y, por tanto, considerar su "pureza" en todo su esplendor.
No sabemos cuáles son los planes de nuestro creador, como criaturas suyas por ello que pidamos "sabiduría" con el fin de que nos ilustre en cuanto a su "entendimiento" divino. Anteriormente se suponía que fuimos engendrados por "azar" como bien piensa muchos “científicos ateos” hasta el día de hoy, o bien por cuestiones de la vida, o por “métodos evolucionistas”, hay muchos otros que concluyen que somos originados por "extraterrestres" y que otras cosas más, de esto se haría muchos libros al respecto, que no es el momento precisar en el enfoque de este artículo como ya se ha dicho, lo que se quiere entrelazar es como el "ser humano" debe ser "templo de la pureza" y por tanto tener un "espíritu santo", indistintamente de cómo sí considere esto último, dependiendo la religiosidad de cada uno de nosotros (judaísmo, islamismo, hinduismo, etc).
Para comenzar, podríamos decir que el “mal” no está en el “placer sexual” como tal en sí mismo, sino en “buscarlo abusivamente” y fuera del orden establecido por el Creador, ya se dice en primera de Corintios, 6: 9-10, que los "impuros" no “heredarán” el "reino de los cielos", para mencionar uno, tenemos que la “fornicación”, que es "obra de la carne", está en absoluta oposición al "espíritu" todo “consentimiento voluntario” en el placer sexual es un acto desviado. Quien busca, pues, directamente el “placer libidinoso” nubla su libre albedrío (lo que debe purificar es su mente dentro del mandato de la "pureza), de allí que la "castidad" o al menos la "continencia" nos sirva de acicate para eliminar los “vicios” ya sea cuando pensamos en lecturas obscenas, miradas libres, palabras soeces, tocamientos, y demás modas mundanas, todo ello producto del "posmodernismo", de allí que prediquemos la "purificación del corazón", que bien está en la "inteligencia" y la "voluntad" y no por medio de las "emociones", en consonancia con la "práctica de las virtudes".
En otro artículo hemos dicho que “el origen de todos los males” comienza con la "concupiscencia", sobre todo con la "ocular", con el inicio de esa “miradas libres” o “lascivas” que llevan más adelante al “acto de la lujuria”, entre ellos de la fornicación, adulterio, incesto, perversiones sexuales, masturbación, como el de la "pornografía". Los remedios principales para enfrentar estas “desorientaciones” está la de aplicar fundamentalmente el "yo" hacia el “amor a Dios” como del “prójimo”, de allí que nazca la verdadera "caridad" como virtud. Esta, debe tornarse conscientemente hacia la realidad; quitando lo desinteresado, la indiferencia, y la apatía hacia los demás. La lucha decidida contra este “vicio” se patentiza por el pronto arrepentimiento y firme propósito después de cada falta, y aun imponiéndose alguna voluntaria penitencia, por ejemplo, un “acto concreto de renuncia”, o de “piedad” en reparación de cada caída, resultando necesario de la mano con la confesión, la comunión, la misa, la abnegación, etc.
Una vez nacemos, nosotros comenzamos a crecer “puros”, y es en la “interacción con la sociedad” cuando nos comenzamos a "corromper", pero no es culpa de esta ni de nosotros (actuales), sino que es originada a raíz de la "concupiscencia", de allí que tengamos que mantener o bien pelear todo tipo de engaño, mala fe, e intenciones vanas, mejor dicho, no tenemos dimensión de la realidad plenamente en nuestros primeros años de vida, y es con los años que se comienza a gestar las emociones, las virtudes, el pensamiento mismo o bien los vicios, esto, según lo que se determina en el ambiente, entorno, valores, educación, crecimiento, etc de cada uno, que a pesar de ellos hay otros aspectos que se debe tener en cuenta pero que tampoco comentaremos aquí que tienen que ver con los factores biológicos, y epigenéticos que se comunican de generación en generación y que tienen que ver en algo pero no mucho en las “decisiones de la vida”, por ejemplo con los determinados (solo por mencionar uno) "malos hábitos" o la "vida insana".
"Ser puro", no significa tomar agua cristalina todos los días, o no cometer errores, o pecados, sino que, a pesar de ellos, tratar de corregir y enmendar los yerros cometidos. La "pureza" es algo que se consigue con el tiempo no solo en respeto a los demás, sino a ti mismo, es decir si tú quieres comenzar por construir algo en lo exterior, debes comenzar con tu interior, es decir con tu mente, cuerpo y espíritu. De allí que no debas permitir que se te corrompa con actos o hechos contrarios que te marginen a ensuciarlos por ejemplo con el “vicio” en cualquier de los sentidos: alcohol, drogas, prostitución, fornicación, adulterio, mala vida, sedentarismo y sin fin de cualidades que religiosas o no, van el mismo sentido, en la "perturbación", del ser.
Se debe mencionar que la "impureza" no solo proviene de los actos que cometemos sino también de los pensamientos, obras, y de los deseos que tengamos "inmorales", dice Tihamer Toth en su texto "Energía y pureza" que "el cuerpo y el espíritu están en íntima correspondencia y tropiezos y de estos influyen en la debilidad de aquel", (p. 164) por tanto, no podemos permitir que ni siquiera llegan a la mente estas ideas, de allí que comience con la "concupiscencia ocular" (“todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazones”, dice en Mateo 5,28), que habla San Agustín, toda suciedad carnal y espiritual. En este caso, no podemos entrar en la ligereza de ir alimentándose por allí todo el tiempo (gula), porque perderemos, no le demos juego a estos actos (lujuria) para poder ganar, es evitándolo como se combate la "tentación" es como si se tratara de un "aceite corrosivo" el que va debilitando tu energía de cuerpo-alma (duplicidad), hasta llegar a su culminación.
La lucha en este mismo campo siempre será más fuerte cuando se trata de sí mismo, no solo en “construir” sino también en “fortalecer” tus virtudes, que bien se pueden debilitar o corroer, solo “vigilando tus pensamientos” permanentemente en la "evitación" de ser un “esclavo de los vicios y malos hábitos”, pues para conseguir la "tranquilidad almática", no debes remar contra la corriente, porque a la final te arrastrara, puedes que te mantengas firme un tiempo, pero no todo el tiempo. Es claro que el "instinto sexual" debe ser controlado de esta manera, por nuestra propia voluntad y no por el ambiente, los amigos, novias, o el qué dirán, eso importa un carajo, sino de cómo lo sincronizas con tus virtudes.
La única forma que un pensamiento trascienda es que tú lo consientas en la misma mente y te abstengas por último en su ejecución material y esto depende de ti de construir esa "voluntad", no combatas con ellos, simplemente "recházalos", determina una regla tajante de que no ingresan a tu “psiquis”, no entres a discutirle, pues las “tentaciones” en muchas ocasiones son obras del "enemigo" que entre mayor alcance espiritual tengas, con más razón será la insidia, nunca hay pecado si estas firme, sin ceder, por eso que debas controlar el "temple" de la virtud.
Hoy en día, hablar de "pureza" es decir que eres un "retrógrado", ahora se comenta sobre la "libertad sexual" y que todo el mundo puede hacer lo que quiera con él, es más, determina que uno se debe conocer a sí mismo, ¿pero es que cuántos años deben conocer los que se masturban, 1,2,3... años? El cuerpo es el “templo del espíritu santo”, y debes cuidarlo y conservarlo igual como lo haces con el resto parte del cuerpo, y órganos, lo mismo con la mente, debes eliminar cualquier basura que quisiera entrar a perturbarla, pues de este modo la pornografía y demás "inmoralidades" ensucian no solo tu sistema sino también tu espíritu y alma, corrompiéndola.
Como están las cosas a raíz del "culturalismo", y el "posmodernismo" se pretende abrir camino a la "sexualidad" de mala forma, se dice que tener sexo es normal, abortar es casual, y demás cosas antinaturales, cuando este va en contra no solo de los designios de Dios, sino en los aspectos biológicos del género humano, no es solo un tema contraproducente espiritual o religioso, o como le quieran llamar sino también científico que está acabando con la naturalidad del ser humano, y esto sí que es peligroso, tal cual como lo expresa el Padre Pio: "es un suicidio de la humanidad".
Si nos vamos al arte, al cine, a la música, no solo a su contenido, este está lleno no solo de "satanismo", sino también de "inmoralidades" que van en contra de la dignidad de la mujer y de la persona, y que en estos casos no expresan nada las "feministas". Actualmente en el género musical colocamos que el reguetón es el más escuchado en los jóvenes y entre ellos muchos de sus artistas arremeten de forma directa y no pasa nada, lo mismo podemos ver en las películas para niños que son explícitamente ideológicas, en pro del "homosexualismo" y demás componentes bioéticos determinantes en la reproducción sexual. Este “contagio viral” se ha venido llevando por años y que cada vez se acrecienta debido a la tecnología misma concebida de mala forma y no como herramienta de solvencia.
Ya sabemos entonces que muchos cuadros, periódicos, revistas, libros, series, películas, obras teatrales, están llenos de "impurezas", pues la cuestión no está solo en el contenido del mismo, sino en la forma, como está establecida su debilidad de quien lo lee o lo contempla, es como quien anda desnudo y ve con cierta "lujuriosidad" a otro, este acto con tal solo comentarlo resulta perjudicial, los estoicos, en estos casos estaban claros frente a esto, por ejemplo Catón el Viejo como Séneca, determinaban el teatro, (ahora visto como cine) como la mayor causa de "inmoralidad" ya que son las raíz del pecado de la "lujuria".
Podemos entender entonces "vivir en el fango", como esa "continua vivencia de impureza" de estar ungido en la "decadencia moral" en plena época del "posmodernismo" o de la "desconstrucción de valores", sobre todo en lo sometido en el “vicio de la carne” y de la “concupiscencia”. Es un desacredito total de la vida, en cuanto a la pureza del alma, que se aloja con el relajamiento del espíritu, si es que quieres conseguir esa "purificación", sobre todo de los pensamientos claros, de allí que debas comenzar entablar palabras sanas, lenguaje nítido, etc. Vivir abnegadamente, "renunciar a sí mismo", es el camino a seguir en cuanto a contener los apetitos carnales, junto a ello sumados a las virtudes de la moderación, templanza, caridad, piedad y dominio de sí mismo.
Para evitar un alma flaca, dócil, enclenca, debes tener un “cuerpo robusto” y listo para el “orden de la voluntad” conforme a luchar contra la "impureza" fuera del "fango", esto, en cuanto al “entrenamiento de las incomodidades” de la vida. Es el hombre de carácter, el que se vence a sí mismo, el que puede controlar sus ansias y deseos hasta su máximo nivel, es un tipo, un caballero de “temple de acero”, que no entra frente a frente con ellos a batallar, sino que los ataca por los flancos, por los lados, estratégicamente hablando, hasta llegar al fin de “neutralizarlos”, mediante renuncias, abnegaciones, ejercicios espirituales, corporales y mentales (estos últimos pueden ayudar un montón), y el silencio, la humildad, la paciencia sí que lo ayudan a vencer.
El "camino hacia la purificación de la conciencia" está lleno de una vía pedregosa, por eso es que siempre debes estar dispuesto a abrirte a decir la verdad, contrario a los "engaños" del maligno, este es un "sentimiento celestial" el del ser sensato, confesarlo todo, y no quedarse nada callado para que no te remuerda la “psiquis” y que además sirva para neutralizar quienes quieran hacerte daño, esto, permite reprimirlos una y otra vez en cuanto a tus errores del pasado, ya que fueron aceptados y superados, pues, recuerda que tu "sanación es interior" y no exterior, y de allí que no importa lo que digan de ti, sino de cómo te sientas tú, por eso de la importancia de "vigorizar el cuerpo" ya que te dará un "plus" para la "conformación del espíritu", que bien tiene impacto frente al alma, ya que al conformar una "complexión atlética" va a ser más acorde a que te “obedezca en tu voluntad”, sacando provecho de ello en los dolores, sufrimientos y adversidades ganancias, esto, con el fin de “educar tu aliento consolador-paráclito”, consiguiendo de si un "espíritu inquebrantable", forjado de las durezas de la vida.
El que es "moderado" en comer, será buen médico de sí mismo (modicus sibi, medicus sibi), lo mismo para para el que bebe alcohol, por tanto, recomendamos no tomar ninguna de sus bebidas, aunque no sea pecado tomar 1, o 2 cervezas, el problema siempre será "nublar la mente", que en últimas no tenemos el control de eso y ahí está el “engaño” del “límite”, lo mejor como dijimos, para no ingresar en la “tentación”, es no entrar a discutir con él. Ojo, con los bailes, reuniones, etc, que dicen ser “apetecibles” para una ocasión o unos "tragos sociales" cuando es una farsa, tenemos que la gula (el exceso) lleva a la lujuria, y por tanto a los vicios de la carne, incrementados a partir de la "concupiscencia" como pecado original, de allí que Baco, Venus, Asmodeo y demás sujetos con innumerables nombres actúen en "llave" y “comunicándose” haciendo desastres en la persona misma, más el que está sin hacer nada, como dice el aforismo alemán: "el que esta ocioso se cubre de orín" (wer rastet, roster).
El "alma se corrompe" igual que el cuerpo sino se educa el “espíritu”, sino se trabaja así mismo, con ocupaciones serias, o "ejercicios espirituales", aquí "la ociosidad, despierta la impureza", entre ella la "lujuria", tal cual como se expresa Eclesiástico 33:29, pues muchas mujeres y hombres hoy en día su plan de ociosidad aunque no lo digan a viva voz en el "apetito sexual" es de la "masturbación" y la "pornografía" y esto pasa porque no tiene más nada que hacer, nos hemos encontrado con este tipo de comentarios, claro, esto, por tiempos largos ya que se quedan sin “quehaceres” ni en realizar algo productivo, llegan a perder el “tiempo de su juventud”, siendo esta oportunidad para “crecer” y además para ser ejemplo de arrastre para otros. Algunos dirán que esto no tiene nada que ver y no es excluyente pero lo uno lleva a lo otro, en cuanto a la práctica de virtudes o de los vicios, así fue que germinaron precisamente los “pecados capitales” iniciados por la soberbia.
No permitas que nadie menosprecie tu juventud sea los años que tengas, ni tampoco tu "pureza", más bien se un modelo para otros, en tus actos, palabras, obras, en el silencio, y todo el comportamiento virtuoso del caso, que demuestre, tener una actitud acorde a lo espiritual, mental y corporal, la cual evite todo tipo de "impurezas", en ataque a la "ociosidad", tal cual te permita tener mayor progresión en la “acción progresiva de la mente y del corazón”, más bien dedícate a orar, trabajar, hacer deporte, ir al gimnasio, estudiar, asistir a la Iglesia, leer, dar consejos, enseñar, no dejes a un lado los dones otorgados por el espíritu, y demás carismas y gracias conseguidos a través de este, no en vano que tengas el deber de desarrollarlo hasta el final de tu vida, esto, para que puedas salvarte a ti y al prójimo. La “pureza” en estos casos no se puede llevar si no estás un "mundo religioso".
Santa Catalina de Génova alguna vez se lo expresó a su ahijado, claramente, diciéndole prácticamente que no habría nada que hacer en este mundo corrompido, sino de lo que cada uno pueda según sus capacidades (extraído del texto de Toth, p. 241):
"Que Jesús este en tu corazón, la eternidad en tu mente, el mundo debajo de tus pies, la voluntad de Dios en tus actos y sobre todo brille su amor en ti".
No hay mayor triunfo para dominar la "impureza", que la “victoria sobre sí mismo”, pero este solo se consigue –repito– con la práctica de todas las virtudes, en este caso de la castidad que bien es grato a los Dioses (le llaman, “pureza del amor”, se expresa en Mateo 19,12, "hay quienes se hicieron eunucos a causa de los reinos de los cielos"), decía el poeta romano Albio Tibulo, “casta placent superis”, la idea aquí es pasar de ser un "hombre carnal a ser un hombre espiritual", manteniéndote sometido a tu propia vida con dureza, se debe tener claro que el cuerpo no es para la fornicación, sino para Dios, que es “templo del Espíritu Santo”, de allí que podamos tener contacto con él cuando comemos de su cuerpo y sangre, y entremos en sintonía con su pureza (que son una sola carne, el hombre y mujer, tal cual como se dice en Mateo 19,6), en suma, la "santidad" y la "pureza" van de la mano.
Para los que tenemos como fin casarnos, la "castidad" dentro del “régimen matrimonial” es un ideal, de procreación, de allí que San Agustín en su libro sobre este tema y relacionado a la "concupiscencia" dice que es un "remedio para los males de la impureza", pues, como próximamente será mayor el dominio sobre este mismo punto para el célibe que para los casados, porque dentro de esta corriente también podrá haber excesos, solo por la razón de estar unidos no nos lleva a esa justificación, porque la carne puede terminar imponiéndose sobre el espíritu, ya que de esta forma el “alma” es la que toma la forma sobre el cuerpo, porque resulta como si fuera una sola “sustancia”, tal cual como lo consideraba Santo Tomas, siguiendo a Aristóteles.
En este caso para ser “puros”, toca ser “continentes” en primera medida o bien "castos" como bien superior, pero entendiendo la "castidad" en el sentido de la situación en que te encuentres, ya seas como célibe o casados, de todos modos, para que sume a ello al "camino a la santidad", se debe hablar entonces de ser "castos contemplativos" o de "castos soldados" que es una unión perfecta hacia Dios, ¿esto cómo es? consentida en oración intensa, renunciando a lo mundano (o al menos mantenerlo a lo mínimo), abnegándote, suprimiendo los placeres sexuales, dando amor puro (caridad), siendo misericordiosos, humildes, caritativos, justos, empáticos, etc. Como vemos no es suficiente la "consagración al Inmaculado corazón de Jesús y de María", sino que es deber nuestro moldear la vida hacia la "santificación", cobijado bajo las "vestiduras de las gracias", como hijos dilectos (sacerdotes) o predilectos (laicos) suyos.